Ya que entablé cierta amistad con la señora Anita, pasé por su taller de costura solo para saludarla a ella y a don Pachito su ayudante y como es costumbre, muy cordialmente me recibieron y me brindaron un tinto de esos que lo hacen a uno sentir que está en la tierra del mejor café del mundo.
—De que hablan, prosigan, no quiero interrumpirlos. —Comente tímidamente.
—Aquí arreglando el mundo. —Respondieron al unísono la Sra. Anita y don Pacho.
—Ustedes creen que este gobierno pueda hacer algo en este país que esta tan jodido!!! —Apuntó don Pachito.
—Que saque de la pobreza a millones de colombianos que se ganan un salario mínimo o menos, eso ya sería mucho. Porque no sé cómo hacen las personas para sobrevivir a un sueldo mínimo y sostener a veces hasta a cinco hijos o más… eso en verdad tiene que cambiar. Además, que trabaje por los seres humanos, por el medio ambiente, por el planeta; que haya igualdad de oportunidades para los jóvenes. Ustedes saben que un muchacho o una muchacha de un estrato 1 o 2 nunca tiene las mismas oportunidades de una muchacha o muchacho de estrato alto, a ver si así, verdaderamente empezamos a cambiar hacia un país más equitativo. Ah y que mejore las condiciones de los campesinos, para que tengamos seguridad alimentaria, y que traiga la paz completa a este país tan aporreado por la guerra. Tengo mucha gente cercana que ha sufrido directamente por tanta violencia. —Comentó la Sra. Anita con tono enérgico.
—Si Sra. Anita usted tiene toda la razón. Conozco a muchos jóvenes que por falta de oportunidades se han ido por la fácil al ejército o la policía, o la ilegalidad. Todo porque el Estado no les brinda otros caminos. —Respondí escuetamente.
—El que no progresa es porque no quiere. —Contestó don Pachito con un aire hasta cínico y simplista.
—¡Porque no quiere! uy no Pachito usted no ve que estamos en uno de los países más desiguales del mundo. —Respondió la Sra. Anita.
—¿Qué otras cosas le piden ustedes a este gobierno de Petro y Francia que empezó este 7 de agosto? —Pregunte en general.
—Que no regale las riquezas que son muchas. Solo por comentarles algunas de las riquezas que se llevan, miren que en la Guajira esta una de las minas a cielo abierto más grande del mundo, el tal Cerrejón, y esa riqueza se la quedan empresas extranjeras de Suiza, Australia y no recuerdo de que otros países, y allá en esa parte del país solo dejan ruina, dejan solo el hueco y quedan comunidades enteras en la empobrecidas. Yo si espero que este gobierno cambie esas políticas mineras. Que en verdad generen riqueza para el país, y que se cuide el medio ambiente y las comunidades. Además, deberían de cobrarle impuestos a estas empresas mineras, que de ahí saquen la plata para la reforma tributaria, que no le metan la mano al bolsillo de la gente, sino que cuadren caja con toda la plata de las tales exenciones tributarias. —Prosiguió doña Anita.
—Yo no creo que este gobierno pueda hacer mayor cosa, esto está muy jodido y esos comunistas en el poder van a volver añicos el país. —Reiteró con un aire pesimista don Pachito.
—El país lo entregan en la ruina los que siempre han tenido el poder. Mire no más, tantísima corrupción en todos los gobiernos anteriores y los actos de gran corrupción en el gobierno que dejó este señor Duque. Como será que hasta se robaron la plata del internet y de la comida de los niños, se robaron la plata de la paz, invirtieron muchísimo dinero en armamento, en aviones militares. Este sr. Duque ferió el país a diestra y siniestra, antes de dejar la presidencia, y dejar la nación en bancarrota antes de entregarla. Como se dice, dejo la olla raspada. Eso me parece muy rastrero, de los más bajo que puede hacer Duque y su gobierno saliente. —Objetó Doña Anita.
—Si Doña Anita, comparto sus visiones al respecto. Pero me tengo que ir a comprarle la comida al gato, y comprar la remesa antes de que todo siga subiendo de precio, ya que a propósito todo está cada vez más caro y no hay bolsillo que aguante. Ojalá que el gobierno que llegó trabaje en beneficio del pueblo en general. —Dije muy rápidamente.
—Con que este gobierno haga siquiera tres o cuatro cosas a favor de todo el pueblo colombiano, ya es mucho, ya que todos los gobiernos anteriores han sido tan malos, que con algo que este gobierno haga bueno ya marca la diferencia, muchos pusimos nuestro voto para que un cambio en el poder fuera posible, por mi familia, mis nietos, por mi esposo que ya no está, y por tanta gente que ha muerto por la guerra de este país, y por tantos que se han ido sin lograr ver un país diferente, por ellos y por toda la esperanza de cambio y anhelo de paz, yo ruego a dios y todos los santos que a este gobierno le vaya bien y que cumpla con dejarnos vivir en un mejor país. —Dijo la Sra. Anita para terminar esta breve charla.
—Gracias Sra. Anita por sus palabras y por el tinto. Así es, todos a remar para que este barco llamado Colombia llegue a buen puerto. — Seguiremos conversando otro día. Muchos éxitos en todo.
Y así, llegué al supermercado chocando con la realidad de los precios que reflejan una de las más fuertes devaluaciones de nuestra moneda en los últimos tiempos. Pero con la mente puesta en las ideas expuestas por la Sra. Anita que me llenan de esperanza en que las cosas en esta Colombia mejoren verdaderamente.
— ¿Y tú que haces por mejorar este país?
Déjamelo saber en un comentario, feliz día.
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