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DE LA FELICIDAD
Caroline desafía la gravedad en la tarde zalema
Corre por sus poros el manto de las ninfas
Sus oídos saborean el silencio para confabular la nostalgia.
Labios de alma libre en trémula soledad.
DE LA FRAGILIDAD
Derrumba su desnudez, preámbulo de pasos torpes en la noche
Las sendas de opio recorren su intimidad sin pedir permiso a los rezos
Permite a la rosa beber el néctar derramado por la locura
Llena su múcura para lavar su indómita piel
Caroline concilia con la noche para dar conteo regresivo a sus sentidos
A LA SOLEDAD
Se esconde en su refugio, ahuyenta el olvido, grita con las sombras
Su piel pálida hace retorcer la luna para bailar en el roto corazón de la niebla
Se desgasta la lluvia navegando por entre las rendijas de sus pequeños ojos
Caroline vende la tristeza a la penumbra
Se despide de la aurora
La decisión se desliza por entre sus dedos
Se queda sin fuerza la conciencia.
Termina la vida como fugitiva mariposa.