La mala prensa de El Colombiano -principal diario de Medellín- contra el alcalde Daniel Quintero no es precisamente porque esté administrando mal la ciudad de la ‘eterna primavera’. A Quintero le pasa lo mismo que al Presidente Gustavo Petro con la poderosa prensa privada de Bogotá, que intenta disfrazar de periodismo los intereses comerciales, jurídicos y políticos de sus dueños; y de sus amigos políticos.
El Colombiano de Medellín siempre fue un medio conservador y de centro derecha; pero su nicho de audiencia creció en las últimas tres décadas principalmente dentro de la extrema derecha uribista. Desde que Uribe fue gobernador de Antioquia su línea editorial de defensa de Derechos Humanos cambió. Ahora sus audiencias ven con placer como desde sus tribunas de opinión, su editorial, sus contenidos sesgados y publirreportajes disfrazados de noticias atacan sin piedad a Quintero, un alcalde independiente y progresista que ha denunciado con firmeza la corrupción y las irregularidades de Hidroituango; y además, con relativa cercanía a Petro.
El conservador-uribista Juan Gómez Martínez, dos veces alcalde de Medellín y una vez gobernador de Antioquia impulsó por años el periódico de su familia; luego su hermana Ana Mercedes tomó las riendas del diario por 21 años, desde 1991 hasta 2012, para luego hacer parte de la lista cerrada al Congreso encabezada por el expresidente Álvaro Uribe, donde salió electa senadora.
El Colombiano siempre ha apoyado abiertamente a los candidatos de Uribe tanto para la alcaldía de Medellín, como para la gobernación de Antioquia.
El diario antioqueño tiene motivos suficientes para atacar a Quintero más allá del periodismo que practica. Durante la campaña de Quintero a la Alcaldía, El Colombiano se convirtió en el peor detractor del jefe natural del movimiento Independientes, que ahora tiene personería jurídica y crece aceleradamente en varias ciudades como Bogotá, Cali, Barranquilla y Bucaramanga, donde jugará con candidatos propios a las alcaldías de esas ciudades en octubre de 2023.
La tarea del Colombiano, entre otros medios privados de alcance regional y nacional, desde la llegada de Quintero a la Alpujarra, donde funciona la Alcaldía, ha sido generar una imagen negativa de su administración para promover la revocatoria del burgomaestre, como retaliación principalmente por las denuncias y demandas contra los contratistas y operadores privados de Hidroituango; y contra los responsables políticos de ese proyecto que aún corre un altísimo riesgo de fracasar.
Lea aquí los fallos proferidos por la Contraloría General de la República por caso Hidroituango
El Colombiano tiene como directora desde agosto de 2021 a Luz Maria Sierra, una periodista del resorte del ex alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, quien con el apoyo de la prensa privada ha privado -dos veces, en sólo 15 años- a los capitalinos de tener un metro subterráneo por priorizar la compra de miles de buses Volvo en millonarios contratos que superan los US2.300 millones de dólares, aproximadamente 9.66 billones de pesos colombianos si se toma el cambio a $4.200 pesos x US1 dólar.
Sierra siempre ha pertenecido a ese grupo de periodistas que les gusta traspasar la puerta giratoria para un día estar en un medio privado y al siguiente en un cargo público de poder y después regresar a otro medio, en una práctica al menos inconveniente y no muy ética.
La periodista, declarada abiertamente antipetrista, llegó a la dirección de noticias de El Colombiano de la mano de Ignacio Gaitán, su nuevo gerente, luego de la venta obligada ante la inminente quiebra del periódico obedecida en gran medida por la ostensible reducción de la pauta oficial del Alcalde Quintero a ese medio.
En La gráfica se puede apreciar que el alcalde Aníbal Gaviria le entregó a ese diario $6.844 millones, en cuatro años; Fico Gutiérrez le dio 8.406 millones, en ese mismo lapso; mientras que Quintero, durante los dos primeros años sólo les entregó 397 millones; sólo la séptima parte de sus dos antecesores durante la primera mitad de su gestión. Por eso es tan difícil encontrar una sola investigación de fondo contra la alcaldía de Aníbal Gaviria y mucho menos contra la de Fico Gutiérrez.
También queda muy claro que el despilfarro de miles de millones de pesos en la Alcaldía de Fico Gutiérrez para mejorar su imagen se fue reduciendo aceleradamente durante los dos primeros años del alcalde Quintero.
La Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, logró establecer en una de sus investigaciones que Federico Gutiérrez gastó $130 mil millones de pesos en pauta publicitaria entre 2016 y 2017 pero no para promocionar las obras realizadas en Medellín, ni temas relacionados con su gestión como administrador; sino para su imagen personal, lo que está prohibido por el estatuto anticorrupción.
La alcaldía de Fico se convirtió en esos dos años en la que más dinero invirtió en toda Colombia para el denominado ‘autobombo’ incluso pagándole a TeleMedellín en ese momento para que el mismo Fico Gutierrez, presentara su propio programa ‘#FedericoCuentaConVos’; o entregándole a El Colombiano una ‘Carta en Blanco’ para poder escribir en este periódico libremente, cuando quisiera; a cambio de jugosos contratos.
Mira el informe completo de la Flip sobre el gasto en pauta publicitaria de Fico Gutiérrez sólo entre 2016 y 2017
https://www.youtube.com/watch?v=m-hOOvPIKS8
QUINTERO, HIDROITUANGO, EL COLOMBIANO Y CONCONCRETO
En un completo informe de la Contraloría General de la República de diciembre de 2021 aparece la empresa Conconcreto como una de las responsables fiscales en el fallido proyecto de Hidroituango. Conconcreto hace parte del nuevo pool de inversionistas que compró el diario El Colombiano en 2022 y ha sido varias veces sancionada y multada por la Superintendencia de Industria y Comercio, SIC, por sus incumplimientos en la ejecución de obras públicas.
Sus dueños son la familia Aristizábal, que también tiene a unos de sus miembros como responsable a titulo personal por pertenecer a la Junta Directiva de Hidroituango.
Los Aristizábal construyeron Conconccreto en sociedad con el padre y los hermanos del ex alcalde y gobernador de Antioquia Sergio Fajardo, también encontrado responsable fiscal por la Contraloría, al ser el determinador para acelerar las obras del proyecto a través de un pago presuntamente ilegal de un bono de estímulo a sus amigos de Conconcreto y otras constructoras como Coninsa Ramón H y Camargo Correa.
El grave escándalo de Hidroituango evidenciado por las denuncias y demandas hechas por el alcalde Daniel Quintero, obligó a estos poderosos constructores a pagarle a Medellín un deducible de $800 mil millones de pesos y que un personal de EPM viaja a España para buscar un arreglo con las aseguradoras Mafre y Sura para que estas asumieran el pagó inicial de $4.3 billones de pesos; otro de los motivos que ha generado la guerra y la mala prensa de El Colombiano y otros medios que siguen pidiendo a gritos la revocatoria de Quintero.