Árbol de mango
Ahí estaba la niña
Libremente frágil
Jugando,
Sobre la tierra hostil
En época de verano.
Danzaba con las hojas
Y el viento
Le ofrecía arrullo.
Era irreverente y rebelde
Ella huía
De la noche golpeada.
Abrazaba el árbol
Con los brazos apagados.
Sus ojos marchitos
Calcinaban las palabras.
Fue el magnicidio del saludo
Y rompecabezas los cuerpos.
Era olvidada y silenciada
En la ternura de la premura
Era ir y no volver
Era el río agonizante
Las gotas de sangre…
Era la niña debajo del árbol.