Rebecca Sprößer llegó a Cali el 15 de marzo para quedarse un par de semanas como turista, al conocer el estallido social que enfrenta Colombia y compartir con jóvenes de la primera línea decidió acompañar e informar la realidad que vive nuestro país.
El reconocimiento por su labor en las movilizaciones fue notable y pronto logró ganarse la confianza y el respaldo de la juventud que desde el 28 de abril resiste en las calles la represión de las Fuerzas del Estado colombiano.
Sprößer de 34 años denunció el ataque del que fue víctima. Un joven que la acompañaba salvo su vida, recibió 13 disparos y ahora “se encuentra entre la vida y la muerte” según la propia ciudadana alemana.
La comunicadora en días pasados concedió una entrevista a Luis Carlos Vélez en la que enfatizó en como la policía colombiana, era la que arremetía contra los jóvenes incluso en momentos en los que no se encontraban en la protestas.
Esta es la denuncia que realizó nuestra colega y verdadera periodista Rebecca Sprößer
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«Ayer en la noche me vi con un amigo para trabajar en algunos temas del paro. Estábamos sentados afuera en un lugar público y de pronto y sin hablar vino un sujeto y nos disparó a corta distancia. No dejó de disparar hasta que su arma se quedó sin tiros.
Mi amigo estuvo frente de mi y así me salvó la vida. Él recibió 13 impactos de balas en todo el cuerpo, 3 de ellos en la cabeza y varios en el pecho. Yo solamente recibí raspones de los proyectiles que le salieron de su cuerpo. Además tuve mi maletín frente de mí y por las dos condiciones me llegaron con mucho menos fuerza e impacto hacia mi brazo y pecho.
En estos momentos mi amigo se encuentra entre la vida y la muerte y ya ahora es el milagro más grande que todavía está vivo. Él sigue luchando pero su estado está muy crítico – les pido a todos por favor orar por él Sin él muy seguramente estaría muerta ahora.
No podemos decir quien fue, pero estamos en todo el proceso con los DDHH. Solamente quedó muy claro que esto no fue ningún robo – esto fue un atentado con el objetivo de matar a sangre fría.»