El show de Vicky

El show de Vicky

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Los grandes medios de comunicación aliados con la extrema derecha, -quienes hoy mal gobiernan nuestro país gracias al fraude y que han mostrado sus intenciones de continuar en el poder, a como de lugar- son los encargados de desinformar a los Colombianos, de contribuir en la divulgación de las mentiras vendidas por el Uribismo, a eso se reduce actualmente su función. Es lamentable porque estos periodistas de tanto repetir absurdos y ocultar propuestas, ideas y soluciones, van minimizando sus propias capacidades, sus entrevistas no visibilizan el pensamiento de su invitado como sería lo lógico, más bien se encargan de atacar su exposición y de llevarlo a decir cosas que puedan utilizarse como prueba del equivocado discurso o la gran mentira que quiera vender el periodista y/o a provocarlo para hacer creer que no es tolerante.

Está práctica es peligrosa por dos cosas, primero porque quién escucha puede apasionarse con el periodista y no  darse la oportunidad de analizar lo que está pasando, puede reafirmar fantasiosamente la mentira que quieren que se coma, y segundo porque incentiva al odio, sentimiento que mueve con éxito la campaña electoral del centro democrático. Así es que parte de la nación continuará en la ignorancia y se pierde la finalidad del ejercicio político, que debería ser exigencia de los ciudadanos: exponer propuestas, desenglosarlas, discutirlas desde el conocimiento y no desde supuestos.

El periodista se convierte en un instrumento de campaña, que irrespeta a su audiencia, a su invitado y a él mismo, se convierte en un mediocre. Cómo espectadora sé que no cualquiera puede entrevistar a una mente brillante, es enriquecedor cuando el periodista logra de forma natural una conexión con el otro hilando perfectamente los temas y causa vergüenza ajena que se note el desconocimiento o la perdida de control por parte del periodista, lo que deja la sensación de desperdiciar al invitado.

Vicky Dávila el domingo 14 de Marzo tenía preparado para el Senador Gustavo Petro el más bajo de sus ya acostumbrados shows, un show porque erraríamos si  a ese episodio -que debería causarle mucha vergüenza- le llamáramos entrevista, con diversos temas que se han podido tratar y con la receptividad de su invitado; seguramente también por desconocimiento, la periodista, en otras funciones, estuvo atenta a atacar al Senador con sus respuestas y casi obligarlo a contestar lo que ella quería exponer para tergiversar la verdad; cada pregunta y cada intervención a gritos -como es su forma- llevaría su veneno, su mala intención.

El Senador con su gran nobleza, paciencia y educación respondió seriamente sus interrogantes sin exaltarse hasta que la señora Vicky cruzó descaradamente la línea del irrespeto. Su show de seguro logró complacer a algunos maleducados e insensatos pero también dejó ver la calidad de ser humano que es Gustavo Petro. La estrategia de la periodista hace más fieles a quienes queremos un país cuyo norte sea la paz, todo ese veneno de Vicky nada le aporta Colombia y debe ser una vergüenza para el periodismo. Esta señora necesita lecciones de comportamiento básicas para que algún día si encuentra la ética, -parece que se le perdió- con buenos modales nos pueda hablar de la historia de nuestro país sin tergiversarla.

 

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