“Justicia es civilización” Laura Bonaparte
Era una tarde fría de marzo de 2002, cuando conocí a Evo Morales en la casa de unos amigos comunes, Paul Emile Dupret y Belén Torres, en Bruselas, en la Rue Van Aa, en la comuna de Ixelles. Evo era diputado por el departamento de Cochabamaba. Evo portaba una camisa roja de cuadros pequeños y una chaqueta negra tejida de lana, recuerdo la mirada viva y profunda de sus ojos negros. Nos encontramos también con una de las Abuelas de la Plaza de Mayo en Argentina, Laura Bonaparte, quien portaba un manto blanco de lana que la cubría toda, con un pañolón blanco reluciente que con su rostro de nacar perfecto, sus ojos claros y su hermosa sonrisa, llenaba la sala de una presencia casi celestial. Belén nos ofreció un vino caliente que con clavos y canela, favorecía la conversación. Laura Bonaparte dejaba colgar desde su cuello un pequeño cartel que caía sobre su pecho, que solo se quitaba para poder dormir, con los rostros de sus seres queridos desaparecidos durante la dictadura militar.
Y en ese cartelito estaban las fotos de sus tres hijos desaparecidos, de su marido y padre de sus hijos también desaparecidos, junto con dos yernos y una nuera también desaparecidos. Casi toda su familia víctima de la dictadura militar. En mi vida no había asistido a un relato de tanto dolor junto, de tanto valor junto y de tanto amor junto. Estuvo en el exilio en México, donde en el año 79, se encadenó a las puertas de la embajada Argentina, declarándose en huelga de hambre, para protestar contra la dictadura y sus crímenes, que pasaban desapercibidos por la prensa occidental que solo hablaba de Kempes y Passarrella que había conducido a que la Argentina ganara la Copa Mundial de Fútbol en el 78 en plena dictadura militar.
Reencontré a Laura Bonaparte, luego varias veces en Naciones Unidas, promoviendo la Convención contra la Desaparición Forzada de Personas para que se reconociese este abominable crimen como delito de lesa humanidad. Laura quiso morirse mil veces y mil veces quiso vivir, pero venció las flaquezas de su adolorido espíritu, para luchar por la memoria de los suyos y contra la impunidad, por las libertades, por la democracia, hasta el día que murió, recuerdo una frase de Laura que me ha acompañado desde entonces en mis propias luchas contra la barbarie, “la justicia civiliza”. El testimonio de Laura impactaba además porque sus palabras eran reposadas, sus gestos, su mirada, eran el amor mismo en toda la comprensión de la palabra y extensión del sentimiento. Laura no solo habló de los desaparecidos, luchó por las libertades y la democracia, fue de las primeras en hablar del derecho a abortar de las mujeres, dueñas de su cuerpo, para romper las leyes y prejuicios religiosos que las encadenaban, para que las mujeres ejerciesen el libre albedrío de decidir cuantos hijos querían traer al mundo.
También se ve Laura Bonaparte con un cartel en medio de la Plaza de Mayo, “Yo también soy homosexual, soy ser humano”, para reivindicar los derechos humanos de la población LGTBI, población discriminada y perseguida en el mundo entero. Laura Bonaparte murió a sus 88 años de edad, el 23 de junio de 2013. Su lucha contribuyó a que decenas de generales y otros oficiales de las Fuerzas Armadas, finalmente fueran condenados a largos años de prisión, venciendo contra las leyes de Amnistía, Obediencia Debida y Punto Final, que paradójicamente habían sido promulgadas por gobiernos civiles. Mucho le debe la humanidad a la lucha incansable, inteligente, reposada, tranquila, lúdica, sufrida, inquebrantable de esta preciosa mujer, que rompió dogmas, que venció el miedo, que domó el dolor, para darnos fuerza, para contagiarnos de su bondad y de su nobleza, para abrirle paso a la vida, para que la civilización se asiente sobre las libertades y se proyecte indestronable sobre la democracia.
