De Colombia-Pablo Escobar a Colombia-Petro

De Colombia-Pablo Escobar a Colombia-Petro

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Desde el siglo pasado y por el auge del narcotráfico, Colombia empezó a conocerse en el mundo por la cocaína, producida por los carteles de Medellín, el más famoso y el de Cali. El jefe máximo del cartel de Medellín fue Pablo Escobar Gaviria, un ladrón de carros que fue ascendiendo hasta convertirse en el más avezado y cruel narcotraficante de la época, recordado por sus métodos tanto de tráfico como de guerras que le declaró, tanto a sus rivales del cartel de Cali como al Estado en cabeza del gobernante de le época César Gaviria Trujillo, quien hizo un acuerdo con Escobar para que el narcotraficante construyera su propia cárcel, siendo gobernada por él, determinaba quien lo podía visitar, quienes eran sus guardianes, su comida y su seguridad.

En Colombia, los pobres de Medellín lo conocieron por sus acciones de Robin Hood moderno, que les quitaba a los ricos y les daba a los pobres, aunque él no le robó a los poderosos, sino que sus acciones “sociales” fueron financiadas por el negocio del narcotráfico. Debido a esos actos, muchos ciudadanos, especialmente paisas, además de vincularse al negocio, profesan una admiración casi religiosa por el delincuente en cuestión. Después de su muerte, esa admiración pasó a ser casi una secta en la que le atribuyeron y aún lo hacen, la facultad de “hacer” milagros; su tumba se constituyó en un lugar de peregrinación como si fuera un santo. A la par de esa devoción, Medellín se convirtió en un destino turístico dedicado a Escobar; los extranjeros llegaban y todavía lo hacen, a la capital antioqueña a conocer el museo erigido en su memoria, hay una página que lo describe y, vaya sorpresa, está en inglés (1), los sitios que frecuentaba, a comprar recuerdos como camisetas y otros artículos con la imagen del narco, a la par de consumir todo tipo de alucinógenos. De ahí que Colombia se conoció en el mundo por Escobar. Nacía Colombia-Pablo Escobar, como única expresión en español que se aprendieron los extranjeros. Tanto es así que a los connacionales que llegaran a Estados Unidos y Europa siempre les pedían unos gramos de cocaína, como si todos los colombianos estuviéramos al servicio de este señor.

También es conocido su paso por el Congreso de la República y su intención de lavar su cara ante la sociedad del país. En esa intentona, muchos políticos que querían ser amigos de Escobar se vincularon, tanto al negocio de tráfico como al de lavado de activos. Los autodenominados “gente de bien” no solo se enriquecieron a costa del líder del cartel de Medellín y sus negocios, sino que, como siempre, negaban esos vínculos y en público lo condenaban, aunque en privado era el invitado de honor a muchas actividades sociales de esa clase política. Es necesario reconocer que Pablo Escobar nunca quiso apoderarse del Estado ni del erario como si lo han hecho sus sucesores.

Los partidos políticos de todas las tendencias de ultraderecha y muchos empresarios participaron de una u otra forma en los negocios del narcotráfico, lavado y su posterior movimiento armado, el paramilitarismo, un matrimonio en el que siempre salieron gananciosas las derechas, con dinero y poder. Es sabido el reconocimiento que hizo en su momento Mancuso, jefe máximo de las autodefensas, de que ellos tenían el 35% del congreso, aunque es posible que esa cifra no haya variado mucho a la fecha.

Cuando llegó el gobierno del cambio, el país que recibió Gustavo Petro estaba sumido en el narcotráfico, paramilitarismo, robo y saqueo del Estado y todo tipo de acciones en contra del pueblo, todo liderado por la ultraderecha colombiana, sucesora de Escobar y sus socios.  El país seguía siendo reconocido como Colombia-Pablo Escobar; a pesar de que este había muerto el 2 de diciembre de 1.993, hace más de 30 años, memoria impulsada por los paisas que se negaron a dejar perder su “legado”. Petro se empecinó en cambiarle la imagen a nuestro país y lo bautizó “El país de la belleza”; a la par desarrolló políticas de dignificación del trabajo, como única forma de prosperidad de los ciudadanos entregando tierras, sustituyendo cultivos, llevando educación de todos los niveles a regiones a donde nunca la oligarquía se había acercado, dándoles salud preventiva, en resumen: tratando a sus ciudadanos como seres humanos, no como nos tenían catalogados la ultraderecha, como seres inferiores desechables.

La oposición de los partidos tradicionales, empresarios y los medios de comunicación corporativos se la han puesto muy difícil a los colombianos y su presidente, el señor Gustavo Petro Urrego; por todos los medios quieren mantenernos como la Colombia-Pablo Escobar, esa patria dominada por los negocios ilícitos de toda clase, en la que muchos de los que se autodenominan gente de bien, tiene sus feudos como mafias sofisticadas, la del lavado, la del tráfico de drogas, la del contrabando, la de las tierras, la de los medicamentos, la de la salud, la de las pensiones, la de los bancos, la de las carreteras y  los peajes, la de los puertos, la de la educación, la de…, la de.., todas y cada una de las actividades en nuestra nación fue cooptada por un sector o persona específica que se enriquece del negocio ilegalmente y que no permite, como buena mafia, que nadie le compita y mucho menos trate de entrar legítimamente.

