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Hoy es tiempo de hacer un homenaje a los cuidadores, aquellos seres que dedican la mayor parte de su tiempo al cuidado de las personas con discapacidad para que tengan una calidad de vida que les permita sobre llevar cada padecimiento. Normalmente es un familiar del paciente, por lo tanto para muchas personas del común es una labor orientada a la obligación, pero se equivocan porque existen infinidad de lugares especializados para internar a las personas con discapacidad para que las cuiden; por ello considero que el familiar que se atreva a cuidar a una persona con discapacidad es un ser lleno de luz y de mucho amor ya que no es una tarea fácil puesto que se debe enfrentar con diferentes tipos de desafíos tanto emocionales, sociales, económicos, legales, médicos, entre muchos otros que se me pasan por alto en este momento.
No sé si sepan, pero hay unos datos muy curiosos respecto al tema del cuidador o cuidadora de una persona con discapacidad, como por ejemplo, según la Encuesta Nacional de Utilización del Tiempo -ENUT- (2017), en Colombia las mujeres dedican 8 horas con 56 minutos diarios al trabajo de cuidado de personas y los hombres dedican menos tiempo que las mujeres, es decir, 5 horas con 20 minutos por día. Además la producción del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados equivale al 20% del PIB colombiano. Esto significa que si este trabajo se pagara sería el sector más importante de la economía, por encima del sector de comercio que equivale al 18% del PIB. (DANE y ONU Mujeres, mayo 2020).
Desde mi punto de vista pienso que el que tenga un familiar, un amigo o un conocido con alguna patología o discapacidad que no le permita su desarrollo completo o cuidarse por sí solo, se le debe colaborar y ayudar en lo que más se pueda.
Por último, Dios me dio el mayor regalo, bendición o privilegio de tener a la mejor familia la cual desde siempre se ha preocupado por darme un excelente cuidado, protección, bienestar y otros beneficios que a lo largo de mi vida he tenido para tener una calidad de vida digna y además, siempre me he rodeado de excelentes amigos los cuales nunca me han visto como una persona con discapacidad sino como una persona normal que puede llevar una vida como cualquier otro, permitiéndome desarrollar en otros ámbitos esenciales para ser un ser sociable.
“Toda persona especial siempre tendrá una familia y amigos aún más especiales”.