Con un salto triple, la U pretende lavarse la cara
Cuando un partido político se percibe desgastado, mancillado por los escándalos de corrupción, la degradación de la parapolítica o el desprestigio, recurre a una estrategia ya habitual; primero, se cambia el nombre y el logo; segundo, recluta “caras frescas”; y tercero, renace como una “opción diferente”. Creería que el caso