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En vísperas de una fecha muy bonita como es el amor y la amistad, me gustaría hablar de este tema, por ello les cuento que con el pasar de los años me he cruzado con diferentes tipos de personas en mi camino, muchos con grandes corazones y otros con formas de ser algo hirientes, pero eso no significa que todos no tengan oportunidad de expresar lo que sienten o piensan en realidad y hacerse entender desde los diferentes puntos de vista, costumbres, ideologías políticas o religiosas y otros aspectos que permiten que todo ser humano sea único e irrepetible. Por consiguiente, pienso y estoy totalmente segura que cuando se tiene una excelente comunicación se pueden llegar a entender dos o más personas totalmente diferentes.
En mi vida he tenido la oportunidad de compartir con amigos excepcionales, unos que estuvieron por ciertas temporadas en mi camino y otros que han perdurado a través de los años, por ejemplo, en mi infancia tuve la oportunidad de tener una buena amiga que me enseñó con su forma de ser, que debíamos ser coherentes con las palabras y los hechos, también existió otra amiga que me instruyó a tener más independencia respecto a mis labores cotidianas. Pero también existen amistades que se quedaron en mi camino y seguramente permanecerán hasta que Dios lo permita.
Cada amigo que ha estado en mi vida ha dejado hermosos recuerdos que son inolvidables y experiencias que me hicieron madurar en su momento. Respecto a mis amistades actuales puedo decir que tengo las mejores, que me han hecho entender que en el camino de la vida nunca estamos solos porque existen ángeles con el apodo de “verdaderos amigos”, que con el tiempo se vuelven incondicionales y se sienten como si fueran una gran familia.
Les cuento que hoy en día tengo una mejor amiga a la cual considero como mi hermana, ella me ha dejado ver que no sólo una amistad es de momentos sino de situaciones que a veces son bastante caóticas, donde sólo se necesita una voz de aliento para salir adelante sin necesidad de reproches, con el único fin de ser un apoyo, pero no cualquiera sino uno firme que permita al mismo tiempo ser un polo a tierra.
Por último pero no menos importante me gustaría responder al interrogante del principio y desde mi percepción puedo decir que claramente las personas con algún diagnóstico médico sea cual sea, no nos quita el privilegio de sentir dado que todos seguimos siendo seres humanos consientes de nuestro entorno. Es por ello que les puedo contar que tenemos sentimientos bastante bonitos, sobre todo tenemos sueños de formar un hogar, tener hijos, ser buenas esposas o esposos y muchas otras cosas más que permitan sentirnos plenamente realizados como personas de bien.