Proceso Organizativo del Pueblo Rrom (Gitano) de Colombia (PRORROM)
Si se parte de los mismos estándares construidos por los feminismos hegemónicos occidentalocéntricos, con seguridad el feminismo gitano es de reciente irrupción, empero, si el feminismo se aborda en principio como las cotidianas luchas de mujeres gitanas que fueron a contracorriente, que rompieron paradigmas y tuvieron que transgredir arquetipos para defender sus derechos y los de su pueblo, entonces ciertamente si hay una notable historia del feminismo gitano, el cual, dadas sus particularidades y circunstancias propias, no ha sido reconocido ni estudiado por el mundo académico.
La construcción de un discurso feminista desde las mujeres gitanas de Abya Yala, se ha venido configurando, no sin grandes dificultades, desde tres horizontes diferenciados. En primer lugar, desde la inconformidad y rebeldía de algunas mujeres que en el seno de sus comunidades se han visto abocadas a confrontar, con distinta intensidad y resultados, algunos dispositivos tradicionales asociados a los usos y costumbres de su pueblo. En segundo lugar, su activismo por la visibilización y reconocimiento de los derechos colectivos del pueblo Rrom, las ha llevado a asumir posturas feministas sin que necesariamente tengan plena consciencia de ello y, en tercer lugar, a partir del conocimiento de experiencias de mujeres en otras latitudes y la revisión de sus principales aportaciones teórico-metodológicas.
Específicamente en lo que atañe a la formulación en ciernes del feminismo gitano contextualizado en la realidad de Abya Yala, ha estado bebiendo de tres fuentes distintas y complementarias, a saber: i) el feminismo comunitario, muy a tono con la reivindicación del pueblo Rrom de ser el “otro hijo de la Pachamama”, ii) la ciencia de las mujeres (jineolojî), formulado por un pueblo como el Kurdo que tiene una organización social tradicional que guarda similitudes a la del Rrom y iii) las elaboraciones y desarrollos de organizaciones de mujeres gitanas europeas, especialmente de España, que se califican como feministas.
El feminismo comunitario
El feminismo comunitario es un movimiento teórico y político que surgió al calor de las movilizaciones que entre 1993 y 2003 desplegaron los pueblos originarios y campesinos de Bolivia contra las políticas neoliberales y la privatización de los recursos naturales, especialmente el agua y el gas. Julieta Paredes, aymara, feminista y lesbiana, fundadora en 1992 de la organización Mujeres Creando de Bolivia, a partir de la publicación de su libro “Hilando fino. Desde el feminismo comunitario” (2010), es considerada una de las más destacadas exponentes del feminismo comunitario.
Como movimiento político el feminismo comunitario reclama una transformación radical del orden patriarcal-capitalista-racista-colonial que ha sometido históricamente no sólo a las mujeres sino también a los hombres y a la naturaleza, a partir de la reproducción de un complejo entramado de discriminaciones, opresiones y violencias, construido sobre los cuerpos de las mujeres. En ese sentido plantea la necesidad de refundar políticamente un nuevo orden instituido en la igualdad, equidad, complementariedad y reciprocidad entre los hombres y las mujeres y con la naturaleza.
El feminismo comunitario parte de la comunidad asumida como principio incluyente que cuida la vida, razón por la cual se opone a la pretensión de los feminismos hegemónicos occidentalocéntricos en los que, en la perspectiva de defender sus derechos, las mujeres terminan asumidas en su condición individual y erigidas en oposición a los hombres. Contrariamente la apuesta es construir un feminismo propio pensado desde los contextos específicos en los que se vive, razón por la cual “no queremos pensarnos frente a los hombres, sino mujeres y hombres en relación a la comunidad” (Paredes, 2010: 79).
El feminismo comunitario va en la dirección de hacer un feminismo que se configure en la realidad en la que viven las mujeres de Abya Yala reconociendo la historia propia de cada pueblo o comunidad, cuestionando a los feminismos tradicionales de matriz Occidental que parten del estereotipo de mujer blanca, urbana, de clase media y heterosexual. En ese sentido este feminismo les da representatividad a mujeres que no se encuentran consideradas dentro de los feminismos tradicionales, fundamentalmente aquellas que viven en escenarios interculturales y plurilingüísticos, como es el caso de las mujeres gitanas.
El marco conceptual sobre los campos de acción y lucha política del feminismo comunitario se compone a partir de los siguientes elementos, a saber (Paredes, 2010: 95-118):
- i) Cuerpos: “Nuestros cuerpos […] tienen una existencia individual y colectiva al mismo tiempo y se desenvuelven en tres ámbitos: la cotidianeidad, la propia biografía y la historia de nuestros pueblos […] Para descolonizar el concepto y el sentimiento del cuerpo, hay que descolonizarnos de esa concepción escindida y esquizofrénica del alma por un lado y cuerpo por otro; es lo que ha planteado la colonia”.