En aquella tarde de fin del invierno, todos escuchábamos silenciosos el relato de Laura, yo estaba compungido y admirado de conocer a tan extraordinaria mujer. En adelante ninguna pena propia o lejana me parecería insuperable, si esta mujer magnánima se había sobrepuesto a los peores escenarios de terror y de dolor, todos y todas tenemos el poder de sobreponernos a las peores cuitas por más profundas que sean. Evo había permanecido también silencioso, respetuoso del relato y la vida de aquella mujer y quizás hubiese permanecido callado, pero le inquirí porque quería saber por qué había sido suspendido como senador. Había estado en Bolivia en misión de la Federación Internacional de Derechos Humanos, cuatro años atrás y había corroborado el profundo racismo y discriminación contra los indígenas en Santa Cruz de la Sierra, donde funcionaba un Estado paralelo donde una logia de racistas blancos, unidos en el Comité Cívico, controlaba los medios de comunicación, la economía, la policía, el ejército y toda la burocracia estatal. Los indígenas eran vistos y tratados con absoluto desprecio, que también padecían los indígenas en otros departamentos como Pando y Beni.
Evo acababa de ser destituido como parlamentario por apoyar las movilizaciones y protestas sociales. La Izquierda Unida Europea lo había invitado a Bruselas para solidarizarse con él y para que diese su testimonio en el Parlamento Europeo. Su destitución fue ilegal, violaba sus derechos políticos, de su partido el Movimiento al Socialismo y de sus electores. Evo Morales Ayma es originario de Orinoco, en Oruro. Evo ya era una figura legendaria por sus luchas en Cochabamba para defender a los indígenas y campesinos cocaleros. Había sufrido la cárcel, la persecución y los atentados contra su vida durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada y de Hugo Banzer Suárez, quien había prometido a los Estados Unidos la erradicación total de los cultivos de coca en el país. Evo era el máximo dirigente de una federación de campesinos cocaleros que se resistía a la erradicación, reivindicándola como parte de la cultura ancestral de los indígenas aymaras. Evo y su movimiento proponían la “cocaína cero en lugar de la coca cero” que exigía el gobierno estadounidense.
Evo había promovido y acompañado la Marcha por la vida, la coca y la dignidad, pese a la represión militar para impedirles llegar a la Paz, recorrieron 600 kms desde Cochabamba, luego de una marcha por caminos de herradura de 22 días, evadiendo la persecución militar. Evo había sido arrestado, la fuerza de la movilización y el apoyo popular obligaron a su liberación. El Gobierno se sentó a negociar con ellos, llegaron a un acuerdo y se desmovilizaron, luego lo pactado fue incumplido. Evo comprendió que si querían evitar que el Estado siguiese actuando contra ellos, la mejor manera de evitarlo era llevando el poder popular a las urnas y conquistar la democracia con el respaldo ciudadano. Evo regresó a Bolivia y participó como candidato a la campaña presidencial, logrando la segunda votación, perdiendo con menos del 2% con Gonzalo Sánchez de Lozada quien fue reelegido. El MAS y la izquierda alcanzaron por primera vez una representación importante con 27 diputados y ocho senadores.
Sánchez de Lozada tuvo que renunciar como consecuencia de las protestas sociales. Se convirtió Evo en la figura más emblemática de la oposición política, lo que allanó su camino para ganar las elecciones las elecciones presidenciales en diciembre de 2005. Evo sería reelecto presidente en tres ocasiones más hasta cuando en las elecciones de 2019, en las que fue declarado ganador por el Tribunal Supremo Electoral, fue objeto de un golpe de Estado, que le obligó a renunciar a la presidencia. Para salvar su vida tuvo que refugiarse en México y luego en la Argentina. A Evo no se le permitió convocar a nuevas elecciones aunque estaba dispuesto a hacerlo.
Luego se conoció que los generales de la Policía y del Ejército habrían sido comprados, el General Williams Kalimán, habría recibido dinero de empresarios y de la embajada de Estados Unidos, país donde hoy reside, luego de haber gritado consignas antimperialistas para ganarse la confianza del Presidente indígena. Kalimán el héroe popular de una leyenda hindú, terminó desfigurado en su apellido en las acciones de un traidor contra su pueblo. Durante los casi 14 años de gobierno de Evo Morales, desde el 22 de enero de 2006 hasta el 10 de noviembre de 2019, logró lo que no había logrado ningún mandatario en la historia de Bolivia, un crecimiento sostenido de la economía y una progresiva inclusión social. El PIB pasó de 11.000 a 40.288 millones de dólares. La pobreza ascendía al 59,9 por ciento y se redujo al 34,6, y la pobreza extrema pasó del 38 al 15 por ciento. El desempleo se redujo del 8,1 al 4,2 por ciento. El salario mínimo aumentó de 60 a 310 dólares. El índice de analfabetismo estaba en el 15 por ciento y bajó a menos del 3 %, lo que llevó a la UNESCO a considerar a Bolivia como un país libre de analfabetismo. Y la expectativa de vida pasó de 65 a 70 años.
