Existen políticas públicas y de carácter social enfocado a diferentes sectores: Derechos del adulto mayor, derechos de las mujeres, derechos de los trabajadores y las trabajadoras, etc. Sin embargo, una política pública dirigida a las olvidadas por la sociedad actualmente no reposa en las memorias de las bibliotecas del país.
El titulo un poco contradictorio revela una triste realidad, si fueran recordadas no estarían sometidas a grandes humillaciones, discriminaciones y sobre todo al olvido del Estado, aquel que se hace llamar garante de los derechos humanos y sobre todo del principio y derecho fundamental de la dignidad humana el cual profesa con gran altives y orgullo la Corte Constitucional en la sentencia T-881/02 en sus preceptos donde establece como fundamento constitucional y pilar fundamental del Estado el “Vivir bien, entendido como la intangibilidad de los bienes no patrimoniales, integridad física y moral”,-“Vivir como quiera, conocida como ciertas condiciones materiales concretas de existencia para una calidad de vida”,-“Vivir sin humillaciones la dignidad humana entendida como la autonomía o posibilidad de diseñar un plan de vida vital y determinarse según sus características”. Colombia es un Estado social de Derecho, basado en el principio de legalidad, participación ciudadana y protección de minorías y demás principios y valores, los cuales se consagraron en la Constitución de 1991.
¿Quiénes son las olvidadas por el Estado y en general por la sociedad? Personas las cuales desempeñan el trabajo más antiguo del mundo, trabajadoras sexuales, las cuales ya cargan varios estigmas sociales impuestos. Muchas sin condiciones laborales dignas, sin prestaciones sociales sometidas a grandes dificultades donde su única fuente de sustento es la de vender su cuerpo para poder cubrir sus necesidades. Pero, ¿a esta realidad se le puede sumar un agravante más? Las olvidadas son las trabajadoras sexuales de la tercera edad, quienes deberían estar disfrutando de una vejez digna, gastando su pensión fruto de su trabajo y esfuerzo, pero al contrario cada día intentan sobrevivir al olvido y rechazo de la gente.
Para muchos de sus “clientes” ya no son atractivas pues el paso del tiempo cobra factura, sus arrugas y su físico se alteran a lo largo de los años, los frunces, marcas y recuerdos son señales de una vida llena de dolor y olvido pues ellas no tienen garantías ni quién responda por su vejez, al contario viven al día o intentan sobrevivir para no morir de hambre. Es triste la realidad tan inhóspita de estas mujeres de la tercera edad. ¿Dónde está el Estado Social de derecho para la protección de las personas de la tercera edad? El Estado Colombiano no se ha preocupado por la creación de una política pública que garantice la vejez digna de las trabajadoras sexuales.
A pesar de la creación de leyes que protegen al adulto mayor como lo es la ley 1850 de 2017, y a nivel Distrital se encuentra la creación del programa Envejecimiento Activo y Feliz en Centros de Protección, de conformidad con lo señalado en la Resolución No. 0825 de 2018 de la Secretaría de Integración Social, establece medidas de auxilio las cuales no tienen una vociferación masiva, pues la realidad social de las trabajadoras sexuales de la tercera edad, se pueden ver en las calles no solo de nuestro país sino de todo el mundo.
La indiferencia e indolencia son mucho más violentas que las mismas agresiones físicas y verbales, no es posible que un en un Estado Social de Derecho pase desapercibida esta situación y no exista una política pública que regule esta problemática que se convierte en una triste realidad que necesita una intervención inmediata, todo trabajo es digno y merece ser reconocido, todas las personas merecen tener una calidad de vida estable como proclama la Corte Constitucional todas las personas deben gozar del derecho constitucional de la dignidad humana, vivir bien y sin humillaciones.
Si conoces de algún adulto mayor en condición de vulnerabilidad, a continuación, dejo un manual de cómo acceder a los programas del distrito
(se anexa el pdf adjunto) – Manual programa Envejecimiento feliz
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