Envenenarse vale oro

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Por: Germán Navas Talero y Pablo Ceballos Navas (La hora completa)

Editor: Francisco Cristancho R.

No todo lo que brilla es oro, por lo general es mercurio que enriquece a pocos y envenena a todos.

El Calvario es el nombre que lleva un monte en Israel y que fue el lugar donde Jesucristo tuvo que sufrir toda clase de penurias antes de ser crucificado y entregar el alma al creador. El calvario es sinónimo de privación, de sufrimiento, de complicación, pero también es el día en que Pablo, coautor de esta columna, sufre para poner en castellano las ideas de su otro tertuliano. Aun con las complicaciones y la ocasional barbaridad, nos divertimos escribiendo estas líneas y nos llena de honor que haya quienes destinen unos minutos de su día a leernos.

No sabemos si las diferencias en términos de redacción entre los autores de esta columna se deberán a la ingesta de mercurio durante el tiempo vivido. Esta semana leíamos con no poca preocupación un reporte que afirma que nuestros ríos están infestados de mercurio vertido para la extracción de oro y otros metales pesados. Lo más grave es que en opinión de quienes suscribieron el reporte es posible que las plantas de tratamiento no estén en capacidad de evitar el paso de todo el mercurio y en consecuencia es probable que circule por los acueductos de ciudades distantes de las minas, como Bogotá. Lo que antes servía como remedio, hoy amenaza con envenenarnos a todos los humanos y hasta a las aves en las que se ha hallado trazas de mercurio. Ojalá las autoridades ambientales hayan leído el informe y estén tan interesadas como nosotros en imponer todas las salvaguardas que sean del caso.

En un verdadero manicomio se ha convertido la elección del nuevo alcalde de Santa Marta. No entendemos cómo es que un simple conteo de votos termina en semejante zaperoco que, como es costumbre, favoreció a los clanes consiguiendo –por medio de una decisión judicial– lo que su electorado no les concedió. La derecha, que no es precisamente la mano con que se hacen buenas obras, se ha encargado de torcer todo al punto en que prevalecieron sobre la voluntad popular. En última hora el Tribunal Superior del Magdalena revocó un fallo que atendía a los intereses del candidato de izquierdas, dejando el camino libre para que la Registraduría, en tiempo récord, consagrara al candidato de todos los politiqueros como nuevo alcalde de la ciudad.

Por su parte, el gobierno nacional insiste en un propósito loable: atraer a los extranjeros para que disfruten sus vacaciones en Colombia. Es así como, por primera vez en años y para muchos nacionales el primero en sus vidas, atracó en el puerto de Buenaventura un crucero repleto de turistas europeos que gozaron de esta ciudad tan temida y denostada por algunos colombianos, como el señor Néstor Morales, quien sin ninguna pena reprochó al organizador del viaje por haber llevado a estos turistas puesto que “nadie pasa vacaciones en Buenaventura”. Celebramos este esfuerzo de la empresa privada con el concierto de ProColombia y confiamos en que no será el primero. Quizá con más viajes a Buenaventura y más extranjeros en nuestras ciudades y municipios lograremos reponernos de la mala imagen que aún persiste entre algunos.

Aunque Morales no lo sepa ni le importe, por Buenaventura llegan las principales innovaciones al país, como es el caso de los vehículos híbridos y eléctricos que, como cuenta José Clopatofsky en el editorial de la Revista Motor, han despertado un apetito entre los conductores colombianos que se satisfizo con creces durante la reciente edición de la Feria del Automóvil. Incluso con las preocupaciones por el precio de las baterías, por sus posibles consecuencias medioambientales y por los altos precios de sus modelos, el segmento de eléctricos no para de crecer al tiempo que el país se ordena para la transición energética. Germán, coautor de una ley que dispuso incentivos para la movilidad eléctrica en una época en que no era tan popular, celebra esta buena nueva.

Nuestro viajero por excelencia estuvo de visita en Las Vegas y, además de confirmar que los carros eléctricos están a la orden del día, se maravilló tanto por el ánimo de juerga como la accesibilidad casi total de los principales lugares de interés en silla de ruedas. Hasta en los parques nacionales se encuentran adecuaciones para las personas con movilidad reducida, de forma que puedan sentirse en igualdad de condiciones mientras gozan del paisaje o de una copa en un casino. En eso sí que están avanzados los gringos, ojalá los alcancemos algún día.

Las opiniones de los columnistas son de su exclusiva responsabilidad.  Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.

 

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