En su tercer día desde Atlanta, Estados Unidos, ante el tribunal de la Jurisdicción Especial para La Paz, JEP, Salvatore Mancuso reveló que hicieron dos grandes importaciones de armamento desde Centroamérica. La primera en un barco de la bananera Banadex donde entraron a Urabá 4.500 fusiles, 3 millones de cartuchos, lanzagranadas, ametralladoras; y una segunda importación »Cuando los Cifuentes, Pachito y… Jorge, esta operación de compra de fusiles la trajo Pacho Cifuentes que vino desde Centroamérica, desde Nicaragua, ese barco zarpó desde México, traía balones de fútbol plásticos inflados y así se camuflaron las armas que llegaron al puerto de Urabá…».
El Francisco y Jorge Cifuentes a los que hace referencia Mancuso son dos de los hermanos Cifuentes Villa, dos famosos narcotraficantes muy cercanos a la familia del expresidente Álvaro Uribe Vélez, cuyo hermano Menor, Jaime conocido como ‘El Pecoso’ sostuvo durante más de 10 años una relación sentimental con Dolly Cifuentes Villa, de donde nacieron dos hijos, Diego y Ana María Uribe Cifuentes, la sobrina del expresidente quien hoy es prófuga de la justicia y quien ha sido señalada por las autoridades de administrar en Colombia los negocios del narcotraficante mexicano Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, detenido en una cárcel en Estados Unidos.
Escuche el testimonio de Salvatore Mancuso en este link
https://twitter.com/JEP_Colombia/status/1658136944323223555
Francisco Cifuentes Villa busco refugió con Carlos Castaño, luego de que su hermano Fernando fuera asesinado como retaliación por la muerte de alias Don Efra. Más tarde en 2007 Francisco Cifuentes Villa fue asesinado por órdenes De Diego Fernando Murillo, alias ‘Don Berna’. En el gobierno de Juan Manuel Santos, Dolly Cifuentes Villa fue extraditada a Estados Unidos donde pagó una pena corta de cárcel y actualmente se desconoce su paradero y el de su hija Ana Maria Uribe Cifuentes, la hija de Jaime uribe Vélez, quien murió de cáncer.
También el exjefe paramilitar del Bloque Catatumbo y de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Aruba, Salvatore Mancuso, confirmó que fueron varios los altos oficiales del Ejército, la Policía y la Infantería de Marina con los que se reunió, o tuvieron conocimiento, para planear masacres y operaciones militar en varias regiones del país como el Catatumbo y los Montes de María en el sur de Bolívar, entre otras zonas, donde la JEP referencia con nombre propio 14 masacres.
Mancuso señaló con nombre propio a los generales Martin Orlando Carreño Sandoval, al general Mario Fernando Roa Cuervo, director de Inteligencia del Ejército, al general Alberto Bravo Silva comandante de la Quinta Brigada con sede en Bucaramanga, al General de la Infantería de Marina Rodrigo Quiñónez, quien era coronel en 1999 y comandante de la Primera Brigada con jurisdicción en Sucre y el sur de Bolívar y quien fue condenado por su omisión para evitar las masacres de Chengue y Macayepo, que fueron centro de un debate en 2005 por parte del entonces representante a la Cámara Gustavo Petro, quien nunca entendió porque la Procuraduría condenó con rigor las omisiones de la Infantería de Marina y no las de la Policía del lugar, que fue la primera autoridad que se dio cuenta de la presencia de varios camiones con más de 50 hombres camuflados y fuertemente armados.
El exjefe paramilitar también mencionó al coronel Victor Hugo Matamoros, comandante en Cúcuta del grupo mecanizado Maza, quien estuvo detenido por más de un año tras las versiones en Justicia y Paz; y luego en 2012, inexplicablemente, accedió a un contrato como asesor del comando general de las FFMM cuando el comandante era el general Alejandro Navas. Sobre Matamoros varios jefes paramilitares como Jorge Iván Laverde, alias ‘El Iguano’ y el mismo Salvatore Mancuso ya habían señalado al oficial del arma de caballería en Justicia y Paz.
Mancuso también volvió a mencionar al mayor Mauricio Llorente, quien también cumplió condena por Justicia y Paz; pero sin embargo, prefirió guardar silencio y no aportar nuevos nombres al pedido del magistrado de la JEP y le respondió que hablaría con la JEP en audiencia privada para evaluar ese pedido.
Mancuso también confirmó los relatos de un sobreviviente de las ACCU, Orlando Triana, quien aseguró que a su suegro lo asesinaron y que los paramilitares les mataron muchas personas inocentes, les robaron sus embarcaciones o se las destruían en hechos sucedidos en Urrao. »Todo eso es cierto su señoría, además los hombres bajo mi mando cometían los homicidios y luego se escondían en la Policía o en la base militar en Tierra Alta’‘, agregó Mancuso.