El pasado domingo 4 de julio se cumplieron 30 años de vigencia de la actual Constitución Política de Colombia, algunos expertos señalan que esta ha sido una de las constituciones más manoseadas a lo largo de los Gobiernos, con decretos y leyes han acomodado los artículos de la Constitución para favorecer sus intereses políticos. Sin embargo, se creó la Corte Constitucional precisamente para evitar los pequeños micos que acomodan en los artículos, pero esto no ha servido de nada, pues el Congreso de la República es el facultado para elegir los magistrados encargados de administrar la Justicia en la C. Constitucional, y para nadie es un secreto que las mayorías en el congreso le sirven al presidente de turno y terminan eligiendo magistrados con intereses políticos.
A lo largo de la historia de Colombia, se han tenido alrededor de 10 Constituyentes, iniciando en 1810 con la Constitución del Socorro que desterró a las autoridades realistas y permitió que las ciudadanías fueran libres de la corona española, convirtiendo a una sociedad que vivía bajo un yugo realista, en una sociedad democrática.
Más adelante, en 1819 Se instaló la Constitución de Angostura donde se proclamó la “Ley Fundamental” de ahí nace la República de Colombia y se consagró la unión de la Nueva Granada, Venezuela y Ecuador en un solo país, a Simón Bolívar se le otorga el título de Libertados y se establece la figura de presidente y vicepresidente.
Sin embargo, en 1832 se realizó la Convención Granadina donde se aprobó la separación de Venezuela y Quito y se declaró proteger a la religión católica como la principal en el territorio de Nueva Granada.
Una de las características que ha tenido las Constituciones de nuestro país es que han sido influenciadas por la guerra y la violencia, marcando dos corrientes políticas entre Liberales y Conservadores y el predominio de estas ideologías se han visto reflejadas en las constituciones de 1853 a 1886, esta última de carácter conservador tuvo una vigencia de más de 100 años, que abarcaba leyes y artículos anacrónicos, basados bajo los preceptos de la Iglesia Católica.
En 1989 surge un movimiento estudiantil con el ánimo de realizar una constituyente, pues se argumentaba que la constitución de 1886 era obsoleta y no se adaptaba a los nuevos retos que la sociedad colombiana estaba afrontando, pues a finales de los 80’s y principios de los 90’s se vivieron los años más sangrientos en la historia de Colombia.
Finalmente, el 4 de julio de 1991 fue publicada la nueva Constitución Política, declarada como la constitución de los derechos humanos y el primer paso para construir la paz y un verdadero estado social de derecho, democrático incluyente y pluralista, sin embargo, en estos 30 años de constituyente los hechos y las actuaciones de los gobernantes han demostrado lo contrario.
La Constitución de 1991 ha sido una de las Constituciones más reformadas por los Gobiernos, desde la infame reelección de Uribe hasta el famoso Fast Track que se utilizó como mecanismo para implementar lo pactado con las Farc en la Habana, han sido claros ejemplos de que la constitución es un adorno más en este país.
Esta Constitución NO es norma de normas, El Estado NO reconoce ni protege la diversidad étnica y cultural, El estado NO protege las riquezas culturales y naturales de la Nación, El estado NO protege la vida y lo que hemos visto en las últimas semanas nos indica que en Colombia NO hay respeto por la vida, NO existe el derecho al debido proceso, el pan de cada día es la desaparición forzosa, la tortura y las penas crueles, NO se garantiza la libertad de conciencia, el que piensa diferente es marcado, estigmatizado y se convierte en objetivo militar, pareciera que la paz en nuestro país NO es un derecho fundamental, pues este último gobierno se ha encargado de deshacer la poca paz que dejó el pasado gobernante, NO hay derecho al trabajo, el estado estigmatiza las libertades de enseñanzas, aprendizaje e investigación de las universidades públicas, el desplazamiento forzoso es bandera nacional, desde que el paramilitarismo se fortaleció desde principios de siglo, constantemente se viola el derecho a la educación, los niños de nuestro país se mueren de hambre en las esquinas, NO existe el derecho al mínimo vital. Todo lo que se ganó hace 30 años en derechos sociales, se ha ido perdiendo gobierno tras gobierno pisoteando lo que algún día fue proclamado como la Constitución de los derechos Humanos.
Seguramente la Constitución en el papel sea maravillosa, sin embargo, se necesita un estado que garantice el cumplimiento de lo pactado hace 30 años por voz popular y no sea manipulado cada cuatro años metiendo “articulitos” que favorecen intereses personales, es por eso, que se necesitan ciudadanías que sean responsables a la hora de ejercer su derecho al voto y así hacer valer lo ganado hace 30 años con la séptima papeleta y la constituyente.