Desde expresiones como: “le pego su tiro malparido”, “lava culos” “hijueputa mentiroso” y conductas de carácter violento son las especialidades que el candidato presidencial Rodolfo Hernández ha conducido en sus últimos años de vida pública en el espectro político del país.
En estas últimas semanas el ex alcalde de Bucaramanga y hoy candidato presidencial el Ingeniero Rodolfo Hernández, ha dado un salto importante en el espectro político. Tanto así que, de acuerdo con las últimas encuestas, señalan que Rodolfo ha tenido un incremento de favorabilidad del 17 % lo que significa que ha tenido un alza de 10 puntos en un mes.
Sin embargo, su vida pública ha sido manchada por su particular forma de referirse (según él) a los corruptos, pues esta bandera anticorrupción ha sido llevada en hombros desde que se lanzó a la alcaldía de Bucaramanga, enfrascando una guerra con los concejales de su ciudad. Desde anécdotas como la cachetada que le metió al concejal John Claros, hasta la insultada a los policías y bomberos de la ciudad.
Este tipo de conductas del hoy candidato y segundo en las encuestas detrás del líder de la Colombia Humana Gustavo Petro, ha sido una catapulta para conquistar gran parte del electorado nacional, pues en redes, se evidencia el apoyo total al ingeniero sin importar sus dudosas actuaciones cuando fue alcalde de Bucaramanga. Recordemos que el candidato ha sido acusado formalmente por la Fiscalía General de la Nación por presuntas irregularidades en la celebración de un contrato de consultoría para la implementación de un programa que entraría a administrar la empresa de basuras en Girón Santander.
Los involucrados en este presunto acto de corrupción son unos contratistas de la alcaldía, la empresa VITALOGIC y Luis Carlos Hernández, hijo de Rodolfo Hernández, este último habría recibido una comisión por la adjudicación del contrato.
Prevaricato, celebración indebida de contratos, falsedad ideológica e interés indebido en la celebración de contratos, son algunos de los presuntos delitos que el Ingeniero habría cometido en su administración. El próximo 23 de febrero se reanudará la audiencia donde un juez determinará la verificación de los elementos probatorios en contra del ex Alcalde y hoy candidato presidencial Rodolfo Hernández Suárez.
Rodolfo Hernández ha destacado en los últimos debates señalando a la política tradicional de corruptos, pero se le olvida que él fue elegido alcalde de Bucaramanga gracias a la mano que le dio un político bastante tradicional de nuestro país, pues el ex presidente Álvaro Uribe manifestó su apoyo al ingeniero en las elecciones de alcaldes y gobernadores en el año 2015.
Fuera de eso, su paso por la alcaldía dejó varios escándalos de corrupción y hoy dice ser la cura para los corruptos, pero tendrá que presentarse ante un juez que determinará si es o no responsable por las conductas realizadas en la administración de Bucaramanga.
La personalidad de Rodolfo Hernández nos habla de que es un tipo temperamental cero diplomático, que sin tapujos va hijueputiando a quién le plazca, pues él ha sabido conquistar gran parte del electorado a punta de groserías y su falsa bandera anticorrupción.
En los discursos se empecina en hablar de cómo él combatirá la corrupción sin tener un pliego de propuestas basadas en una teoría económica, científica, o políticas de carácter técnico, simplemente saca su personalidad y temperamento manoteando y maltratando a sus rivales políticos.
Se habla de una campaña inteligente vía redes sociales y las encuestas parecen ser favorables para el ingeniero. Parte del país ve en él una opción viable por su personalidad, a pesar de ello, al candidato por el momento no se le ha visto llenar una plaza pública y mucho menos un discurso estructurado.
El país deberá estudiar de manera detenida un proyecto político que en verdad cese las necesidades que el país está afrontando y no fijarse en un proyecto populista, pues a sus seguidores parece emocionales la idea que un personaje como Rodolfo lleve las riendas del país apunta de hijueputazos y no fijarse en un proyecto serio basado en argumentos científicos. La carrera a la casa de Nariño cada vez se hace más corta y el país espera un alto nivel en los próximos debates presidenciales.
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