Es importante saber la diferencia entre el valor personal, el amor propio y la autoestima. Por lo tanto y según Inma Brea, Coach Certificada por la International Coaching University y por la Cámara de Comercio de Madrid, nos expone que el valor personal “es la autopercepción en base a los valores y estándares de vida que cada uno posee. El valor personal es el concepto cualitativo que se tiene sobre sí mismo en referencia a los propios valores, es decir, cuánto un ser humano vale con respecto a otras personas.” En mi caso, la percepción que tengo de este concepto es el mismo de la autora y por ello considero que tengo un valor personal bastante alto gracias a la forma de verme a mí misma.
De igual forma, el amor propio según la autora investigada, “es la acción que corresponde al valor personal. El Amor Propio es un concepto basado en la relación que se tiene con uno mismo; cómo te tratas, de qué manera te hablas, en qué posición te colocas con respecto a los demás, los sanos límites que te marcas a ti mismo y los que marcas a otras personas para proteger tu estabilidad física y emocional. Tiene que ver con cuidar de uno mismo.” Respecto a este término, en mi infancia no puede desarrollarlo al 100% porque siempre veía a mis compañeros de colegio los cuales tenían la posibilidad de caminar, correr, jugar y demás actividades que por mi discapacidad física no pude practicar, pero cuando crecí y observé las ventajas que tienen las personas con discapacidad, empecé a comprender que es una fortuna y un privilegio que cualquier individuo no puede vivir o sobrevivir, dado que es una situación que no es fácil sobrellevar, pero siempre hay que verle el lado positivo a la vida.
Por último, Inma Brea expone que la autoestima, “es el resultado y la consecuencia de la suma del valor personal y el amor propio. Es decir, según yo me valoro (valor personal), así me trato y permito que otros me traten (amor propio) y de ahí la alta o baja autoestima. No es posible que tengamos el valor propio alto si nuestro amor propio no lo avala y por supuesto no es posible tener la autoestima alta si no estamos cumpliendo los estándares de valía que tenemos marcados.” Lo anterior suena un poco enredado, pero eso no significa que no se pueda entender, por ello puedo decir que mi autoestima es bastante elevada gracias a que mi amor personal y mi amor propio están en un punto de equilibrio, el cual permite que me valore a mí misma y asimismo valore a los demás.
Después de entender un poco los conceptos anteriores, el tener amor propio, autoestima o valor personal para cualquier persona es fundamental porque es parte de la vida, es una característica del ser humano, que permite comprender que todas las personas tienen un valor determinado ante su entorno, por lo tanto, la sociedad debe tener presente el derecho a la igualdad de condiciones o equidad en diferentes aspectos, para que no siga existiendo un tipo de depresión social o desigualdad como coloquialmente se conoce.
Además, es importante resaltar que hoy en día las puertas están abiertas a la inclusión, a la igualdad de condiciones; un ejemplo claro es la posibilidad de que la población con discapacidad esté presente en un certamen de belleza, como lo fue el de la señorita Colombia del presente año, donde se demostró que no importa la condición auditiva si se tienen las ganas de demostrarle al mundo el valor inagotable que cada humano tiene. Traigo a colación el tema porque me sorprendió que actualmente una mujer con discapacidad auditiva pudiera llegar a ser semifinalista de un certamen como el que se vive cada año en nuestro país, al mismo tiempo se debe aclarar que Colombia es un país con diferentes espacios donde se celebran certámenes de belleza y en los últimos años se ha podido ver con frecuencia la participación de diferentes tipos de población en dichos eventos.
Y por último, aclaro que no cualquiera tiene una autoestima, amor propio o valor personal tan elevado como para mostrarse al mundo y dejar que la critiquen o la alaguen según el criterio de cada quien, es decir, que se debe tener valor propio por encima de cualquier opinión, ya sea por una crítica constructiva o destructiva, para así llegar al éxito de cualquier profesión de la que hagamos parte.