¡Hola! Mi nombre es Carolina Gualdrón Gómez…
Soy colombiana y lo sé porque así lo dice mi cédula, pero siento que “no soy de aquí, ni soy de allá, no tengo edad, ni porvenir y ser feliz es mi color de identidad”, creo que todos somos hijos de la tierra, por esto no creo en fronteras, no me gustan las divisiones, creo en diferencias y en que cada ser tiene una esencia propia. Y que aún así podemos ser una sociedad democrática.
No pertenezco a ninguna religión, soy una persona espiritual, que cree en un ser divino, creo en el universo y en un plan divino, para mí existen dos caminos, el miedo o el amor. Cada decisión tomada en nuestro día a día y desde lo más cotidiano esta movida por uno de estos dos estados, los cuales se complementan.
Crecí en un barrio popular, mi formación académica comenzó en colegios públicos, me divertí jugando a las escondidas, congelados, patinando y muchos juegos más con mis vecinos, recuerdo que cerrábamos las calles en navidad para pintar el andén e iba a las casas a rezar la novena para recibir natilla, buñuelo y avena.
Mi familia paterna es bastante numerosa, crecí con mi papá y mamá, son un matrimonio estable y me han enseñado el valor de trabajar, de ser independientes, trabajadores, organizados y ahorrativos. Ellos son bachilleres según un cartón, pero para mí son, economistas, administradores y comerciantes.
Recuerdo mis vacaciones de niña visitando a mis abuelos en Villavicencio y luego de la partida de mi abuelo, íbamos a visitar a la familia de mi abuela en Medellín, en estos dos lugares tengo los recuerdos más lindos de mi niñez. Y supongo gracias a esto adquirí mi gusto por conocer, por viajar, por entender otras culturas. De sentirme hija del mundo.
Le tengo gran amor a los dichos paisas, al aguardiente antioqueño, al acento de mi abuela, a la arepa con quesito en la mañana, a un buen desayuno con migao, a una bandeja paisa, que para mí a cambiado con los años, pues intento que ahora mi chocolate sea con leche de almendras y mi bandeja paisa no tenga carne animal, libere mi plato de sufrimiento y lo cambie por carne vegetal.
No creo que ninguna vida tenga más valor que otra, por esto intento respetar y valorar toda vida, no me gusta definirme, pues bien dicen que definirse es limitarse, pero puedo decir que me identifico con el veganismo, animalismo, minimalismo y anti-especismo. Y que estoy en constate cambio.
Hace varios años mientras buscaba ayuda para atravesar la etapa más dura de mi vida encontré la práctica de Yoga, Yoga Nidra y Meditación. Salvo mi vida, salvo mi esencia, salvo mi amor propio y salvo la esperanza que tengo por el mundo.
De mis problemas emocionales y físicos evito hablar, solo lo hago con mi terapeuta y con un par de amigos en una noche de vinos.
Soy de la corriente del perspectivismo de José Ortega y Gasset, en la cual él expresó: “El ser definitivo del mundo no es materia ni es alma, no es cosa alguna determinada, sino una perspectiva», «…donde está mi pupila no hay ninguna otra.» «…somos insustituibles”.
Coincido totalmente en que no existe una visión «única», o una verdad absoluta de un hecho. Quienes vive una enfermedad crónica, a sus 22 años y otra a los 70 años la viven de forma diferente, las dos perspectivas son verdaderas y tratan de una misma situación, incluso si las dos personas tuvieran la misma edad, con el mismo tipo de enfermedad no tendrían la misma perspectiva.
Aun así, dice Ortega que las dos miradas, las dos perspectivas, se complementan, siendo cada una de ellas distinta e insustituible.
Disfruto del arte, la literatura de Fernando Vallejo, Andrés Caicedo, Gonzalo Arango, Bukowski Charles, Osho, Alejandra Pizarnik, entre otros. Amo la música de Joaquín Sabina, Mon Laferte, Calle 13, Mercedes Sosa, Enrique Bunbury, Café Tacvba y algunos más. Gozo de películas y series con un argumento social. Y vivo enamorada del teatro.
He trabajado en restaurantes, empresas multinacionales, empresas pequeñas, empresas familiares, en la tienda de mis padres, cuidando las hijas de una prima, en eventos, en la calle, en la casa, en edificios y en oficinas pequeñas.
Actualmente tengo un trabajo estable, en comunicaciones de Volver a la Esencia, una plataforma hermosa de Yoga y Meditación para el autoconocimiento y equilibrio de Chakras, vivo con mi mamá, mi papá, mi perra y mi gata. Estoy terminando mi carrera de Comunicación Social y Periodismo.
Busco el bien común, la libertad de opinión, en que todos tengamos un sentido crítico frente a cualquier situación, en que se cumplan los derechos, en que todos tengamos una vida digna y como dice René “solo tengo una sonrisa, y espero una de vuelta”.