Samuel Simanca

Jueves de poesía: Quién no quisiera

    QUIÉN NO QUISIERA Sentir el madrugador arrullo de viento merodeando los arbustos ¿Quién escuchar en la paz su voz? Alguna vez el balbuceo palabrezco Desarraigándose gota a gota del arroyuelo. ¿Quién no quisiera bajo el nocturno manto, habitar en un par de labios frescos? Desmembrar el cuerpo Entregarlo

Jueves de poesía: SOY

  Yo antes de la rosa pongo el puñal, No una dalia, ni girasol, ni cayena o coliflor, Ni doy conchas regadas en la orilla de la playa, Tampoco regalo oleaje, ni espuma, yo no doy esas cosas.   Huyo rápidamente cómo el ciervo porque tengo el desasosiego que rompe

Club de la Poesía: Indio de los puros

  Por: La sierra se cubre blanca, bajo el beso veraniego, Flores guardando van, No pintase prematuro matiz a orillas del riachuelo que atraviesan las hojas muertas, Él la morena roca golpea; Danza antiquísima cómo la mañana.   El cóndor pasar yo he visto, en este otoñal ocaso, Sentado en

Club de la poesía: A LOS LADOS DEL CAMINO

  Por: A LOS LADOS DEL CAMINO Hierba que en campo de tarde se abre, Reposa, calla; venera en profunda mesura, De lejana la mirada, al campo lanza, Bátela el viento, viento de arenas.   Y olas, A picos y minas, a botas y hambre; sudor y sangre.   Allá,

Jueves de poesía: Quién no quisiera

    QUIÉN NO QUISIERA Sentir el madrugador arrullo de viento merodeando los arbustos ¿Quién escuchar en la paz su voz? Alguna vez el balbuceo palabrezco Desarraigándose gota a gota del arroyuelo. ¿Quién no quisiera bajo el nocturno manto, habitar en un par de labios frescos? Desmembrar el cuerpo Entregarlo

Jueves de poesía: SOY

  Yo antes de la rosa pongo el puñal, No una dalia, ni girasol, ni cayena o coliflor, Ni doy conchas regadas en la orilla de la playa, Tampoco regalo oleaje, ni espuma, yo no doy esas cosas.   Huyo rápidamente cómo el ciervo porque tengo el desasosiego que rompe

Club de la Poesía: Indio de los puros

  Por: La sierra se cubre blanca, bajo el beso veraniego, Flores guardando van, No pintase prematuro matiz a orillas del riachuelo que atraviesan las hojas muertas, Él la morena roca golpea; Danza antiquísima cómo la mañana.   El cóndor pasar yo he visto, en este otoñal ocaso, Sentado en

Club de la poesía: A LOS LADOS DEL CAMINO

  Por: A LOS LADOS DEL CAMINO Hierba que en campo de tarde se abre, Reposa, calla; venera en profunda mesura, De lejana la mirada, al campo lanza, Bátela el viento, viento de arenas.   Y olas, A picos y minas, a botas y hambre; sudor y sangre.   Allá,

La Otra Voz
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