A inicios de los años 90, cuando andaba desencantado de todo lo lineal que me daba la vida, cansado de esa violencia tan aterradora que circundaba en el ambiente de esta nación, me alejaba de la idea de ser papá algún día. Así pasé muchos años de mi juventud golpeando las paredes, -Pateando piedras en las calles como la canción de los Ángeles con la Cara Sucia, confrontando con la música todo lo que para mi estaba mal. Viví la época de No Futuro como en la película Rodrigo D, y comulgué con este eslogan en solidaridad con esa generación de jóvenes perdida en medio de las balas en Colombia.
Pasé mis veinte años entre la universidad, la rumba amiguera, la furia de la música subterránea, hice mi aporte con algunas letras de protesta social y con las notas que le sacaba al bajo eléctrico. Por azares del destino mi situación emocional y de salud mental se vinieron a pique justo en el momento en que todo parecía ir de maravilla en mi vida. No lo niego fueron momentos de una prueba personal muy fuerte, hasta llegué a pensar que no podría soportar vivir más de esa manera, y que me iría rápido de este mundo. Mis veintitrés años fueron un punto de quiebre que nunca me esperaba, mi carrera se vino abajo en todos los sentidos, la universidad, la banda, la música, mis relaciones afectivas, familiares…todo. Me costó muchísimo entender que era lo que estaba pasando conmigo, y me preguntaba por qué me había tocado a mi esa lotería que nadie quiere ganarse de ser portador de problemas emocionales tan fuertes. Pensé muchas veces que estaba solo, que no había lugar para mi en ninguna parte, pero, por fortuna estaba equivocado. Mi madre con su amor infinito, mis herman@s, amistades, médicos estaban tejiendo una red de apoyo para sacarme adelante, y así fue. Volví a nacer, tomó un tiempo salir del túnel, de esos días pesados de mis veintitrés en el año 1995, pero lo logré con la solidaridad de muchas personas, y eso lo agradezco inmensamente. Puede reiniciar en la universidad, trabajar, reintegrarse a la vida social poco a poco. Restauraré las relaciones conmigo mismo en primer orden, luego todo se fue recomponiendo, conocí a tu mama, nos enamoramos y fuimos premiados con la bendición de ser padres el 29 de noviembre de 1998. A mis veintiséis años obtuve el título de padre, lo admito, en los momentos más densos de mi filosofía No futuro nunca imaginé que llegaría a ser padre, pero tenerte en mis brazos recién nacido me cambió para siempre.
La vida va a ser un azar en gran medida, unas van a ser fáciles y otras muy difíciles, pero en buena parte las cosas dependen de nuestra actitud, de la manera como queramos ver el panorama. Yo te invito a mantener ante todo amor por ti mismo, empatía por los demás seres humanos, por los animales, las plantas, por todo lo que nos rodea, por el planeta; nunca tolerar las injusticias, y eso sí trabajar por la Paz. Como lo hemos podido comprobar, la sociedad está en decadencia desde hace mucho rato, la degradación es enorme, no obstante, esto a su vez implica una serie de retos y de necesidades por resolver, dentro de lo cual seguramente si lo queremos hay muchas cosas que podemos hacer y aportar, para lograr al menos decir al final del día, estamos haciendo algo para ser parte de la solución.
Tus veintitrés años me han llevado a mirar en retrospectiva los míos y mostrarte cómo pude superar los momentos más difíciles de mi vida, ver la belleza de ésta con tu llegada y 10 años más tarde con la llegada de hermanito Jacobo. Hijo estas palabras son mi regalo, aunque no tengan valor monetario alguno, sabes que salen desde lo más profundo de mi ser para ti, y siempre tendrás en mí un padre, un amigo, un hombro sobre el cual apoyarse.
Por último, te propongo cambiar el lema de -Rodrigo D No futuro- por -Juanes J Sí Futuro-
Con profundo respeto, amor, admiración de tu padre.
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