Este adagio popular explica la forma en que una persona sabe quién le puede conceder una petición, darle gusto en algo, concederle una exigencia y quien no. En síntesis, quién le puede dar gusto. Así se puede resumir lo que ha pasado desde que Gustavo Petro y Francia Márquez ganaron las elecciones y que un gobierno verdaderamente democrático tiene la posibilidad de realizarse en Colombia.
Veamos. Al conocerse en firme el triunfo, inmediatamente después de la celebración, los partidos tradicionales y la mayoría con miembros cuestionados por todo tipo de corrupción, sabedores de cómo se maneja el poder en nuestro país, se plegaron al nuevo gobierno, solo el Centro Democrático y algún sector de otros partidos decidieron declararse en oposición. El caso del partido de Uribe es deplorable; quien va a encabezar la oposición es Miguel Uribe Turbay, quien nunca fue de ese partido, le dieron el aval y fue su cabeza de lista y solo lo mueve un odio visceral a Petro, aún no se sabe por qué, pero desde cuando fue concejal y presidente del concejo de Bogotá encabezó, con muy pobres argumentos, esa dichosa oposición. La hicieron los sectores mayoritarios por intereses económicos y de poder más que con argumentos. Álvaro Uribe tuvo que recurrir a un “extranjero” que nunca había militado en el CD para encabezar “el muro de contención contra Petro en el Congreso”, como el mismo Uribe Turbay lo ha llamado.
Los sectores populares, sociales empezaron a presionar por las reformas esperadas sin que Petro se haya posesionado. Algunos de esos sectores y ciudadanos han llegado a la amenaza de quitarle el apoyo y hasta hacerle oposición si “no les da gusto”. Es deplorable ver, oír y leer todo tipo de exigencias y comentarios en los que manifiestan su parecer de lo que debiera y no debiera hacer el nuevo presidente. Dan por hecho los rumores de las redes sociales y las noticias falsas de los medios tradicionales en todos los temas, sin confirmar, sin saber si es cierto o no y solo por el impulso de su parecer personal. Hasta un senador del Pacto Histórico pareciera, ojalá me equivoque, que va a ser la “quinta columna” del gobierno Petro-Márquez, solo porque no le “dieron gusto” en una aspiración personal. Hoy lo vemos trinando a cada rato protestando porque sí y porque no, cumpliendo una “misión de ángel justiciero” que él mismo se abrogó.
Políticos cercanos a Petro, han dado entrevistas a los medios tradicionales y han opinado sobre algunos temas del nuevo gobierno y los periodistas, habilidosamente, los utilizan para crear confusión y malestar entre los ciudadanos. Es el caso de quien fuera el secretario de hacienda, que en una entrevista dio una opinión personal sobre quienes deberían pagar impuesto de renta e inmediatamente el periodista trinó, dando como un hecho que esa opinión fuera una decisión en firme, ya hubiera pasado por el Congreso y se hubiera convertido en ley de la República. Se les “olvida” a los medios y los periodistas, que hasta el momento, el nuevo gobierno no se ha posesionado y no han presentado proyectos de ley por la sencilla razón de que el nuevo congreso se instalará hasta el próximo 20 de julio. Tratan, como dije antes, de crearle un ambiente hostil al nuevo gobierno.
Algunos ciudadanos y uno que otro periodista alternativo, también, han dicho que, si Petro no les “cumple o se equivoca”, le “caerán con todo” porque para eso lo apoyaron y le dieron el voto. El problema está en que la mayoría de ellos manifiesta deseos personales de propuestas o exigencias que ni siquiera están en el programa de gobierno y ni no se sabe si son legales o realizables, o que piensan que las soluciones a los problemas «caerán del cielo» . Pero alzan la voz y la escritura, para dejar una «constancia histórica» de su advertencia. Le exigen de todo; que sea poder legislativo y poder judicial, que tiene que aprobar tal ley o tiene que meter a la cárcel a tal corrupto, que si no lo hace no está cumpliendo para lo que lo eligieron (¿?).
Se olvidan o no saben de que en Colombia hay tres ramas del poder público, el ejecutivo, representado por el presidente, el legislativo representado por el Congreso que “hace las leyes” y el judicial representado por todo el aparato desde las altas cortes hasta los juzgados, quienes imparten justicia y deciden quien tiene castigo y quien no. Todos los poderes son independientes o lo deben ser, y ningún poder debe inmiscuirse en el otro. Otra cosa es que desde que llegó Alvaro Uribe Vélez, la democracia, representada en esos tres poderes, fue alterada, burlada, engañada y falseada, ya que este señor cooptó totalmente los otros dos poderes para poder hacer lo que quiso con el país y hoy vemos los resultados de ese trabajo minucioso hecho por él y sus partidos afines.
Este es el panorama que vivimos en estos momentos en Colombia, pero esto tiene una explicación. Es la primera vez, que en Colombia se vive un aroma de democracia. Se respira otro ambiente. Los colombianos no sabemos que es vivir en una real democracia, que es tener derechos ciudadanos, que es tener libertad, acceso a la educación, a la salud, a un trabajo digno, a una pensión, en resumen, todo los que tienen los ciudadanos en los países realmente democráticos. Solo conocemos que es ser perseguido, asesinado o desaparecido por su ideología, creencia, género, raza, religión, tendencia sexual o cualquier otra razón. Nunca hemos conocido una democracia real.
A esto se debe la “explosión de exigencias y peticiones” porque en los otros gobiernos no podían hacerlo, ahora sí, con un mandato democrático lo hacen, ahí está la diferencia. Pero no hay que esperar que un país con más de 200 años fabricando un sistema de privilegios para algunos en unos pocos meses o años se vayan a corregir y por ello no nos debemos desesperar. Hay problemas que no dan espera y esos son los que en primer lugar hay que atender como el hambre, la miseria, la erradicación de la corrupción, la falta de educación y de salud y una deuda externa que nos deja el gobierno Duque, la más grande de toda la historia del país, que de no solucionarse puede ocasionar problemas mayores a los que tenemos. A este país lo dejaron muy mal y en una muy grave situación en todos los aspectos. Todo a su tiempo, no se pueden abordar todas las cosas de una vez, hay que tener método. El Pacto Histórico logró el gobierno, pero el poder real sigue en manos de los de siempre, de los grupos económicos y los partidos tradicionales que lo han manejado para su beneficio. Nunca ha habido un manejo democrático de los recursos y el poder. Todos los colombianos debemos trabajar mucho tiempo para que todos tengamos las mismas oportunidades y no solo un grupo de privilegiados.
Hay que empezar por una educación generalizada de que es democracia, cuales son los derechos humanos y constitucionales y como es su aplicación, los colombianos deben saber como mínimo estos conceptos para poder avanzar en la construcción de un nuevo país.
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