“El machismo es una expresión del miedo de los hombres, hacia las mujeres sin miedo”
La afirmación del escritor y periodista uruguayo, Eduardo Galeano (1940 – 2015) es cierta, evidente y cotidiana. Cada día uno u otro medio publica hechos violentos en contra de las mujeres, en una réplica sin fin.
Empecemos con cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de enero (2016). OMS/Violencia contra la mujer. Nota descriptiva No.239. De aquí se destaca:
- La violencia contra la mujer constituye un grave problema de salud pública y una violación a sus derechos humanos.
- Cifras recientes a nivel mundial indican que, alrededor de una de cada tres (35%) mujeres ha sufrido violencia física y/o sexual.
- La mayoría de los casos fueron infligidos por la pareja.
- Un 38% de feminicidios a a nivel mundial, fueron cometidos por su pareja.
- La violencia afecta negativamente la salud física, mental, y sexual de las mujeres.
No hay que ir lejos para confirmar estos datos. El Espectador -entre otros- publicó hace pocos días -22 de junio- un estudio de la Procuraduría General de la Nación, en torno a que (…) “Colombia es uno de los países con más casos de violencia contra la mujer. Las cifras señalan que cada tres días se presenta un feminicidio en el país.
En la prensa también se publicó que en lo corrido del año 30 mujeres fueron asesinadas en el departamento de Atlántico.
La Defensoría del Pueblo, a través de la delegación para la Mujer y Asuntos de Género, informó que en abril se atendieron 1.019 casos de violencia de género, a nivel nacional.
El conflicto armado, jugó un papel destacado en estos hechos: del total de casos, 382 víctimas lo fueron por razones de la guerra, que, esperamos ahora termine.
Y nada de lo anterior (superficial paso por hechos y notas de prensa) pareciera suficiente para tomar consciencia. Por el contrario: el cinismo florece en cada espacio. Con tanta fuerza que avergüenza.
Avergonzó si duda, la declaratoria de culpabilidad proferida por la Secretaría de Gobierno de Bogotá, en contra de Rosa Elvira Cely, como responsable de su propia muerte.
Recordemos que en 2012, Rosa Elvira Cely, de 35 años, fue violada y torturada por Javier Velasco, compañero de estudios para la validación del bachillerato.
Cely era madre soltera, y devengaba su sustento con la venta de dulces en inmediaciones del hospital militar y el parque nacional. Herida en el cuerpo y el alma, logró comunicarse con la Policía Nacional. Murió cinco días después en el Hospital Santa Clara.
En nota de Diana Durán en El Espectador, el 14 de mayo pasado, se lee, la decisión que avergüenza:
“Si Rosa Elvira Cely no hubiera salido con los dos compañeros de estudio después de terminar sus clases en horas de la noche, hoy no estuviéramos lamentando su muerte”. Con esa frase la abogada Luz Stella Boada cerró sus argumentos y radicó el documento el pasado 11 de abril ante el Juzgado 37 Administrativo de Oralidad.
Una frase que encierra una idea arcaica: ¡Si tan sólo Rosa Elvira hubiera sido una mujer de casa! A Boada la delegó otra mujer, Nayive Carrasco. En manos de ambas quedó este caso tras el cambio de alcalde, pues aunque la demanda se había presentado en 2014, llevaba año y medio dando tumbos de juzgado en juzgado. Carrasco es la jefa de la oficina jurídica de la Secretaría de Gobierno, cargo en el que fue designada el 5 de enero por el secretario, Miguel Uribe Turbay.
Javier Velasco paga una condena de 48 años. Hecho sobre el cual, al parecer, la abogada Luz Stella Boada no tiene conocimiento; ni su delegada, Nayive Carrasco.
La nota completa de Diana Durán, en el siguiente link: http://bit.ly/29wVJkX
El hecho fue tan salido de todo tono, que, tras la publicación de El Espectador la administración distrital tuvo como única salida ofrecer disculpas.
Miguel Uribe Turbay, aseguró en público: “En nombre del Distrito pedimos disculpas por el tipo de argumento que ha usado la Secretaría de Gobierno en este caso (Rosa Elvira Cely). Pedimos disculpas a las mujeres y nuestra intención no es revictimizarlas. Hemos dado la instrucción para que se rectifique y se retire este argumento. Que el señor juez no lo tenga en cuenta en la defensa de la administración”.
Por su parte el alcalde Enrique Peñalosa dijo a través de Twitter:
«No compartimos concepto de oficina juridica de secretaria de gobierno. Solidaridad con Rosa Elvira Cely y sus familiares». «Acabo de pedir revisar y rectificar la posición del Distrito en el caso de Rosa Elvira Cely».
Igual, todo siguió igual. La misma periodista y el mismo medio publicaron el 22 de mayo::
La segunda parte del llamado de atención le cayó directamente al secretario de Gobierno, Miguel Uribe Turbay. El juez expresó que si Uribe no estaba de acuerdo con aquello de que Rosa Elvira Cely era culpable de su propio asesinato, “contaba con la facultad de revocar el poder otorgado” a quien redactó el concepto: la abogada Luz Stella Boada, quien trabaja de planta en la Alcaldía desde hace más de 14 años. El domingo 15 de mayo, Uribe aseguró que el equipo del caso Rosa Elvira Cely ya se estaba reorganizando, pero en la resolución del juez se lee que Boada es aún la apoderada del caso, porque la Secretaría de Gobierno no ha acreditado a un nuevo litigante.
La nota completa, en el siguiente link: http://bit.ly/29JYOii
De este texto queda la duda de la afirmación final. ¿La abogada Boada fue designada por Gustavo Petro?, o ¿fue tan sólo un enunciado del Distrito y sus funcionarios, acérrimos enemigos de la gestión de Petro, cualquiera fuese el camino?
No lo sé. Pero en cambio sí encontré una nueva publicación de la redacción judicial de EE, relacionada con una petición de la representante Clara Rojas, solicitando de nuevo la revocatoria de la decisión.
Esta publicación es del 8 de junio. http://bit.ly/29ua43b
Desde entonces ONU-Mujer también se expresó en contra de la decisión del distrito. Y cientos de palabras se escribieron y escucharon.
Por mi parte, y que se me corrija si estoy equivocada, no escuché nada distinto del secretario Uribe Turbay que el señalamiento sobre el uso político de los hechos.
El cinismo es inmenso de su parte. Y la indiferencia de la gente del común, es aún más inmensa.
Por fortuna la afirmación no es para todos, como lo demuestra la gráfica que nos recuerda la manifestación solidaria y el rechachazo a la ineficiencia del Estado, que terminaron con la vida de una mujer sencilla, madre de una niña, y hermana de Adriana, hoy activista y defensora de los derechos de las mujeres.
El Estado, en tanto, sigue igual de ineficiente. O peor, tal vez… porque cuatro años después y la condena a Velasco, fueron de nuevo desconocidos.