- ii) Espacio: “Comprendemos el espacio como un campo vital para que el cuerpo se desarrolle. El espacio es donde la vida se mueve y se promueve […] El espacio comprende lo tangible, quiere decir que se puede tocar […] y lo intangible es decir que existe pero no se puede tocar, como por ejemplo el espacio político, o el espacio cultural, así como también el espacio donde las decisiones políticas abarcan, se imaginan, se crean y se desarrollan. El espacio comprende también el paisaje y la geografía como un contexto que envuelve los días y las noches de las mujeres”.
iii) Tiempo: “Se suele anteponer, desde la lógica patriarcal, lo cotidiano con los secundario, aburrido y sin trascendencia, entonces se le asigna a la mujer. En vez, lo histórico es considerado lo trascendente e importante, entonces se le asigna al varón. En nuestra concepción, la cotidianeidad y lo llamado histórico son un continuum, son parte de la vida que se alimenta”.
- iv) Movimiento (organizaciones y propuestas políticas): “Esta categoría política nos va a permitir apropiarnos de los sueños y responsabilizarnos de nuestras acciones políticas como mujeres. Es la calidad de la vida que querernos. El movimiento nos garantiza que los derechos conquistados no se vuelvan instituciones pesadas que ahoguen las utopías por las cuales lucharnos […] El movimiento […] ubica a la comunidad respecto a las relaciones de poder y las posibilidades de hacer realidad sus decisiones, hilos que con tácticas y estrategias las mujeres de la comunidad van enlazando”.
- v) Memoria: “El concepto de memoria larga que es usado en el indigenismo, nos remite acríticamente a la época precolonial, como algo idílico, un mundo casi perfecto para las mujeres, pero por la desgracia de la colonia, esta memoria larga es interesada, pues si bien nos trae el orgullo y la dignidad de ser personas pertenecientes a pueblos con culturas y logros como cualquier otro pueblo, a la vez también es selectiva al momento de no reconocer patriarcalismos, opresiones, autoritarismos e injusticias heredadas y que, por supuesto, estaban presentes en las sociedades precoloniales, también. Hay que despatriarcalizar la memoria y reconocer que hubo un patriarcado precolonial”.
La ciencia de las mujeres (jineolojî)
La jineolojî es una noción de origen kurdo conformada a partir de las palabras jin, que significa mujer, y lojî, que traduce ciencia. El líder kurdo Abdullah Öcalan la utilizó por vez primera en su libro “Sociología de la Libertad” escrito en 2008, no obstante, ha sido el conjunto del movimiento de mujeres kurdas el que lo ha discutido, enriquecido y puesto en práctica. En ese sentido, puede decirse que años luchas y resistencias de las mujeres kurdas propiciaron el surgimiento y ulterior evolución de la jineolojî como un pensamiento crítico al conocimiento hegemónico impuesto y a la atávica opresión de las mujeres ejercida en diferentes niveles.
Desde la jineolojî se critica el cientificismo y positivismo de las ciencias sociales al cual se responsabiliza de deslegitimar los conocimientos y saberes ancestrales de las mujeres, convirtiendo a la ciencia en un espacio de poder, sexismo y racismo. A contrapelo de ese estado de cosas existentes, desde la jineolojî se sitúa a las mujeres como sujetos políticos activos en la producción de conocimiento tanto dentro como por fuera de los procesos organizativos.
Entre otras muchas tareas, la jineolojî tiene tres fundamentales: En primer lugar, describir y poner al desnudo la historia de la colonización de las mujeres analizando los dispositivos utilizados por el hombre para subyugar y dominar a la mujer, entre los que, a manera de ejemplo, se pueden señalar el uso de la violencia física y psicológica, la prohibición de trabajar y acceder a la educación, el mantenimiento de usos y costumbres patriarcales que subordinan a las mujeres y el control de la economía. En segundo lugar, es garantizar la libertad de las mujeres y transformar los imaginarios patriarcales, para lo cual se promueve la creación de organizaciones de autodefensa, academias, sistemas de copresidencia, partidos de mujeres y en el contexto de la teoría del “divorcio total”, se invita a las mujeres a que constituyan organizaciones separadas y autónomas en todos los ámbitos de la vida, buscando así romper los sistemas de poder que paralizan a las mujeres. Finalmente, en tercer lugar, es alcanzar un contrato social de las mujeres para una vida libre, en el que se reconozca la igualdad entre los sexos, la libertad espiritual de cada comunidad y el derecho a estar representada en los consejos, en todos los niveles.
