Ganar una elección pareciera fácil en un país en donde los votos no se negocian ni se robaran.
Petro es un excelente político. El sistema es excelente chanchullero.
Con tamaño despelote que organizó el, al parecer, inepto Registrador Nacional del Estado Civil, alguien comentaba que con su forma de ser debería ser más bien el “Registrador Nacional del Estado Militar”. Así todos los del Centro Democrático estarían muy contentos. Lo cierto es que el señor Alexander Vega hizo las peores elecciones en materia de organización que hayamos conocido en nuestra larga vida. Esta es la hora en que los votos siguen desapareciendo o apareciendo, como en una obra de magia, y es así como a base de “errores” le habrían birlado al Pacto Histórico –de Gustavo Petro y sus mariachis– la pendejadita de más de medio millón de votos.
Casi diez días después de la jornada electoral y los votos de Hollman Morris (@HOLLMANMORRIS) siguen apareciendo y desapareciendo. Los escrutadores al parecer estuvieron jugando a las escondidas. Pero así sea con varita mágica, “los transparentes” tendrán que aparecer. –Y si les decimos “transparentes” es porque sabemos que están, pero no se ven–.
La convicción que tiene el pueblo colombiano es que estamos frente a un chanchullo o fraude, como lo quieran llamar. Sin embargo, los amigos del sistema y los periodistas lambericas de los medios prepagos, dicen que es un “pequeño error excusable”. Por lo que vemos no fue “un error”, sino millones de errores. Se dice que esta es la democracia más antigua de América, pero los historiadores dicen que esto es lo más parecido a una dictadura partidista y clasista, donde los votos válidos son los que le sirven al sistema.
Haciendo memoria, en 1970 –hace un jurgo de años– ocurrió algo muy similar a los de ahora. En un certamen también cuasi democrático al general Gurropin –Gustavo Rojas Pinilla– le robaron las elecciones. En una fría mañana, al día siguiente de haber empezado los escrutinios, yendo como ganador Rojas Pinilla la noche anterior, aparecieron repentinamente en la tierra de los pastusos un jurgonón de sufragios que le permitieron a Pastrana superar los votos de Rojas.–Y ahora el heredero del otrora beneficiario de aquel chanchullo, dizque protestando por el triunfo de la izquierda ¡Ah!–. En aquella época para llevar adelante el fraude –o “error” que llaman hoy en día– el presidente de turno, ‘el chiquito’ Lleras, se valió de un “tigrillo” de apellido Noriega, hijo del famoso tigre Noriega, el cual hizo la pirueta con el consentimiento del mandamás.
Parece que hoy al señor Duque, como no tiene su tigrillo, le tocará recurrir al gatillo, de muy frecuente uso por los paracos para ajustar resultados electorales. Ellos podrán asesorar a Duque en cómo se ajustan las elecciones cuando el pueblo no obedece al matón de turno. Magdalena, Cesar, Córdoba, Bolívar, etc., aprendieron muy bien cómo en ciertas elecciones al electorado en contra lo desaparecen, y fue así como se consagró el poder de un gobernante que todavía sigue haciendo daños.
Quien puede dar más información sobre cómo el gatillo ganaba las elecciones es el señor Jorge Cuarenta, quien hoy goza de especial protección del Estado; tan de buenas, que hoy su muchachito salió elegido Representante de las víctimas con los votos de las mismas víctimas. ¡Milagros, milagros se ven en Paracolandia!
Algunos funcionarios públicos son tan ‘diplopelotas’ que al fraude le pusieron el alias de “errores técnicos”. Es obvio que los buenos colombianos que tenemos almas de gozque –al igual que el perro de La Víctor–, ponemos oído y acatamos la voz del amo. Falta que nos digan los católicos de este pueblo que “la voz del amo es la voz de Dios”, en contra del aforismo mundialmente conocido de vox populi vox dei.
Que se haga entonces la voluntad del que manda, que el gozque obedecerá.
Lo cierto es que la estantería de los montajes contra Petro se les está despiporrando, a pesar de que la Procuraduría y todas las ias están cuidando el fraude para que nadie lo verifique.
Suponemos que para hacer investigaciones sobre este tema ya estarán llamando a su asesor espiritual e internacional, Alejandro Magno, quien es un hacha para complicarnos la vida a los líderes de oposición. Basta preguntarles a Gustavo Petro(@petrogustavo) y a Piedad Córdoba (@piedadcordoba) las maromas que les hizo.
