El 18 de Diciembre se anunció la programación de vacunación en 5 fases que tiene proyectado dar inicio en Febrero de 2021 y se aseguró el cierre de negociación con los laboratorios Pfizer y AstraZeneca después de, según el gobierno, 6 meses de conversaciones secretas con los laboratorios; ya se había hecho pública la adhesión de nuestro país al mecanismo COVAX, y me pregunto: ¿Desde cuándo las decisiones que nos competen a todos se discuten en secreto?
Nadie creía posible una pandemia aunque científicos lo habían advertido, se tuvo que esperar que el mundo se paralizara ante lo sucedido en China y su inevitable expansión, solo hasta ese momento se dispuso de recursos como nunca antes para la ciencia. Pero la vacuna anticovid no es un invento de diez meses de trabajo, es una investigación que ya venían haciendo grupos de científicos hace años para combatir el virus SARS y sus posibles mutaciones, esto con escasos recursos; los resultados en tiempo record se deben a toda la atención que requirió un problema que afecta a todo el mundo, había que hacer todo lo posible para salir de ese embrollo, por supuesto también hay intereses comerciales. No se puede negar que la misma rapidez que ha requerido este proceso ha permitido que algunas noticias científicas por falta de revisión se filtren y eso puede generar desconfianza, pero que se tuvieran bases científicas que permitieran el desarrollo de la vacuna ante el SARS- CoV-2 solo puede dejar dos lecciones: la primera que la ciencia es lo único que tenemos para entender esta problemática y solucionarla y segundo que la inversión en investigación es absolutamente necesaria y prioritaria porque otras crisis y pandemias se aproximan.
Lo que sí puede generar desconfianza son las negociaciones a puerta cerrada sin ningún tipo de informe, además de ser un acto irrespetuoso para con los Colombianos. Preocupado por esta situación José Daniel López representante a la Cámara por el partido Cambio Radical redactó un derecho de petición que no fue contestado por el Ministro de Salud en el tiempo dispuesto por la ley y fue necesario interponer una acción de tutela, en respuesta el Ministro afirma que la vacunación en el año 2021 cubrirá únicamente a personas que la requieren de forma prioritaria; es decir, mayores de 60 años, personal de la salud y personas con comorbilidades. Así que la vacunación masiva solo se daría en 2022; un escenario preocupante dada la extensión en el tiempo de la crisis, seriamos uno de los países viviendo la pandemia más larga de la historia. Esta respuesta se dio el 10 de Diciembre y 8 días después se anunciaría que se tienen aseguradas 40 millones de dosis y que una parte de la población no prioritaria alcanzaría a ser vacunada en 2021 —es decir, vacunas para 20 millones de personas, ya que son 2 dosis— , aunque podría pensarse que eficientemente se mejoró el plan de vacunación , el gobierno actual es experto más no ágil en el maquillaje de cifras para mostrar aparentes resultados, —hay que ver lo que hicieron con el salario mínimo, mostrando el alza donde incluyeron el subsidio de transporte y aseguraron cumplir una promesa en campaña— pues en su base de datos el señor Ministro tenia a 15 millones de personas como prioritarias en el momento de responder la tutela, cifra que sorprendentemente bajo a 11 millones en el plan de vacunación; ¿serán esos 4 millones los que alcanzarían a estar vacunados en 2021 y que mágicamente ya no son población prioritaria?, el representante a la cámara le exige al Ministro aclarar la cifra y más detalles de la forma y la logística de sus anuncios.