Teniendo en cuenta que la opresión de las mujeres se observa tanto en el seno de las culturas de los pueblos tradicionales como en las sociedades actuales, esta propuesta se basa en el principio de que “sin la libertad de la mujer en la sociedad y sin una conciencia real ninguna sociedad puede llamarse a sí misma libre” (Öcalan, citado por Movimiento de Mujeres Kurdas, 2019: 29). Desde esta perspectiva teórica y práctica se considera que el capitalismo es antifemenino y, por consiguiente, la jineolojî es intrínsecamente anticapitalista.
Entre las principales áreas de acción que ha definido la jineolojî se pueden relacionar las siguientes (Movimiento de Mujeres Kurdas, 2019: 47-63):
- i) Ética-Estética: “Jineolojî reivindica ser la base para un nuevo entendimiento, integridad y colectivismo en la ciencia. La ética-estética será el cemento que mantendrá todos los trabajos unidos entre las áreas de cooperación y los campos específicos. Jineolojî no toma parte en ninguna lucha o proyecto social que no tenga una perspectiva ética-estética. Esta es la diferencia principal que distingue Jineolojî del cientificismo y de los entendimientos dominantes de las ciencias sociales”.
- ii) Economía: “La idea de que “el problema de la economía comienza básicamente con la exclusión de las mujeres de la economía” nos hace creer que para solucionar los problemas económicos las mujeres tienen que reaparecer en el campo económico. Deberían de reconstruirse mayores actividades económicas con la mente, las manos y la mentalidad de las mujeres”.
iii) Demografía: “Creemos que el punto estratégico sobre la demografía es que revive el principio de los tiempos en los que la ley matriarcal era dominante. Este principio es: “Este es mi cuerpo, soy la única que puede decidir cuándo, dónde y cómo llevar una segunda alma y traerla al mundo”. Este es el principio que cambiará el destino del mundo”.
- iv) Ecología: “La ecología […] está obligada a superar el conflicto artificial entre sociedad y naturaleza surgiendo junto con otros campos de la ciencia. La ecología está también obligada a contar la historia sobre la conversión de las culturas que creían y respetaban la naturaleza a un sistema que es la espina clavada en la naturaleza. Para esto, es necesaria una consciencia ideológica y un nuevo punto de vista científico”.
- v) Historia: “Considera la historia como una entidad dentro del momento presente, un tiempo, un espacio y una memoria, en vez de considerarla como un fenómeno estrictamente determinado. Jineolojî alude a las mujeres, que fueron excluidas de la historia, culturas, instituciones y unidades formales, basándose en la interpretación de Öcalan: “La historia de la civilización es, al mismo tiempo, la derrota y la desaparición de las mujeres” y considera a las mujeres como los sujetos reales de la historia”.
- vi) Salud: “Jineolojî trata de compilar el trabajo de todas las que durante la historia han hecho un gran esfuerzo por curar a las personas sin expectaciones. Tiene el objetivo de organizar academias de salud donde los y las sanadoras de una nueva generación puedan entrenarse e internalizar este punto de vista. Desarrolla un entendimiento de la educación que permitirá a los y las sanadoras el dar entrenamiento en las comunas al igual que a graduadas de faculta-des de medicina en estas academias”.
vii) Educación: “El objetivo de Jineolojî es hacer vital este concepto de “perwerde”, el cual expresa la naturaleza y la esencia del acto de educación y vivir acorde al significado de este concepto. En otras palabras, el significado de “perwerde” es: proteger especialmente a los niños, niñas y jóvenes del monstruoso sistema de educación de la modernidad capitalista, educarles con amor, respeto y criarles con la filosofía de la libertad y los valores sociales. Además, permitir a los niños y niñas y a toda la sociedad el tomar la responsabilidad de crear y mantener sus vidas”.
viii) Política: “El crear e implementar una política social será el antídoto al individualismo y la lógica de rentabilidad de la modernidad capitalista que ha destruido nuestras sociedades […] Jineolojî asumirá jugar un papel en animar a la sociedad a reconocer su propio poder y habilidad en administrarse a sí misma. Al mismo tiempo, llegando a mecanismos de autonomía y permitiendo la capacidad de usarlos, contribuirá a desarrollar el ABC de las ciencias sociales a través de la perspectiva de la mujer”.
El feminismo de las mujeres gitanas europeas
El feminismo desplegado por las gitanas europeas promueve la igualdad de género, la lucha contra las desigualdades sociales y la defensa de la integración de la mujer en los diferentes ámbitos de la sociedad, procurando compatibilizar estos procesos con la preservación de la cultura y los valores del zakono rromanó y con la lucha contra el antigitanismo.
Este feminismo, pivotando sobre una crítica al racismo estructural de las sociedades y sus instituciones, se caracteriza por sus esfuerzos por trascender la discriminación, al igual que los prejuicios y estereotipos que se han acuñado tanto sobre el pueblo Rrom y su cultura, como hacia las mujeres, llamando la atención sobre el carácter interseccional de las violencias y opresiones que sufren las mujeres gitanas.