Sobre este tema es bueno recordar que don Alberto Ríos –estrechamente vinculado con cierta ‘periodista’– organizó la no recogida de basuras durante la alcaldía de Petro a fin de justificar las investigaciones que se levantaron. A tal extremo se llegó, que en la Procuraduría se hizo una vakis con el fin de financiar a los que colaborarán en todas las maniobras para tirarse a Petro en aquella época. Hoy seguramente estarían en las mismas.
–Y sobre algunos resultados– Muy curioso resultó que a los que más incienso le echaban al sistema en las sesiones del Congreso, mal les fue. Veamos unos ejemplitos: Gabriel Vallejo, Juan David Vélez, Fernando Gómez, Juan Manuel Daza –entre otros–, quienes siempre votaron por el Gobierno, defendieron ministros, y nunca estuvieron del lado del pueblo. La chusma les dijo nones, y los puso a esperar para la próxima.
Desconocemos si el desocupado Fiscal habrá iniciado ya alguna investigación por el “error técnico” que le voló los votos a candidatos de oposición, o estará más preocupado viendo a ver cómo le arma un proceso a algún opositor con extradición incluida y todas esas cosas tan de moda, desde que Néstor Humberto Martínez dejó su huella indeleble en el bunker.
Sabemos que son decenas de sinvergüenzas a quienes sorprendieron comprando votos, pero hasta ahora la pantera rosa –el Fiscal– no ha salido en televisión mostrando a los sindicados para que así podamos ver nosotros quiénes habían imitado a doña Aida Merlano.
Y ya que hablamos de Aida Merlano, se nos acaba de aparecer el abogado de Char, el amigo Lorduy, que siempre votaba todos los proyectos que beneficiaban al gran capital y daba declaraciones todos los días y por todos los medios; sin embargo, el hada madrina –que no es Aida Merlano– no le hizo el favor, y le tocará entonces a este amigo irse a asesorar al Junior sobre la manera de meter goles y cobrar penaltis.
Y se les voló el señor “Matamba”, quien había soltado la lengua contando cómo algunos milicos habían financiado sus propias bacrim. No sabemos cómo diablos–imitando a Houdine– se esfumó de su sitio de reclusión y nos quedamos sin conocer la versión que iba a dar ante la JEP. Puede ser que no le hayan cortado la lengua, como se acostumbra a hacer entre componentes de la cosa nostra y la mafia. La pregunta del millón, que da derecho a una llamada gratis desde la cárcel, sería: ¿él se salió de la penitenciaría o más bien lo sacaron? Recordemos que a la Merlano, según su dicho, le facilitaron todo para salirse de la cárcel, pero según lo cuenta ella, la sacaron porque la querían eliminar o ‘borrar de la lista de electores’, como dirían hoy en día. Habrá que esperar que allá en el otro mundo Caronte, con el permiso del Cancerbero, nos permitan hacer una investigación con las almas en pena.
Sobre esta fuga o salida sin permiso quien no ha dicho ni pío es el señor ministro de Justicia, quien parece que está dedicado a otros menesteres, pues en estos enredos ni se le ve. El pato lo pagó el director general de prisiones, como siempre; sin embargo, los verdaderos responsables de la situación carcelaria en Colombia siguen dedicados, no a construir casas en el aire –como el vallenato–, sino cárceles en la isla de la fantasía.
Adenda: De la que se salvó el Congreso… pues el señor ‘Polo–Polo’, quien aspiraba a ser representante por la negritudes con el apoyo de la politóloga Cabal, daba por cantado que había salido elegido. Pero como ‘Polo–Polo’ es apenas una avioneta en esto de la lagartería, quedó chiquitico frente a todo ‘un avión’, como lo es Juan Carlos Martínez, al ser su hija la ganadora de esa curul. A última hora bajó del carro del triunfo a ‘Polo-Polo’y lo mandó a rascarle la espalda a su politóloga patrocinadora. Lo curioso de este señor ‘Polo–Polo’, quien se hacía pasar por afro, es que también se había hecho pasar por indígena. Entonces no sabemos si es para-indígena, para-africano o para–lagarto. Lo que sí sabemos es que el triunfo es de la hija del para–político.
Re-trino: El reconocido senador Iván Cepeda (@IvanCepedaCast), en uno de sus tuits, coincide plenamente con nosotros sobre el actual papel del Min Justicia. Aprovechamos este espacio para compartírselo.
Las opiniones realizadas por los columnistas del portal www.laotravoz.co no representan la identidad y línea editorial del medio. Les invitamos a leer, comentar, compartir y a debatir con respeto.