La semana pasada el Centro Democrático anunciaba a Óscar Iván Zuluaga como candidato presidencial imponiéndose, contra todo pronóstico, ante la popular y radical María Fernanda Cabal, ese mismo día Cabal respalda la decisión del partido, pero el miércoles se desató un rifirrafe cuando la senadora Cabal trino “TODO debe hacerse público, por respeto a los electores: 1) La muestra 2) Los datos recaudados, incluidas las 3000 encuestas desechadas. Esto, hasta hoy, no ha sido entregado ni a la auditoría, ni a la veeduría…” y es entendible el descontento porque la senadora estaba haciendo una buena campaña con las bases del Centro Democrático e iba subiendo en las encuestas, los simpatizantes del centro democrático la estaban respaldando más que a nadie, pero Álvaro Uribe sabe que recoger nuevos votos sería muy difícil, por no decir imposible y es que ningún sensato votaría a Cabal, entonces Uribe decide, al igual que en 2014 a Zuluaga, y esto, al menos para mí demuestra un quiebre entre el partido, sus ideales y su dueño, que sabe mejor que nadie cómo se juega esto. Álvaro Uribe sabe que con Cabal no podría acercarse a ese grupo de políticos tradicionales que ahora se llama la Coalición de la experiencia formado por Alejandro Char, David Barguil, Dillian Francisca Toro, Enrique Peñalosa, Juan Carlos Echeverry y Federico Gutierrez, su actual candidato.
Al elegir a Zuluaga, Uribe está aceptando una derrota a medias y es que si bien no elegirá a dedo a su candidato Gutiérrez, sabe que al resto de la coalición no le importa eso de ser presidente, tanto Char, como Barguil y la gobernadora del Valle; Dillian Francisca buscan protagonismo para sus partidos, un ministerio, alguna institución que les permita que el partido siga teniendo influencia en el país y para ello ofrecerán toda la maquinaria posible, con o sin permiso de la ley de garantías, todo les vale. El resto de ellos plantean algún tipo de favor, para luego ser tenidos en cuenta para un puesto; Echeverry, o alcaldía; en el caso de Peñalosa.
Al igual que pasó con Petro y la Procuraduría de Alejandro Ordoñez, una decisión con intenciones políticas de parte de la Contraloría tiene en vilo a Sergio Fajardo que aunque no es el único precandidato de la nueva Coalición Centro Esperanza sí es el más destacado en sus bases, aunque ahora se vislumbran otros que podrían asumir la candidatura como Alejandro Gaviria que por fin rompió con el cada vez más perdido Partido Liberal.
Cesar Gaviria y el Partido Liberal tienen una deuda con Colombia, esta se remonta a la primera vuelta de las elecciones de 2018 cuando eligió darle sus votantes a Iván Duque en lugar de dejarlos libres, y es que como buen padre y mal político buscaba algo para su hijo Simón, en el periodo Duque se ha ido desmarcando del gobierno pero la mancha no se quita tan fácil y el partido pretendía darle aval a Alejandro Gaviria que terminó dándole la espalda para entrar en la Coalición Centro Esperanza, ahora el partido sin rumbo podría terminar en cualquier lado, nada sorprendería.
El precandidato del Pacto Histórico y presidente del senado entre 2015 y 2016, Luis Fernando Velasco ya invitó al Partido Liberal a ser parte del Pacto Histórico, pero ahora quien lo planteó es el ex gobernador de Antioquia y ex alcalde de Medellín Luis Pérez que al tratar de unirse, junto al Partido Liberal al Pacto Histórico amenaza con romper la unión y consenso alcanzado hasta hoy. Al Pacto histórico puede entenderse la llegada de los sectores cristianos y es que hay discusiones con ellos que deben darse y están los derechos de la mujer y la comunidad LGBTIQ entre otros, y es que deben darse, eso sí, sin renunciar a que estos sean pilares del programa en común que hay que defender, pero lo que no puede darse es la llegada de un político que representa toda la corrupción que se quiere combatir y eso es el mencionado Pérez, que desde su ejercicio como alcalde de Medellín fue partícipe de la Operación Orión junto a Álvaro Uribe o Martha Lucia Ramírez. Recordar que el operativo dirigido por el Ejército Nacional, la Policía Nacional y el bloque paramilitar Cacique Nutibara dio como resultado desplazamiento forzado, ejecuciones extrajudiciales y un sinfín de desaparecidos. Entonces no se entiende como ahora Luis Pérez pretende adherirse al Pacto y sobre todo cómo el Pacto Histórico lo permitiría, y es que el Pacto Histórico no puede renunciar a la memoria de las víctimas, esto ha generado división en el Pacto, y hay voces como la de Iván Cepeda o Francia Márquez que se oponen a un personaje como Pérez y otras que contra todo pronóstico, ahora parece que lo defienden como Gustavo Petro.
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