Las feministas gitanas cuestionan las tradiciones machistas de su pueblo, pero como resultado del patriarcado que rige en la sociedad y no como algo propio e intrínseco a su identidad étnica y cultural. En esa dirección no aceptan a ninguna forma de sometimiento de las mujeres, aunque sea en nombre de la tradición.
Así mismo las feministas gitanas propenden por consolidar y difundir una narrativa de valoración de los cuerpos de las mujeres gitanas, en el que se les reconozca su protagonismo en la historia de su pueblo y el importante rol que han desempeñado para que siga existiendo.
El feminismo gitano es sumamente intuitivo y se alimenta de la rebeldía de las mujeres gitanas que no se sienten cómodas subordinadas a ningún hombre. “Nuestro feminismo surge de nuestras madres y abuelas; de esas mujeres que nos anteceden y que nos han criado; aquellas a quienes hemos visto dar un golpe en la mesa y decir basta; esas mujeres gitanas que luchan cada día por dar de comer a toda la familia; aquellas otras que han sido capaces de romper barreras y salir a comerse el mundo en las diversas esferas del arte y el espectáculo; y, por supuesto, las que han dedicado su vida a formarse y a construir el pensamiento feminista gitano” (Agüero & Jiménez, 2020).
A instancias de la Asociación Gitanas Feministas por la Diversidad, entre el 16 y 17 de noviembre de 2017 en Madrid (España), se celebró el Primer Congreso de Feminismo Rromaní Europeo, cuyo propósito central fue el de “evidenciar la múltiple opresión que padecemos en una sociedad controlada por el paternalismo, la colonialidad, la diferencia de clase, la heteronormatividad, entre otras cuestiones y servir de punto de inflexión en la superación del antigitanismo”.
Fruto de los dos días de debate y deliberación se produjo un breve documento titulado “Manifiesto del Feminismo Rromaní” (2017: 1-2), de donde se extrajeron los siguientes planteamientos que son ilustrativos de sus planteamientos teóricos:
“Soñamos con una sociedad intercultural basada en el respeto y la dignidad. Una sociedad alzada sobre la no-violencia. Nuestra meta es contribuir a consolidar puentes entre culturas por los que circulen el conocimiento mutuo, el reconocimiento de la diferencia, y la justicia social […] Aspiramos a crear un nuevo mundo sin patriarcado en el que la liberación de las mujeres gitanas, negras, musulmanas, árabes, de todos los rincones de la tierra, de todos los colores y religiones, y todas las racializadas, puedan desarrollar plenamente sus derechos como mujeres y ciudadanas”.
Formulaciones feministas en construcción
A partir de la praxis organizativa de las mujeres gitanas que se ha venido dando alrededor del Proceso Organizativo del Pueblo Rrom (Gitano) de Colombia (PRORROM) y tomando como base las tres experiencias feministas arriba referenciadas, se ha venido construyendo una narrativa acerca del activismo, el quehacer y los desafíos que enfrentan las mujeres gitanas que, preliminarmente, parte de las siguientes reflexiones;
– Ninguna tradición cultural puede seguir siendo excusa para mantener la situación de dominación y subordinación de las mujeres gitanas.
– Desde las apuestas de las mujeres gitanas se puede conseguir la deconstrucción y ulterior reinvención de las tradiciones culturales, ya que en la práctica ninguna tradición se mantiene inmutable con el paso del tiempo.
– Hay que romper el falso dilema que opone la tradición y la modernidad y en ese contexto no sólo es posible “ser moderna” sin dejar de ser gitana, sino que se pueden seguir manteniendo las tradiciones culturales a la vez que se accede a modernidades contrahegemónicas.
– Hay que trascender los arquetipos y ortodoxias que definen el “ser gitana” y abrirle paso a otras maneras de expresar la gitaneidad.
– Sin negar la relevancia de la narrativa tradicional que afirma que, en el seno de la pareja gitana, el hombre y la mujer se complementan recíprocamente —lo cual, de otro lado, se proyecta a las relaciones que se establecen entre la comunidad y la pareja—, se precisa destacar la significación que tienen las relaciones suplementarias entre las partes. Así las cosas, frente a la noción de complementariedad que asume la incompletud de las personas, se propone como sucedáneo la suplementariedad, en el sentido del enriquecimiento a partir de la relación con el otro.
– Es claro que, en este proceso de construcción de un feminismo gitano se hace necesario indagar en las tradiciones culturales del pueblo Rrom en las que se advierten reminiscencias de su origen indio, relacionadas con figuras como la Diosa Madre o Santa Sarah Kalí, que recuerdan a las sociedades matriarcales organizadas alrededor de cultos a deidades femeninas y en donde las “mujeres de conocimiento” eran sumamente valoradas.
Kumpania de Bogotá, 15 de febrero de 2022
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