José Felix Lafaurie

Por miedo a los paracos, Lafaurie quiere organizar su propia convivir

Cuando el pequeño tira un puntapié a los testículos de un gigante, casi siempre solo acierta a golpearlo en una espinilla. ¡Lo único que nos faltaba! Que ya las cosas no son ‘ganado’ sino ‘robado’, y entonces nos sale el señor Lafaurie con el cuentico –no tan chino, más bien

Por miedo a los paracos, Lafaurie quiere organizar su propia convivir

Cuando el pequeño tira un puntapié a los testículos de un gigante, casi siempre solo acierta a golpearlo en una espinilla. ¡Lo único que nos faltaba! Que ya las cosas no son ‘ganado’ sino ‘robado’, y entonces nos sale el señor Lafaurie con el cuentico –no tan chino, más bien

La Otra Voz
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