El país está pasando por una de sus peores crisis económicas, el dólar superó la barrera de los 4.000 pesos, las empresas industriales del país se están quedando cortas en temas de productividad teniendo como prioridad productos importados por encima de los nacionales, el costo de vida incrementó alrededor de un 35 % y el salario mínimo se estableció en un millón de pesos.
Todavía recuerdo cuando el actual presidente Iván Duque sacaba pecho en campaña diciendo que él y su movimiento político salvarían a Colombia de convertirnos en una segunda Venezuela, según ellos, tenían la llave para desarrollar al país, y su principal bandera era el apoyo a la empresa privada, sin embargo, la inexperiencia del mandatario le costó a más de 500.000 empresarios la quiebra de sus emprendimientos, a eso se sumó el factor pandemia terminando por lapidar a los medianos y pequeños empresarios de nuestro país.
El país no está pasando por su mejor momento económico, nos vendieron el 2021 como el año de la reactivación económica y el surgimiento de la economía, sin embargo, la realidad del país es adversa a las cifras que el Gobierno Nacional ha querido mostrarle al mundo. Los titulares nos indican que Colombia es líder en la región en términos de crecimiento económico, pero las familias colombianas no terminan de quejarse por el alza de los precios en los alimentos, desde el pan de 200, hasta la bolsa de leche de 3.000 han tenido variaciones en su precio, consecuencia de los incrementos en la materia prima para la elaboración de estos productos. Algunos empresarios siguen culpando al paro nacional como principal causa de los incrementos, no obstante, el paro cesó hace más de 6 meses y buscan culpar a la explosión social, y no a la mala gestión del actual mandatario y las consecuencias de sus decisiones, que a propósito una de las causales del estallido social fue la reforma tributaria de abril que iba en contra de las familias más humildes del país, reforma presentada por Alberto Carrasquilla, actual codirector del Banco de la República.
Cuando Venezuela pasaba por su peor momento había escases en el mercado de panadería, la famosa marca venezolana harina pan cerraría sus fábricas en el país vecino luego de que los aranceles de producción disminuyeron, y hoy en Colombia, el país más capitalista de América Latina, escasea la materia prima para la producción no solo de panadería, pues otros productos se han visto afectados por la crisis de escases de materia para la fabricación de los productos como lo es el caso de Bavaria, que hace un par de días mandó un mensaje a todos sus clientes señalando que la escases y consecuencia al paro nacional se quedaron cortos en producción.
Otro de los golpes que ha afectado el bolsillo de los colombianos es la producción de buñuelos y natillas, pues siendo estos dos productos característicos en los hogares del país en vísperas de navidad, parece que ofrecerlos en esta navidad será todo un lujo, pues los precios de la masa para los buñuelos, y la leche para la natilla están por las nubes, y se hace muy complicado seguir con la tradición de los buñuelos y natillas en las familias colombianas.
El pan tuvo un incremento de alrededor del 35% al igual que la leche, la cerveza por simple oferta y demanda subiría en un 15% su producción, el dólar a 4.000, los precios incrementarían con el simple hecho de que el dólar esté disparado, pues se aumentarían los precios para los bienes de tecnología y la importación de los carros, motos, y demás productos que llegan al país, acrecentaría en un 17 % teniendo como referencia el precio del dólar en enero de 2021. El gobierno saca pecho anunciando un incremento del 10% al salario mínimo, cuando el costo de vida en Colombia aumentó alrededor de un 35%, a eso agregarle que el Banco de la República anunció un incremento en la tasa de interés del 3%, gran protagonista el ex ministro Carrasquilla.
Lo mejor que le puede pasar al país es que se acabe el gobierno de Iván Duque, y se tomen decisiones que terminen favoreciendo al pueblo colombiano, como por ejemplo reabrir la frontera con Venezuela, pues hasta la política internacional del presidente ha sido todo un fracaso, sin mencionar el caos que actualmente existe en la Cancillería con el tema de los pasaportes. La invitación ahora es consumir producto de elaboración nacional, pues de esa manera se estaría aportando al pequeño y mediano empresario que han sido víctimas de esta mala gestión, a la espera de las elecciones presidenciales del 2022 que podría ser cruciales no solo en Colombia sino para la región.
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