Hay que redefinir a Petro casi a diario, y no por indeciso o incoherente, sino porque el de Córdoba transforma su pensamiento con base en situaciones y su visión del país y mundo, no es un político estancado en estructuras clásicas sino que llama al cambio desde él mismo.
Petro y el socialismo de Venezuela. En su campaña presidencial de 2018-2022 se usó en su contra al país vecino como instigador de miedo y supuesto reflejo de lo que se convertiría el país, y ese viejo discurso de la guerra fría funcionó, y es que en un país tan conservador como Colombia no se ha entendido que ese orden mundial terminó, por ejemplo será el pilar de la senadora María Fernanda Cabal en su intento de alcanzar la presidencia 2022-2026, acostumbrada entre provocaciones a hacernos reír a muchos, pero a asustar a otros tantos, su discurso sí es el del miedo, anticomunismo y Guerra Fría. Pero repito, ese orden mundial terminó y aunque destructivo el mercado ahora es el principal dictador en el mundo, y si el miedo era volvernos como la socialista Venezuela es porque somos otra cosa.
Entonces definamos al país dentro de estos parámetros; Colombia la capitalista, reflejo de Suiza, Corea del Sur o Japón… no, Colombia la productiva y exportadora como EE. UU, Alemania o China… tampoco, y es ahí donde se ve el absurdo de los discursos y se hace necesario entender ese capitalismo democrático del que Petro habla. No creo que sea algo nuevo, pienso que es una idea casi calcada del Socialismo con rostro humano pensado por los checoeslovacos en el 68, una idea en la que existe un mercado en favor de todas las poblaciones, donde sea posible reunir todas las libertades para el ser humano y el mercado, sin que esto sea igual a explotar el medio ambiente y también que estén garantizados todos los derechos fundamentales sin que sea igual a que se prive a los individuos de una prensa libre u otras libertades. Entonces grosso modo, esta idea trata de coger lo mejor de ambos modelos (capitalista y comunista) para satisfacer las necesidades de todos y generar los privilegios económicos a los que muchos aspiran.
Entonces, este capitalismo democrático significa que Colombia se vuelva un país productivo y no extractivista; que se reduzca la explotación del medio ambiente, no es probable que se acabe en poco tiempo; que el mercado esté en función de la población y no de los grandes conglomerados del país, significa ser un Estado de bienestar y participación ciudadana.
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