No solo miente quien afirma lo contrario a lo que es cierto. También miente quien,conociendo la verdad, la calla.
No quisiéramos estar en el ropón de Gustavo, porque si al presidente electo se le ocurre mirar Twitter, termina desesperado. Los arúspices de cabecera le arman un gabinete y como en el hipódromo, fijo para mañana y palo de la tarde. De ser ciertas todas las profecías de estos expertos tuiteros, el gabinete ministerial estaría compuesto por no menos de 40 personas, pues solo así cabrían los que ellos vaticinaron. No nos atrevemos a dar nombres porque corremos el riesgo de acertar y de pronto quemamos a un buen candidato, mejor digamos que todos los propuestos serán efectivamente nombrados en el gobierno de este u otro presidente.
“Vergüenza” decimos los hispanoparlantes, “vergogna” los italo-cantantes. Con esta debe sentirse el otro Gustavo, Gustavo Gómez (@gusgomez1701), después de la empelotada que le pegaron por haber vetado las revelaciones que hiciera su colega Juan Pablo Barrientos sobre la existencia de un gang de periodistas fabricantes de calumnias en algunos medios de comunicación. El negocio del grupillo consistía en fabricar noticias falsas y cobrar bien fuera para publicarlas o para abstenerse de hacerlo, dependiendo de quién fuera el interesado. Barrientos quería revelar este asunto que comprometía a Caracol Radio y a otros medios del Grupo Prisa, de sumo interés para la opinión pública, en tanto Gómez decidió tapar lo que el director del medio quiere ocultar. A diferencia de ellos, nosotros en nuestra ‘columnita’ cuidamos mucho no levantar testi-ciertos contra nadie. Qué cosa tan fea, dijo la dama. Horrible, dijo el cachaco. Pero de que lo hacen, lo hacen.
Lamentable capítulo para la educación lo ha venido dando el próximo ex-presidente Iván Duque, al “vetar” invitados a la posesión del presidente electo Gustavo Petro. Ha sido tan atrevido que solicitó la lista de asistentes y le ordenó a la Casa Militar que permitiera el acceso solo de aquellos nombres sobre los cuales él estampaba un chulito con su Sharpie. Olvida él que el 7 de agosto, cuando suene la campana, Gustavo será presidente y a él le colgarán un ex, por lo tanto no es correcto que a la fiesta de posesión puedan ir los invitados de quien se va y no de quien la ofrece. Señor Duque, no sea gamín. Es la posesión de su reemplazo y no la suya. No recordamos haber visto tal acto de grosería por parte de un presidente saliente en el pasado.
Los minutos de Maduro parecen no estar contados. No todo fruto maduro al piso se cae, los cocos maduros pueden pasar mucho tiempo colgados de la palma, a diferencia de la guayaba, que a los pocos días se engusana y empieza a oler a picho. A eso huele la administración del presidente saliente, máxime tras las revelaciones de estos últimos días respecto de los recursos del fondo OCAD-PAZ. Ojalá algún día podamos saber quiénes fueron los favorecidos y quiénes estuvieron detrás del desfalco a la implementación del acuerdo de paz. Y quizá por esto Duque no quiere que su homólogo venezolano asista a la posesión, puede que aprenda cómo robarse un país impunemente.
Algunos ex-presidentes al retirarse se van a dictar conferencias a prestigiosas universidades, otros, como Jimmy Carter, crean fundaciones para velar por la democracia y los Derechos Humanos, mientras que algunos fundan organizaciones en favor de la infancia o de cualquier otra causa que les sea cercana. En el caso presente, les pedimos a nuestros lectores que nos sugieran a qué podría dedicarse Iván Duque después de las 2:00 p.m. del 7 de agosto, momento para el cual habrá entregado la tienda desabastecida a su nuevo regidor. Nos preocupa genuinamente que tras cuatro años de no hacer nada, este hombre siga ibid. por el resto de su vida.
Lo que también causa vergüenza es el descaro del señor Luis Carlos Sarmiento Angulo cuando amenaza al gobierno entrante de que aquí nada puede hacerse sin su permiso.Fue buena, precisa y contundente la respuesta de Iván Cepeda Castro (@IvanCepedaCast) tras el intento de Sarmiento de calificarse como intocable. Aquí vale un clap, clap para Iván, pues hizo sonar las campanas en el momento oportuno y, parodiando a Ernest Hemingway en Por quién doblan las campanas, le decimos al señor Sarmiento que las campanas doblan por él, porque llegó el final de sus abusos. Y cuando de intocables hablamos, bueno es recordar la serie “Los Intocables”, en la que se muestra la persecución de las autoridades norteamericanas contra los traficantes de alcohol en época de Al Capone. Que el señor Luis Carlos Sarmiento le explique al país por qué él y sus intereses son intocables.
Adenda: no solo en el Quindío se apropiaron de la idea del Yipao. También en Filipinas y partiendo del mismo campero, crearon su propio bus y en él hubimos de montar. Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial los estadounidenses dejaron miles de Willys por todo el archipiélago y, dadas las difíciles circunstancias, los filipinos no tuvieron más opción que ampliarles el chasis y convertirlos en vehículos de servicio público. Aquí una foto de para qué sirve un Willys de la guerra en 2022.
La coletilla de esta semana corre por cuenta del ex-magistrado de la Corte Constitucional, José Gregorio Hernández, en la que se refiere a un tema sensible de los últimos días, que enuncia así: “Con base en el principio ‘pro homine’, a favor del derecho, si me ponen a escoger entre la libre información y la censura, escojo sin dudarlo la libre información.” Atinada selección, decimos nosotros, de quien durante su magistratura se destacó por su defensa de las libertades.
¡Hasta la próxima!