“En medio del camino de nuestra vida,
en una selva oscura me encontraba
porque mi ruta había extraviado”.Dante Alighieri
En todos los fenómenos de la vida y de la naturaleza los seres humanos han encontrado variables y constantes, fenómenos que cambian, que pasan y constantes que permanecen, que quedan, de ahí ha surgido la idea de leyes, tanto de la naturaleza, es decir, físicas, como de la misma sociedad humana (sean sociales, jurídicas, etc).
Esta idea de ley ha tratado de servir a la humanidad para interactuar en el mundo y para, de ser posible, saber quéesperar y a partir de ahí transformar, construir el mundo, de la especie, de lo social y hasta de los individuos vistos aisladamente. A pesar de ello, siempre se encuentran fenómenos que desconciertan al ser humano, ya que se enmarcan en los criterios de lo que no es enmarcable, no esperado, debido a que son una constante que es siempre “inconstante” y por ello, por su esencia misma, son fenómenos impredecibles, inciertos.
Sólo se puede saber que no se sabe cuándo se van a presentar, pero, es muy posible, casi seguro, que se presentarán, se producirán. En ese contexto, está lo que, en la acción humana, en las relaciones de los seres humanos se denomina, “traición”. Palabra que procede del latín, “tradere” que significa “entrega” y tiene sentido que esa acción se denomine de esa manera, ya que es una acción que implica a otro, se recibe de otro, pero, no con la o lascaracterísticas esperadas por quien las recibe sino con características completamente insospechadas, pero, además, características totalmente adversas, negativas, dañinas para quien recibe la entrega, es decir, es víctima de la “traición”.
La denominada “traición”, en quien la padece, produce gran desconcierto, desazón, desubicación, además de dolor, tristeza y hasta ira. Frente a este fenómeno, que aquí lo enfocamos desde una perspectiva ética, siempre surge la pregunta ¿por qué la traición produce estos sentimientos en quien la sufre o en quienes conocen de la traición y están de parte de quien la padece?
A nuestro juicio, estas reacciones se producen porque la acción de la “traición” implica una falta a quien tiene esperanza sapiente en un resultado y cree que, la entrega, tradición, será de otra manera y de alguna forma, confía en una entrega muy distinta. Una verdadera y radical traición se produce cuando se cree en el traidor.
Y, al pensar en la traición y su intento de intelección, de comprensión, se puede ver cómo en el pensamiento mítico producido a finales de la Edad Media europea, iniciando el Renacimiento italiano, en la histórica Florencia, en un contexto cristiano, un poeta, en una de las grandes obras que la humanidad ha consagrado, hizo una síntesis del planteamiento teológico de la Edad Media y en su “Comedia” presentó lo que entonces se pensaba comoválido, tratando de captar el meollo de la cuestión humanade la acción ético mítica.
En esa Comedia, conocida posteriormente como “Divina”,precisamente por abordar con gran sabiduría el problema humano, entre otras cosas, hay toda una ética con ropaje literario, mítico y teológico, a la altura de sus tiempos, inicios de siglo XIV, en donde capta algunas constantes del ser humano visto como especie, como sociedad y como individuo; allí, se tiene como una forma de taxonomía, clasificación de las faltas humanas que ubica en los nueve círculos del infierno.
En ese lugar, ubicado en el inframundo, Dante pensaba queestaría el espacio donde se pagarían todos los desatinos, considerados pecados, pero, lo más sobresaliente, en nuestro caso, manifiesto en esa clasificación, que sintetiza la visión que los seres humanos tenían entonces, es que, en el lugar más terrible de ese infierno, en el último círculo, en el sitio más recóndito, para el más terrible castigo, reservado para la acción que representa la máxima expresión de la negatividad humana, está el lugar donde se pagaría por la falta de la “traición”, el noveno círculo y dentro de él, el lugar donde se sanciona la peor de las faltas, la traición al Maestro y al Protector; la traición a aquel a quien confió hasta la vida misma al traidor, al grado que, sin jamás esperar esa entrega,posibilitó que el traidor pudiera realizar la acción. Esa pena está reservada para quienes traicionaron lo más sagrado. Allí, en las tres bocas del máximo enemigo de la creación estarían Judas, Bruto y Casio.
A pesar de la anterior, el tratamiento que da el mismo Dante a la falta y a la pena en el infierno, no cierra el horizonte,sino que este siempre se abre, para la víctima de la traición,en la redención y es una redención que se produce gracias al amor que, después de ese paso terrible por el infierno, se abre hasta el empíreo hacia la vivencia inefable de la experiencia del amor que es divido, divinizador y siempre llena de esperanza, dando sentido a la existencia y hace que la vida valga la pena ser vivida.