Por mucho tiempo consideré que el divorciarse era señal de fracasar como pareja, y en alguna revista o artículo leí que el “fracaso es fingir que eres feliz en una relación donde no quieres estar».
Fue entonces cuando empecé a leer más y más acerca del divorcio para entender si era un fracaso. En este proceso descubrí que estaba actuando de la mejor forma, ya que en dos ocasiones quise separarme, pero no me decidía por todos los motivos que debemos evaluar al momento de tomar una decisión como esta, o tal vez no daba este paso por miedo al qué dirán, por el miedo a ser señalada, juzgada o criticada.
El tomar la decisión de divorciarme no fue nunca motivo de conversación con amigas, nunca tuve el valor de comentarle a nadie o tener una opinión al respecto. Durante años me mantuve en silencio, era tanto el temor que tenía de pensar en el daño que podría hacerle a mi ex pareja. Pero entre más pasaba el tiempo, su forma de ser conmigo me hizo dar ese gran paso. Lo primero que hicimos fue separarnos de común acuerdo, y me da risa cuando cuento cómo son estas separaciones en mi país (Colombia), separados en la misma casa, y cada uno en un cuarto diferente, así convivimos un gran tiempo, hasta que llegó el día que tomé valor, solté lo que nos ata como era un apartamento, un carro, esas cosas materiales de las que nos aferramos y también se convierten en obstáculo a la hora de tomar esa decisión.
Es admitir, aceptar y reconocer que todo había llegado a su fin y soltar todo los que nos ataba, fue así como un día sin decir nada tome solo mis cosas personales, como ropa, zapatos, bolsos todo lo necesario para seguir trabajando y salí del apartamento que un día fue mi hogar por muchos años.
He revisado y evaluado algunos de los motivos que me llevaron a esta decisión y descubrí que lo más importante y que yo valoro, fue el haber iniciado talleres de crecimiento y desarrollo personal. No tengo la cuenta de cuantos talleres tomé, lo cierto es que fueron los que me ayudaron a perder miedos, a valorarme y a tomar las riendas de mi vida.
Así que cuando escuchemos a una amiga, familiar o alguien muy cercano a nosotros decir que se va a divorciar, pensemos muy bien lo que vamos a decir. Rectificamos que el divorcio nunca es un fracaso, más bien, pensemos en lo que sí es verdaderamente un fracaso: Ej
- Fracaso es aparentar o jugar a ser una pareja feliz.
- Fracaso es quedarse ahí por muchos años por miedo al qué dirán, a la crítica.
- Fracaso es aguantarse por creer que eres ya muy vieja para empezar.
- Fracaso es no ver que la felicidad no viene contigo al regreso a casa.
- Fracaso es quedarse callado y continuar como si nada.
- Fracaso es no tener el valor de hablar con tu pareja y decirle que el amor se me acabó.
Cuando leo artículos relacionados a la decisión de divorciarse, veo que muchos concuerdan con que divorciarse es una señal de crecimiento personal y madurez, aunque sea un proceso doloroso y complicado.
Deseo éxitos y mil bendiciones para todas aquellas relaciones de pareja, porque lo cierto si es que sostener una relación no es fácil y señor lector tenga en cuenta que siempre será de dos.
