En febrero de 2021 escribí la columna «Ojo Petro, a tres momentos». No me cansaré de reiterar una y otra vez, que, para que Petro tenga éxito en su gobierno, necesita tres instrumentos: un buen Congreso, un buen gabinete y una coalición política sólida que lo acompañe durante todo su cuatrienio y que permita la elección de gobiernos progresistas por tres o cuatro períodos más, para lograr los cambios estructurales que Colombia necesita.
Petro y el Pacto Histórico transitan hoy por el primer momento al que se refiere mi nota del año pasado: lograr un Congreso de 55/86, según la propuesta de Gustavo Bolívar. Los pasos iniciales de ese primer momento fueron confeccionar una lista paritaria para el Senado e inscribirla el 13 de diciembre. Entre esa fecha y el 20 de diciembre hubo muchos reclamos de personas postuladas que esperaban ser ubicadas en los primeros renglones y no lo lograron. Entonces, se dieron descalificaciones y señalamientos de unas contra otras, y en varias entrevistas que le hicieron a Petro, los medios le pidieron que explicara la causa de esos reclamos.
Por eso, la lista que inicialmente era completa, de 100 personas, 50 hombres y 50 mujeres, se redujo a menos de 80, debido a que algunos de los inscritos renunciaron, porque no entendieron ni el país en que vivimos ni el momento histórico en el que estamos. ¡Cómo es de cierta aquella valoración que hace Hesíodo de la conducta humana! «El vecino envidia al vecino, el carpintero al carpintero, el jarrero al jarrero, el mendigo al mendigo y el aedo al aedo».
Superados los reclamos, todos hacen cábalas, tanto al interior del Pacto Histórico, como por parte de diferentes analistas de partidos y movimientos políticos. Muchos indican que la lista que encabeza Gustavo Bolívar no superará los doce escaños, otros con visiones más objetivas y menos emocionales le calculan entre quince y diecisiete renglones, y los más optimistas en nuestra propia coalición creen que los resultados pueden estar entre veinte y veinticinco curules.
Mi opinión se ubica más en el contexto de la inconformidad de la ciudadanía, que en los simples números electorales de épocas tranquilas. Si el estallido social que empezó el 21 de noviembre de 2019 y tuvo su punto más alto a partir del 28 de abril del 2021, se expresa en las elecciones de Congreso y en las presidenciales, los resultados deben ser, 35 escaños en el Senado y Petro presidente en la primera vuelta. De no ser así, si la inconformidad social, el disgusto de la gente no se expresa en las elecciones de este año, los psiquiatras sociales, sociólogos, antropólogos, politólogos tienen la tareíta de hacer un gran estudio para saber qué clase de cambio es el que hoy quiere la gente.
Sin embargo, más allá de las cábalas y de las curules que logre la lista que encabezan Bolívar, Pizarro, López, Avella y Barreras, lo más importante es el mensaje testimonial que hoy envían los nombres que finalmente el Pacto Histórico le presenta a Colombia. Se trata de la lista testimonial de la más amplia y representativa diversidad étnica, racial, cultural, lingüística, política, social, sindical y geográfica de nuestro país, el más diverso y contradictorio del mundo. Desde el primero hasta el último de la lista, representa lo más diverso y valioso que florece en estos territorios de montañas, páramos, valles, desiertos, mares y ríos.
Cualquiera que haga el ejercicio de revisar todos los nombres, sacará como conclusión que la lista para el Senado, es la lista testimonial de muchos sufrimientos y penas: de los males de la guerra, de la exclusión, la represión, el exterminio y los falsos positivos; del robo de los recursos hídricos y el cambio climático; de la victimización, del desplazamiento forzado, del desarraigo y el exilio; de la orfandad, la viudez y la soledad. Pero también es la lista testimonial de la paz y de la vida; de la lealtad a los principios, a las razas, a las etnias y a las culturas; de defensa de los derechos humanos y el medioambiente; de la resistencia y la perseverancia en el trasegar político; de los sueños, las ilusiones y utopías; del cambio, las energías limpias y la producción de alimentos, y, por, sobre todo, del arribo a una nueva época.
Respetable la actitud aquellos valiosos líderes y lideresas que se inscribieron como candidatos al Senado y luego renunciaron. Pero, ¡qué pena! No entienden ni el país ni el momento. Este país no es como cualquiera otro de la región: del sur, del norte, del oriente o del occidente. En ningún otro país de la región desmiembran viva la gente con motosierra, ni asesinan a jóvenes inocentes haciéndolos pasar por guerrilleros para demostrar el éxito de la guerra, ni los victimarios dirigen la oficina de protección de las víctimas, ni los grandes bandidos pretenden dar lecciones de moral. Este es El País de Constantina, como claramente lo caracterizan mis obras de ficción y no ficción.
Tampoco entienden el momento histórico: aún piensan que proyectos como el Pacto Histórico, es un episodio más de la eterna oposición, sin posibilidad real de poder. La coalición de hoy es un acumulado de casi nueve décadas (desde 1936), y por más gloriosos que fueron algunos de los momentos de estos 86 años, hoy no estamos frente a las epopeyas inolvidables de Gerardo Molina, Jaime Pardo Leal, Lucho Garzón, Carlos Gaviria y Clara López. Tampoco estamos ante las candidaturas del propio Petro, 2010 y 2018. ¡Hoy estamos en el 2022 y con Petro imbatible! Por eso, nos sentimos muy orgullosos de hacer parte de esta Lista testimonial al Senado de la República.
¡Bienvenido Petro, a este histórico 17 de enero de 2022, a presentarle al país la Lista testimonial al Senado, y las también Listas testimoniales de Cámara por Bogotá y Cámara por Cundinamarca!