Los políticos, como las hélices, giran y giran, por eso es que dan impulso a los países en busca de sus propios intereses y pocas veces de los de las comunidades que los eligen.
Sancho Panza hubiese estado muy contento de recibir su Ínsula Barataria, no en el lugar imaginario en que Cervantes la ubicó, sino en las Islas del Rosario, un lugar precioso en el que el hermano del registrador nacional está haciendo ferias y fiestas con todas las “islitas” e islotes que componen este pequeño archipiélago. El señor Campo Elías Vega Rocha –hermano de quien expide las cédulas de ciudadanía, más no las catastrales– junto con una damisela encantadora de nombre Myriam Martínez resolvieron arrendar al mejor postor esta parte del territorio nacional con cánones que ya quisiéramos tener nosotros para montar allí la isla de la fantasía. El caballero Vega maneja estas porciones de tierra con el criterio de un pésimo empresario, pues los alquileres que se pagan por usufructuarlas son ridículos. Se han interpuesto acciones en contra de los mencionados, de esas que no terminan en nada, pero por lo menos queda el “contentillo” de que las denuncias se formularon, lo cual permitirá a algún abogado de la Sergio Arboleda ganarse unos pesos como defensor del hermano del registrador y su amiga. Este caso confirma que la administración pública de nuestro país no puede ser un cementerio porque está llena de vivos, quienes hacen lo que se les da la gana mientras quien debería mandar solo obedece.
Como en este país de opereta puede pasar cualquier cosa, no fue sorpresa que un peñalosista furibundo, amigo del sistema TransMilenio, enemigo del metro subterráneo y compinche de unos cuantos ministros diera un salto mortal y, después de haber cuidado por años la espalda de Peñalosa, ahora sea el jefe de debate de nuestro candidato Gustavo Petro. Hablamos, en caso de que haya duda, del señor Alfonso Prada. Nos llama la atención su decisión al considerar que a su gran amigo Enrique le fue bastante bien con el gobierno Duque, alcanzando a tener tres ministros de su cuerda al tiempo (Educación con Ángulo, Interior con Arango y Defensa con Molano) y muchos de sus familiares y conocidos en altos cargos del Estado. Sabemos que Peñalosa fue derrotado en la consulta de la derecha y por ello tuvo que desistir de su aspiración, pero como lo conocemos también sabemos que ya se está preparando para una próxima elección. Con ese escenario en mente, ¿podrá Prada hacer campaña por Petro, dados sus vínculos de amistad y de trabajo con algunos de sus mayores opositores? Queremos que alguien nos lo explique y que use plastilina si hace falta.
Con independencia de la respuesta a la pregunta anterior, creemos que la voltereta de Prada no habría sido posible si no le hubiere echado el ojo a alguna chanfa en el nuevo gobierno, bien sea para él o para alguno de sus amigos. Lo que podemos descartar es que el cargo sea para el primo de su amigo, Emilio Archila Peñalosa, a quien por estos días se le ve muy frecuentemente en el Externado dado que quiere hacerse con el puesto de decano de la facultad de derecho de este claustro. Ojalá este chisme –que de concretarse sería una pésima noticia para esta importante universidad, cuyo nivel académico y rigor profesional dista mucho del de la “Checho” Arboleda– no pase de ser una mala información, pues esa maldición gitana no se la merece ni el claustro de los Hinestrosa.
Otro excelente malabarista es el señor Roy Barreras Montealegre, quien de adorador de Uribe pasó a hacer campaña por el peor amigo de éste. Roy es la demostración de que la mayoría de congresistas no tienen color ni sabor, al punto que no sería extraño que niegue haber sido uribista y se arrogue el título de defensor de la izquierda. Mientras escribíamos esta columna, Germán recordó que fue víctima de una denuncia del ‘chino’ Roy por haber denunciado –valga la redundancia– a un grupo de congresistas por prevaricato. Cuando él conoció de la acción emprendida por Roy, dizque por entorpecer la labor legislativa, su respuesta fue “sé que Roy es un buen médico y de él me dejaría poner una inyección, pero de verdad no creo en sus memoriales”.
