Cortejaron el insomnio
Besaron la lluvia
Acecharon el momento.
Soledad es la carne en venus
Los dedos gritaban
Pedían oler el tiempo.
La epidermis del cielo
Rondaba por la piel afligida
La humedad paseaba
Por el estrecho cielo.
Llegaron a la hora exacta
Habitando el espacio
Entre las torres de terciopelo.
Extirparon la rosa
Desvaneciendo el cuerpo
Fracturando la noche.
Los demonios quedaron
hambrientos