Otra inquietud que surge es el porcentaje que manejan para alcanzar la inmunidad de rebaño apegándose a lo que inicialmente comunicara la OMS, un 70%, cuando esa cifra se ha ido analizando y expertos coinciden con el Doctor Antony Faucy, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, quien asegura que el virus debe tratarse como el más contagioso que se conoce —el del sarampión— y para garantizar que no se sigan presentando brotes se debe tomar de un 85% a un 90% de la población vacunada; es decir, el máximo de personas. Países Europeos han asegurado dosis que superan las necesarias para la totalidad de su población, mientras aquí se tiene la intención de negociar tan solo el 70%; si no hay una amplia vacunación no vamos a combatir el problema. Según lo informado por el Ministro tampoco recibirán vacuna las personas que ya padecieron el virus, pero es de conocimiento público que se han presentado reinfecciones y que existe la posibilidad que el organismo no reaccione de la misma forma. ¿Hay suficientes dosis negociadas en este momento?, ¿Se tiene una cifra de holgura o estamos haciendo planeación con mínimos?
¿Qué se negoció con Pfizer?, según el médico Jorge Rachid, asesor de Gobierno en Buenos Aires el laboratorio Pfizer Biontech pidió a cambio de acuerdo por las vacunas garantías como los glaciares y permisos de pesca en territorio Argentino, (Información de LT8 Rosario) la pregunta es: ¿Hay algo que no sepamos acerca de los acuerdos de confidencialidad entre el Gobierno de Colombia y dicha farmacéutica?
Por otro lado, en la ONC (Organización Mundial de Comercio), varios países quisieron resolver el problema en bloque, se propuso un consenso para convertir la vacuna en un bien público universal. El Secretario General de la ONU insistió en la importancia de dejar de lado la oportunidad de negocio y retirar la protección de propiedad intelectual en este caso específico y de manera temporal para tener la oportunidad de producir la vacuna donde se tuviera la capacidad de hacerlo; esta propuesta no fue acogida por las grandes potencias que son los dueños de grandes empresas farmacéuticas y de lo que se tiene conocimiento hasta ahora —ya que las actas de las reuniones se hacen públicas meses después de cada reunión— es que nuestro país no tomó partido. En la primera reunión manifestó que iba a estudiar y consultar el caso y en la segunda no se pronunció al respecto. Esta decisión nos afecta porque dependemos de países extranjeros y por supuesto nos llegará a destiempo y a costos elevados la vacuna, además de las pérdidas humanas que tendremos en ese tiempo de espera. ¿De esto se trata el secretismo de las negociaciones, un gobierno que sacrifica a sus ciudadanos para favorecer el lucro de los grandes países?
Cabe recordar que nuestro país producía y además exportaba vacunas y sueros, —así como pasó con el agro que cultivábamos cereales, nos lo quitaron— se producían vacunas como la de la tuberculosis y la rabia y suero antiofídico; en este momento la salud es un negocio manejado por empresas privadas y dependemos de laboratorios extranjeros, esto gracias a la apertura económica y a la ley 100.
Como si fuera poco, mediante la ley 010 de 2020 el gobierno aprueba la exoneración a laboratorios de los efectos colaterales de la vacuna, esta ley atenta contra el artículo 1 de la Constitución Política de Colombia, los intereses económicos se ponen por encima del bienestar ciudadano, atenta contra la vida de los Colombianos. El Gobierno toma decisiones sin contar con la ciencia y la investigación; por otro lado desde 1952 las vacunas han sido gratuitas, se ha garantizado su universidad y su financiación se ha hecho con recursos públicos; con esta ley se abre la ventana para que las empresas privadas mediante “donación” puedan apoyar esta financiación y a su vez adquirir beneficios en reducción de impuestos. Estas son solo algunas de las preocupaciones que genera dicha ley. ¿No creen que genera muchísima desconfianza?, ¿Se le estaría dando poder a privados de interferir en decisiones tan importantes para el país?, ¿Nadie sería responsable de efectos adversos que pueda producir la vacuna?
Dada la dinámica de las negociaciones sobran las dudas e interrogantes, dadas las tardías negociaciones no lograremos la inmunidad en 2021 y tal vez tengamos que pasar otras fiestas de fin de año lejos de la familia, y seres queridos; lo bueno es que estaremos más acostumbrados.