Pelos sedosos y esponjosos, guitarras sobrecargadas y sintetizadores épicos, moda, glamour y estilo, bandas que parecían de otro planeta, virtuosidad como un estilo de vida y la cultura pop llevada a su esplendor, son algunos de los ingredientes de este mágico cóctel de lo que fue la movida cultural de los años 80’s una década que marcó un antes y un después en la industria artística.
La introducción de los sintetizadores marcó el inicio de una nueva época para la música, desde los años 50s, el formato de banda que se venía utilizando era el minimalista uso de instrumentos de cuerdas, acompañados de la sección rítmica (batería la mayoría de las veces), una voz principal acompañada de uno o dos coros. La introducción del sintetizador comenzó desde los años setentas con rudimentarios modelos que tenían sonidos muy electrónicos, su desarrollo posterior permitió el boom de estos dispositivos en la década siguiente que dejó canciones legendarias con una base de sintetizador como Jump de Van Halen, Thriller de Michael Jackson, Separate Ways de Journey, Take on me de A-ha y cómo olvidar la épica Final Countdown de Europe.
No olvidemos que en esta gloriosa época se marcó una pauta de experimentación y diversidad cultural para todos los gustos, los colores vivos, los peinados ultra estilizados, el romance moderno que estaba plasmado en todas las letras de las baladas, la tecnología volviéndose parte del día a día de las personas, marcó el inicio del camino para llegar a la vida contemporánea en la que vivimos hoy día.
Gracias a estas raíces, la reinterpretación nostálgica de los ochentas viene a marcar tendencias el día de hoy, queremos volver al pasado y nacer una década antes para disfrutar de esos maravillosos 80s y dicen los nostálgicos que: “todo pasado fue mejor”, pero, realmente esta década para la humanidad dejó grandes saltos tecnológicos y sobre todo un exquisito gusto para la cultura pop.