Cambiando de sujeto pero no de tema, don Federico, alias ‘Fico’, decidió no bailar con su esposa sino organizar pareja con un hijo de Rodrigo Lara Bonilla, unión política de hecho más no al derecho, de la cual no sabemos si se hará entre Fico y Rodrigo o entre Federico o Rodrigo. En estos días, la Registraduría le dijo al candidato de la derecha que no podía inscribirse con su alias, que lo guardara para descrestar ingenuos y que en el tarjetón aparecerá con su nombre de pila, así que a ‘Fico’ le tocará bailar con su propio nombre y no con el disfraz que le dieron los paisas. No nos imaginamos qué podría pensar el titular del nombre de Rodrigo Lara, es decir, Lara Bonilla, si viera en qué andan sus vástagos, dando lanzazos y haciendo carambola en la izquierda y en la derecha.
El cuasi-candidato de los godos, Enrique Gómez, quien lleva de fórmula vicepresidencial a un señor Carlos Cuartas –de quien no sabemos su origen o trayectoria para aspirar al cargo–, ha hablado de paz, palabreja ésta de tres letras que nunca se conjugó durante el mandato de su abuelo Laureano, conocido como “el monstruo de la política”. Los liberales de la época sí tuvieron que conocer la “paz” de Laureano y la única manera en que los “cachiporros” pudieron vivir tranquilos fue cuando apareció el milico Rojas Pinilla y a sombrerazos sacó a Laureano de la Casa de Nariño y lo envió a atemperar a España, país en el que gobernaba el dictador admirado entre muchos conservadores –de antes y de ahora–, el generalísimo Francisco Franco. Suponemos que el candidato de los azulejos haría de este país un inmenso cementerio para los “cachiporros” y, en general, para todos aquellos que se suscriban o parezcan ser de izquierda.
Todas las encuestas dicen que quien va ganando en la clasificación para la pole es Gustavo Petro, sin embargo, el ‘Fico’ Gutiérrez mandó a fabricar unos sondeos en los cuales él, en un resultado sin precedente, empató a Petro en un mes y ya lo tiene colgando. Señor Gutiérrez, es hora de que se ponga serio, una encuesta hecha con guadua sería resistente y dúctil pero nunca exacta, no olvide que la guadua es fácil de doblar.
Feliz semana santa, que no de pasión.
Adenda: los colombianos somos especialistas en todo, hasta en mentirnos a nosotros mismos y creernos que podemos celebrar elecciones sin trampa. Petro también lo cree pero allá en el fondo sabe que están trabajando para la trampita. Ya pronto veremos quién tiene las mayorías.
Adenda II: Según nuestro periodista Francisco Cristancho, más de medio país está pidiendo a gritos la salida de Diego Molano del ministerio de Defensa. Basta con hojear cualquiera de las páginas de opinión de cualquier impreso o digital, para darse cuenta de que, al parecer, el único que aún lo quiere -y no nos consta el porqué- es el falso doctor Kike Peñalosa.
Ñapa: un “totazo” se dio la emperatriz de Bogotá por tratar de poner en cintura a esos incómodos motociclistas que aparecen hasta por debajo de las axilas. Los señores dijeron nones a las medidas anunciadas y la alcaldesa, como el recluta asustado, tuvo que recular, pues no ha querido entender que los pueblos se manejan con diálogo y con normas sensatas, no a los “tiestazos” como acostumbra a hacer y que parece disfrutar. Raro que no haya sacado al ESMAD a reventar los ojos de quienes protestaban. Este país tuvo que resistir dos tragedias al mismo tiempo: Iván Duque y Claudia López. Nadie creyó, ni siquiera Murphy, que las cosas pudieran empeorar después de Peñalosa. Resulta que sí podían. Si ante estas crisis la alternativa es el suicidio, nos negamos a aceptarla.
Coda: a un amigo nuestro con un coeficiente propio de los colombianos le informaron que esta semana es la de la Pasión y él, que no entendió, ya hizo reserva en un motel del norte para encerrarse con su amante en estos días de pasión.
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