Es tal el peso y poder de las derechas colombianas que, como siempre lo han hecho, con sumisión total al gobierno de Estados Unidos, quieren mantener a Colombia como ellos la tenían con el apoyo del señor Trump, reconocido  negociante  fascista que irrespeta la dignidad de los ciudadanos del mundo, haciendo o apoyando guerras, quitándole derechos a sus compatriotas, haciendo despidos injustificados, quitando salud, educación expulsando migrantes legales e ilegales, apoyando genocidios como el que hace casi dos años está cometiendo Netanyahu contra los niños, niñas, viejos, mujeres y hombres palestinos, en Gaza, donde el presidente negociante gringo quiere hacer unos resorts a costa de la vida de los gazaties. Como reza el dicho popular “se juntaron el hambre con las ganas de comer” están hechos los unos para los otros, piensan y actúan igual.

Mientras tanto, Petro se dedicó a denunciar la agresión y el genocidio que hace Israel sobe Palestina, los ataques contra Cisjordania, Siria, Irán, Qatar, Yemén y otras en diferentes partes del planeta como en África y Europa. Ha alzado su voz en las Naciones Unidas desmintiendo las falsedades de Trump y Netanyahu, apoyando una protesta en Nueva York, en el Time Square junto a Roger Waters, apoyó la Flotilla Global Sumud ,de la solidaridad, que quería llevar medicamentos y alimentos a los sufridos sobrevivientes de la franja de Gaza. Denunció su bloqueo y detención de Greta Thunberg, Manuela Bedoya, Laura Valentina Barreto, dos colombianas, los demás tripulantes solidarios y ha exigido su liberación inmediata (*), pero sobre todo ha dejado en claro a la humanidad el carácter guerrerista, inhumano y colonialista de Netanyahu y Trump. Su frase de apoyo ha sido muy clara: “Si Gaza muere, muere la humanidad”, que acuñó desde el inicio de la invasión.

Petro ha denunciado el neoliberalismo, el cambio climático, la explotación de carbón y petróleo, ha defendido la dignidad humana, el agua, la selva, la transición energética a energías limpias, y todos los temas que tiene que ver con la permanencia de la vida en la tierra. Ha sido casi que el único gobernante mundial que ha estado junto a los pueblos oprimidos y en especial del Palestino desde el comienzo de la agresión, su voz ha retumbado en todo el mundo alzándose como el gran líder defensor de la humanidad, eso ha traído como consecuencia el cambio de imagen de nuestro país de uno narcotraficante a uno humano y, a pesar que a la derecha le produzca urticaria o carranchil, a uno progresista. No exagero, da gusto y orgullos ver (y por ciudadanos de diferentes nacionalidades), levantar la foto de nuestro presidente con frases de agradecimiento o decir en canales de radio, televisión o redes sociales que nos admiran por tener un presidente como Petro o que les gustaría ser colombianos para tener ese mandatario como propio. Eso sí es un cambio de imagen y concepto, ya no nos miran como el posible distribuidor de drogas, nos ven como unos seres humanos solidarios y defensores de la vida en la tierra y todo gracias a las posiciones de dignidad de nuestro señor presidente Gustavo Petro Urrego. Pasamos de ser Colombia-Pablo Escobar a Colombia-Petro, así le duela a la cobarde mafia.

PD: El señor presidente Gustavo Petro Urrego, en su discurso en la ciudad de Ibagué manifestó esta realidad, con la que titulo esta columna, que nuestro país dejó de ser famosa por Pablo Escobar y ahora es reconocida por Petro (2).

(*) En las últimas horas Israel ha liberado a varios miembros de la Flotilla Global Sumud, muchos de sus miembros han denunciado tratos inhumanos, torturas físicas y psicológicas, amenazas. Los quería hacer firmar un documento en el que reconocían que eran terroristas (3).

  1. https://museodepablo.com
  2. https://www.radionacional.co/actualidad/politica/democracia-y-dignidad-presidente-petro-movilizo-mas-de-7000-personas-en-ibaguehttps://www.facebook.com/esperanza.lopez.94064/posts/pfbid032KsPem1ShfZvqa8LHLPdjYZN9kEUNqDfUhciQV8uGEVos1yFnHt9Geg72t6NRYeql  https://cambiocolombia.com/poder/articulo/2025/10/ya-el-mundo-no-conoce-a-colombia-por-escobar-sino-por-mi-petro-en-la-movilizacion-en-ibague/
  3. https://www.facebook.com/share/p/1K4f86y98c/ https://www.facebook.com/share/p/1BkfaniqoK/https://www.facebook.com/share/p/17DNQjBPVf/

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