La mente es realmente poderosa, en muchas ocasiones creemos que lo que nos pasa es porque lo merecemos o porque simplemente se da, pero realmente es una acción que inconscientemente pensamos tanto, que se hace realidad. En nuestra mente están los más grandes miedos, problemas e incertidumbres que nos agobian. En ocasiones están ahí, a la deriva, más, en un momento ese pensamiento se enciende, es ahí donde de la nada te pones triste, recuerdas lo que sucedió o lo que te causo tanto daño. Así pasa con cada una de las emociones o acciones que nos han marcado en la vida.
Es sorprendente entender que lo que vives a diario es producto de tu mente, de lo que piensas en cada momento, lo que deseas y anhelas, y eso se ve reflejado en tus acciones, en tu forma de ser y de hablar. El poder de la mente es tan increíble, tan infinito como desconocido, es la base para tener y mejorar nuestra salud tanto física como mental.
Se dice que tenemos “dos mentes”, una que es la consciente, racional y analítica, y otra, que la conocemos como subconsciente. Es como cuando queremos estar bien, pero parece que nuestro deseo no logra corresponder con nuestro pensamiento interior, y, por el contrario, empezamos a sentirnos mal, comprendiendo que no tenemos el control sobre nuestra mente, nuestros pensamientos o nuestro cuerpo.
Mientras que la mente consciente quiere que todo fluya bien en el subconsciente, se activan todos los sistemas de alerta, miedo y reacciones, haciéndonos sentir que todo está fuera de control. Por ejemplo, cuando vivimos experiencias emocionalmente intensas, nuestra parte del subconsciente reconocerá otras situaciones relacionadas con aquellas como peligrosas, y activará todos los sistemas de alerta, sintiéndonos con ansiedad, generando malestar y sufrimiento, a pesar de que en el presente la situación no sea realmente peligrosa. Es entonces, cuando se comienza a generar barreras con personas que no nos han hecho daño o generamos expectativas que no son.
Le mente también tiene un poder enorme cuando nos referimos a la salud. Pues tiene la capacidad suficiente para generar malestar o bienestar. El lograr sentirnos bien depende de cómo nuestra mente gestione y afronte la vida y las circunstancias que nos ofrezca de la forma más eficaz posible; pues la salud es el estado en el que nos sentiremos bien física y psicológicamente. En este punto de la salud, recuerdo una anécdota que me contó mi mamá. Resulta que mi papá solo tomaba agua hervida, pero un día a mi mamá se le paso hervir el agua y le dio de la llave, no ocurrió nada porque no se le comentó que era de la llave. Así duró varias semanas, hasta que un día mi mamá le dijo que era de la llave y preciso ese mismo día se enfermó del estómago. Interesante ¿no?
Si eres una de las personas que respondió SI a lo que cuestione en mi vídeo publicado en el Facebook del Portal La Otra Voz, te cuento que debemos realizar una reprogramación mental. Si realmente queremos generar ese cambio a cosas positivas y buenas, debemos reprogramar nuestra mente, es decir, encontrar el camino para que generemos actitudes, síntomas, evolución, pensamientos y sensaciones de bienestar. Solo así lograremos un cambio.
Para comenzar, es importante construir una comunicación donde se generen mensajes positivos hacía nosotros mismos. Como, por ejemplo: “yo puedo”, “soy capaz”, “voy a sanar”, “yo puedo conseguirlo”. Estas afirmaciones hacen que tu percepción cambie la forma en la que te sientes a diario y en la forma en que concibes el entorno. Gracias a esto vas a lograr que tus sueños y anhelos se vayan cumpliendo sin importar el camino que tome llegar a la meta.