Quiero compartir la importancia de cómo nosotros como adultos debemos tener mucho cuidado con nuestros comportamientos y nuestras acciones, y lo digo porque he tenido la oportunidad de dialogar con varias personas y escuchar cuánta rabia y odio hay en sus corazones.
Voy a contar la historia de una de estas personas. En nuestra conversación surgió el recordar algo bueno de su niñez y ¡oh sorpresa!, cuando dice “no tengo recuerdos buenos”, empezando inmediatamente a contar parte de su infancia, recordaba cómo desde muy niño su madre los abandonó a él y 6 hermanos más, quedaron solos con su padre, quien fue la persona que se hizo cargo y siempre vio por ellos. Contó algunos recuerdos de su progenitora, solo recordaba el abandono, considera a su padre un gran hombre y por supuesto que lo fue, y aunque fue un gran padre lo que hizo en la crianza de sus hijos de manera inconsciente fue sembrar el odio, la rabia, la frustración que tenía por lo que le tocó vivir a él. Y lo digo porque pude verlo en esta persona como al hablar, expresaba el odio que sentía por las mujeres, y aunque este hombre tuvo un hogar, hijos e hijas, sin darse cuenta de forma inconsciente, siempre se expresaba mal y de forma agresiva de ellas.
Fue bastante lo conversado y es por esto que quiero dirigir este artículo a los lectores, con el fin de tomar conciencia y evaluarnos en lo que hacemos y hablamos cuando estamos criando a nuestros hijos, y no solo como padres, y como seres humanos que somos, ya que el maltrato infantil físico, verbal, y emocional, entorpece el curso normal del desarrollo del niño. Los niños maltratados corren el riesgo de sufrir de una gran variedad de problemas relacionados con la salud mental, incluyendo depresión, ansiedad, abuso de sustancias, criminalidad y otras formas de conducta emocional poco regulada.
Y me atrevo a decirlo, porque aunque yo no viví el maltrato infantil, si recuerdo de mi infancia haber pasado escasez económica, pasamos necesidades y carencia de muchas cosas incluso que como niños podríamos o queríamos disfrutar cosas tan insignificantes, puedo decir que el algún momento me marcaron, llenándome de miedos, inseguridades, a no tener sueños, a ser conformista. Todo esto, lo fui descubriendo ya como una mujer muy adulta, esto gracias a que un día tomé la decisión de iniciar mi proceso de crecimiento y desarrollo personal. Hoy agradezco a mi primeramente por haberme dado esta oportunidad y se que si no hubiese dado este paso no hubiese reconocido que si necesitaba ayuda profesional.
Por último, quiero dejar algunos tips que nos ayudarán a mejorar en la crianza de nuestros hijos, hijos que amamos pero que por el afán de cumplir con todo lo que como padres debemos darles se nos olvida; como por ejemplo;
1- Muestras de afecto con abrazos, besos, y expresiones de cariño del gran amor que tenemos por ellos. Esto no cuesta dinero.
2- No responder enfadados; esto lo digo porque hoy como abuela que soy me di cuenta el porqué existe el famoso dicho que los abuelos son alcahuetes, palabra que nunca acepte y corregí a las personas que la decían, porque consideré que nuestro trato con los niños es diferente porque primero, ya estamos en una etapa de vida muy diferente, además ya no sentimos, ni tenemos la responsabilidad de ser padres, estamos en la etapa de ser más pacientes, más dispuestos a compartir y disfrutar, escuchar a nuestros niños.
3- Cuida de tus niños y niñas. Lo más sano y recomendable es no dejarlos solos en casa, enséñales a actuar frente a personas extrañas y a que se relacionen, jueguen y se diviertan con otros niños y niñas.
4- Es muy importante enseñarles a los niños a decir que no. Que desde pequeños aprendan a decir que no, cuando algo les incomoda, no les gusta o les genera miedo.
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