Para el 20 de julio, fecha en que arrancará la nueva legislatura del Congreso de la República está prevista la radicación de la reforma a la Ley de Víctimas. «Tras 12 años de la Ley 1448 vamos a iniciar la confección del proyecto de ley para su reforma», indicó Nestor Osuna, el ministro de Justicia, quien aseguró que está contará con la participación de «todas las instituciones del Gobierno que están interesadas en el tema, la sociedad civil y otras instituciones».
De otro lado, la directora de la Unidad para las Víctimas, Patricia Tobón, enfatizó que para el Gobierno del presidente Gustavo Petro «es muy importante articular la política de víctimas con la de paz» y que lo que se busca es «hacer efectivos el acceso a los derechos de las víctimas».
Tobón señaló que contribuir a la superación de los bloqueos institucionales identificados en el marco del Estado de ‘Cosas Inconstitucionales’ por la Corte Suprema de Justicia, es otro de los objetivos de la reforma.
En la última década la Ley de Víctimas entregó indemnización administrativa y judicial a cerca de un millón 200 mil víctimas. Además creó el Centro Nacional de Memoria Histórica, la Unidad de Víctimas y la Unidad de Restitución de Tierras.
Además, la ley protege a quienes fueron víctimas de homicidio, secuestro, tortura, desaparición forzada, reclutamiento de menores, minas antipersona, delitos contra la libertad sexual, desplazamiento forzado y despojo forzado de tierras.
La Unidad para las Víctimas reconoce que las personas por su raza, género, edad o situación de discapacidad han vivido con mayor rigor las consecuencias de la guerra y que por esto deben recibir un tratamiento especial en materia de atención y reparación.
A parte de las indemnizaciones económicas, el reconocimiento y reparación a las víctimas la reforma incluye ayuda sicológica y social para 50 mil personas; 45 mil viviendas gratuitas para población desplazada, 2.000 becas de educación superior y la exención de la prestación del servicio militar obligatorio para los hombres menores de 50 años que han sufrido los rigores de la guerra.
