Por: Ricardo Villa Sánchez
@rvillasanchez
Santa Marta y Pasto, afirman los historiadores, fueron de las ciudades en la batalla independentista, que, hasta último momento, le sacaban banderitas a la corona. Las élites de sus departamentos, como bastiones del imperio español en tierra firme, anhelaban el regreso del Rey secuestrado y escupían al usurpador. Cuando Fernando VII pudo volver a reinar, por el puerto de Santa Marta entraron las tropas de la reconquista, al mando del ‘Pacificador’ Pablo Morillo y desde el talón del Magdalena, se ejecutaron las principales operaciones del llamado Sitio de Cartagena. A Antonio Nariño lo apresaron en Pasto y desterraron a España, cuando intentó su campaña libertadora y lo derrotó el ejército realista, durante la ‘Patria Boba’. Pero, los tiempos han cambiado, desde finales del Siglo pasado en el otrora refugio realista en el sur y desde hace siete años en Santa Marta. Allá con los gobiernos municipales y departamentales alternativos de Antonio Navarro Wolf, la sapiencia de Parmenio Cuellar, entre otros, y hoy, con las administraciones en la Alcaldía de Pasto de Pedro Obando, y la sagacidad de Camilo Romero, en la Gobernación. Acá en Santa Marta, con la irrupción del liderazgo de Carlos Caicedo y de su movimiento Fuerza Ciudadana, que obtuvo la continuidad en el gobierno, en la capital, con Rafael Martínez, es posible avanzar en un proceso político, sin precedentes, similar al de Nariño.
Se avizora un enfrentamiento de altos quilates en el departamento, por su posición geoestratégica, y los principios e intereses diversos que defenderán los actores políticos en disputa. Los resultados electorales de las recientes elecciones y votaciones, son un fenómeno a analizar en el departamento. Sólo le faltaron cerca de 6 puntos a Gustavo Petro en la segunda vuelta, para vencer al actual presidente en el Magdalena y en Santa Marta, con 89.242), superó al Centro Democrático, por ese mismo guarismo. Las votaciones de las consultas interpartidistas y de la Anticorrupción, superaron las expectativas de los sectores progresistas, ampliando un acumulado que permite pensar en la posibilidad de que con una alianza democrática, que incluya a la Provincia Decente, a sectores de avanzada de los partidos tradicionales e, inclusive, sus coavales, en una convergencia democrática en el departamento, con estas candidaturas alternativas, logremos elegir al primer gobernador alternativo en el Magdalena y a la primera alcaldesa electa de Santa Marta. Avanti compañeros. Ojalá hagan moñona, y sean la fuerza que nos una, para que empiece el Siglo XXI en el departamento.