En sus años de gobierno el PIB per capita de Bolivia se elevó, en el año 2005 era solo de 1.049 dólares por cada habitante, en el 2009 llegó a los 1.790 dólares. con un crecimiento promedio del PIB del 5% anual, lo que le valió el mote de «el milagro económico boliviano». La pobreza extrema en Bolivia disminuyó de 36,7 % a 16,8 % entre 2005 y 2015. También se presentó una mejora de la distribución del ingreso, con un descenso del índice Gini de 0,60 en 2005 a 0,47 en 2016. A partir del año 2008 y debido al crecimiento económico, el Banco Mundial colocó a Bolivia en el grupo de países de ingresos medios . Según la CEPAL, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, durante los año 2009, 2014, 2015, 2016 y 2018 Bolivia (en Sudamérica) junto a Panamá (en Centroamérica), lideró en el crecimiento económico de América Latina. ¿Pero qué posibilitó el éxito de Evo Morales gobernando un país, que en el 2005 era de los más pobres del mundo donde el 90 % de la población rural vivía en la pobreza, junto a Honduras y Haití, tenían los peores índices de desarrollo humano en la región?.
En primer lugar librarse del yugo de Estados Unidos, de la ausencia histórica de soberanía y de los gobiernos neoliberales, que habían entregado el usufructo de los recursos naturales a transnacionales, que robaban sin consideración, saqueando el país y subastándolo. A pocos meses de posesionado Evo Morales decretó la estatización de los recursos hidrocarburíferos del país , que las empresas que explotaran recursos naturales como el petróleo y el gas, fueran empresas mixtas en las que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, empresa estatal tuviese al menos un 51% del capital. Estas empresas deben entregar la producción a YPFB que se encarga de la comercialización tanto para el mercado interno como para la exportación y la industrialización.
El estado Boliviano se queda con el 82 % de los ingresos y las petroleras un 18 %. Las empresas involucradas REPSOL , española y PETROBRAS , brasileña, se quedaron porque aunque se reducía drásticamente sus ganancias, lo ofrecido seguía siendo muy provechosa para ellas. Con posterioridad el gobierno procedió a la estatización de Entel, la mayor telefónica del país, la cementera Francesa, las minas de Huanuni y Colquiri y el servicio de generación y distribución de energía eléctrica. Por otra parte decretó entregar títulos de propiedad de tierras estatales a campesinos pobres, en particular indígenas y la estatización de latifundios para su redistribución entre ellos. Cito en este escrito un bello texto que abrió el camino hacia los cambios profundos en Bolivia, el preámbulo de la Constitución de 2009, discutida en Asamblea Nacional Constituyente y refrendada por el pueblo soberano:
“En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonia, nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores. Poblamos esta sagrada Madre Tierra con rostros diferentes, y comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas las cosas y nuestra diversidad como seres y culturas. Así conformamos nuestros pueblos, y jamás comprendimos el racismo hasta que lo sufrimos desde los funestos tiempos de la colonia. El pueblo boliviano, de composición plural, desde la profundidad de la historia, inspirado en las luchas del pasado, en la sublevación indígena anticolonial, en la independencia, en las luchas populares de liberación, en las marchas indígenas, sociales y sindicales, en las guerras del agua y de octubre, en las luchas por la tierra y territorio, y con la memoria de nuestros mártires, construimos un nuevo Estado. Un Estado basado en el respeto e igualdad entre todos, con principios de soberanía, dignidad, complementariedad, solidaridad, armonía y equidad en la distribución y redistribución del producto social, donde predomine la búsqueda del vivir bien; con respeto a la pluralidad económica, social, jurídica, política y cultural de los habitantes de esta tierra; en convivencia colectiva con acceso al agua, trabajo, educación, salud y vivienda para todos. Dejamos en el pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal. Asumimos el reto histórico de construir colectivamente el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, que integra y articula los propósitos de avanzar hacia una Bolivia democrática, productiva, portadora e inspiradora de la paz, comprometida con el desarrollo integral y con la libre determinación de los pueblos”
Agregó el hermoso preámbulo que se construiría una nueva nación y una nueva institucionalidad con la fuerza generosa de la Pachamama. Luego en el artículo 8 se consagra en el parágrafo segundo: “El Estado se sustenta en los valores de unidad, igualdad, inclusión, dignidad, libertad, solidaridad, reciprocidad, respeto, complementariedad, armonía, transparencia, equilibrio, igualdad de oportunidades, equidad social y de género en la participación, bienestar común, responsabilidad, justicia social, distribución y redistribución de los productos y bienes sociales, para vivir bien”.
