Por miedo a los paracos, Lafaurie quiere organizar su propia convivir
Cuando el pequeño tira un puntapié a los testículos de un gigante, casi siempre solo acierta a golpearlo en una espinilla. ¡Lo único que nos faltaba! Que ya las cosas no son ‘ganado’ sino ‘robado’, y entonces nos sale el señor Lafaurie con el cuentico –no tan chino, más bien