EL ICETEX, UN VIEJO QUE DEBE RENACER

EL ICETEX, UN VIEJO QUE DEBE RENACER

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El Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (ICETEX) fue creado en agosto de 1950.  Es una entidad del Estado de la rama ejecutiva del orden nacional que promueve la educación superior a través del otorgamiento de créditos educativos, igualmente, facilita el acceso a las oportunidades educativas que brinda la comunidad internacional.

Por virtud de la ley, el ICETEX es una entidad financiera de naturaleza especial, con personería jurídica, autonomía administrativa y patrimonio propio, vinculada al Ministerio de Hacienda, y sometida a la vigilancia de la Superintendencia Financiera.

En los 74 años de existencia de esta entidad, miles de familias colombianas han logrado que sus hijos accedan a la educación superior, gracias a sus benditos préstamos. En ocasiones, con inolvidables experiencias exitosas, y en otras, con la injusta carga financiera de deudas impagables.

En los últimos días se ha armado un escándalo artificial sobre esta benemérita entidad, causado en parte por la mediocridad de sus directivos, y su incompetencia para comunicarse con la opinión pública, y en parte por la acostumbrada irresponsabilidad de una oposición que, ingenuamente, cree que lanzando afirmaciones irresponsables y lapidarias, está labrando el camino de regreso al apoyo electoral perdido. Unos, los opositores, afirmaban que el gobierno de Petro acabó con el ICETEX, mientras los otros, funcionarios anodinos,  hacían malabares con una papa caliente que ellos mismos crearon.

Veamos: En el origen del problema subyace la realidad de la iliquidez en la caja del erario, originada por múltiples causas. Ya el señor Presidente lo anunció: No hay plata. A esa situación se ha llegado por diversos factores:

El error del gobierno al establecer un alto recaudo en la Retención en la Fuente que aumentó los ingresos tributarios en la vigencia de 2023, pero consecuentemente los menguó en el 2024. Las equivocadas y cuestionables decisiones de las cortes, que han tumbado gran parte de la reforma tributaria promovida por el gobierno nacional, justamente para proveer de suficientes recursos financieros sus planes y programas de desarrollo social. El ejemplo más opaco es el fallo que le impidió al estado colombiano ejercer su soberanía tributaria para que los pagos de las regalías petroleras, las empresas no los descontaran de su impuesto de renta. Con esta oscura decisión, el presupuesto nacional perdió más de 9 billones de pesos anuales. Y así igualmente hay una serie de fallos, muy politizados proferidos por los magistrados promovidos por los gobiernos anteriores, que, digamos la verdad, no ven con buenos ojos el cambio progresista.

Al respecto, conviene recordar que la Corte Constitucional tumbó el Artículo 95 de la reforma tributaria del Gobierno de Gustavo Petro, que condonaba intereses de créditos educativos del ICETEX, y ordenaba que fueran asumidos por las Instituciones de Educación Superior.

De igual manera, la actual limitación en la caja del gobierno nacional se origina en el irresponsable sobreendeudamiento adquirido por el gobierno anterior, cuando, por ejemplo, en medio de la pandemia adquirió un préstamo de más de 5.500 millones de dólares pagaderos en tres años con dos de gracia, dineros que fueron malgastados para subsidiar la nómina de grandes empresas amigas del señor Duque. De igual manera el déficit del fondo de estabilización de precios de los combustibles, deliberadamente ignorado por el anterior gobierno. De una manera muy ortodoxa y como corresponde, estos pasivos han venido siendo atendidos oportunamente por el gobierno progresista, pero la consecuencia de todo ello, es la actual iliquidez que obliga a hacer los recortes ya anunciados. Petro ya reconoció el error de haber pagado el déficit del fondo con dineros del presupuesto, pero ya es muy tarde.

Así las cosas, cuando hay estos problemas y el dinero escasea, se impone la prudencia cuando hablan los funcionarios estatales. Y los altos ejecutivos del ICETEX nunca aprendieron a hablar, y comenzaron a dar unas torpes declaraciones que sembraron dudas sobre el futuro de los préstamos estudiantiles. Esta papaya la aprovechó la oposición y acudiendo a su argumento preferido, la mentira, difundió la especie de que “acabaron con el ICETEX”.

Y ni lo uno, ni lo otro. Y le tocó al comandante mandar a parar el fuego, anunciando lo que es lógico y ha sido la verdad desde el mismo principio. Una crisis transitoria de caja no puede implicar un cambio en los principios doctrinales del progresismo, y ese tema de valores no lo leyeron los mediocres funcionarios del ICETEX, que no sabiendo hablar tampoco saben leer.

El presidente Petro intervino y reiteró el compromiso del gobierno con la educación pública y con el futuro del ICETEX, y propuso la virtuosa idea de transformarlo en un Banco de primer piso, llamándolo el “Banco del Saber”. La perfección del concepto, es la virtud de la oportunidad. La crisis de la entidad es la fuente de su poderosa transformación.

Se requiere rápidamente promover una ley para transformar el vetusto ICETEX de hoy, en el nuevo Banco del Saber. Propongo que los estudiantes de grado once, al momento de matricularse, deban abrir una cuenta bancaria de ahorros y convertirse en los accionistas simbólicos, con acciones privilegiadas, sin derecho a voto y no enajenables, de suerte que con las utilidades de su banco, garanticen el patrocinio a sus estudios técnicos o superiores. El Banco promovería una clase mensual en todos los grados de los colegios, para enseñar ahorro, finanzas personales, emprendimiento y manejo económico. Las donaciones privadas al Banco, obtendrían un beneficio tributario del 33%, y de igual manera los depósitos y créditos al banco recibirán estímulos tributarios. Y la obligatoriedad de depositar determinados recursos públicos en las cuentas del banco.  No habrá destino misional más noble para un banco, que generar utilidades y riqueza para exclusivamente patrocinar los saberes y la educación de los colombianos.

No es sostenible el sistema de tasas de interés tan elevadas que cobra el ICETEX, llegando a ser de 23,30% efectivo anual, casi igual al del sistema mercantil, lo que ha elevado el número de estudiantes en mora.

Y al final del día, cuando las cosas vuelvan a su lugar, todo deberá tener un final feliz, de un lado con la iniciativa en el orden del día de la agenda pública de crear el Banco del Saber, y de otro, con la cotidianidad del servicio crediticio. En efecto, hasta el 7 de marzo de 2025, 144.552 estudiantes beneficiarios del crédito educativo podrán renovar el apoyo para cubrir el valor de sus matrículas y continuar con sus estudios durante el primer semestre académico de 2025. Igualmente los 59.459 estudiantes que reciben subsidios, la entidad aseguró que garantizará desembolsos por concepto de matrículas y subsidio de tasa.

En relación con la apertura de la convocatoria para nuevos créditos el próximo año, será a finales de diciembre, principios de enero, a más tardar. Y la disponibilidad de recursos está garantizada de conformidad con lo afirmado por el señor presidente. La deuda con las universidades será pagada en su totalidad, siendo esta una oportunidad para llamar la atención sobre la insoportable pretensión de las universidades privadas de exigir el pago de las muy costosas matrículas con una anticipación de casi dos meses al inicio de clases. Lo normal en el ámbito mercantil, es facilitarle al consumidor, el estudiante, el pago del servicio prestado, las clases, con plazos diferidos. El palo no está para cucharas y las universidades privadas así deben admitirlo. Primero la matrícula y después el pago, considerando que el estado no va a incumplir.

Las aguas se van calmando y el ICETEX saldrá fortalecido, y se siembra la semilla del maravilloso Banco del Saber. Hay futuro.

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