Se reconoce que Bolivia es una nación plurinacional, se le reconoce a la madre tierra derechos, se consagra que además del castellano las lenguas indígenas también son oficiales en sus territorios, como también se reconocen los derechos colectivos de los pueblos étnicos. La Constitución prohíbe expresamente la discriminación por motivos de orientaciónsexual o identidad de género. Muchos de los propósitos de la Carta Política fueron desarrollados en el Gobierno de Evo, otros siguen pendientes. La proporción de mujeres dirigentes sindicales, ministras y parlamentarias ha aumentado considerablemente, en 2017, Bolivia era el segundo país en el planeta, con mayor proporción de mujeres en su parlamento, 52% en la Asamblea Nacional, 47% en el Senado. Las representaciones diplomáticas en el mundo que antes del gobierno de Evo, estaban copadas por blancos de las elites bolivianas, se cambiaron por los rostros de indígenas quechuas, aymaras, guaraníes entre otros.
Se anuncian nuevas elecciones para el 18 de octubre próximo, a Evo Morales no se le ha permitido regresar, el candidato a sucederlo por el MAS, es Luis Arce, que según los sondeos de opinión, se enfrenta al ex presidente Carlos Mesa, como los más opcionados. Evo Morales ha querido regresar a su país para presentarse como candidato al senado de la República por Cochabamba, pese a que se le ha querido impedir su regreso con distintas acusaciones de naturaleza penal sin mayor fundamento, con violación del debido proceso y la presunción e inocencia. Human Rights Watch, en su informe “La justicia como arma: Persecución política en Bolivia”, documenta casos promovidos por el gobierno interino con cargos infundados o desproporcionados, violaciones del debido proceso, cercenamiento de la libertad de expresión y uso excesivo y arbitrario de la detención preventiva contra antiguos integrantes del gobierno de Evo Morales y contra el propio expresidente.
Procesos de naturaleza política utilizando la persecución judicial para perseguir a los que ayer eran gobierno y hoy son opositores. Mientras la justicia mantiene en la impunidad el asesinato de 36 personas partidarias del depuesto presidente, que fueron ejecutadas en las movilizaciones de protesta contra el Golpe de Estado. Mientras escribía esta columna tuve coincidencialmente dos llamadas de dos queridos amigos bolivianos, uno Mario Ariel Rocha, ex presidente del Tribunal de Santa Cruz, quien buscó en 2012, asilarse en Colombia junto con su esposa, por la persecución que se desató por la fiscalía y la justicia boliviana sometida al Gobierno de Evo Morales, en un caso del cual tuve la ocasión de conocer las piezas procesales, innoble por tratarse de una persecución orquestada para mancillar la honra y afectar la libertad de personas inocentes como Mario Ariel, sin prueba alguna de ningún indicio de responsabilidad penal, se dictó en contra suya una circular roja de la interpol.
Pese a que pidió refugio político en Colombia, a que entregó pruebas documentadas de su inocencia, el gobierno de Juan Manuel Santos le negó el refugio político, mientras estuvo recluido casi cinco años en un centro siquiátrico no lejos de Cali. No valieron tutelas, ni acciones judiciales contra la decisión gubernamental de negarle el asilo. En lugar de ello el gobierno inició el proceso de extradición, mientras policías de migración Colombia lo extorsionaban anunciándole que lo enviarían a una cárcel de alta seguridad. Mario Ariel decidió no defenderse ante el proceso de extradición y solicitó ser enviado de regreso a su país confiando en que su amigo el Fiscal General Ramiro Guerrero, pediría su absolución. El 9 de septiembre de 2017, regresó. Sin embargo el Fiscal lejos de favorecer a Ariel conociendo de su inocencia, pretendió que se reconociera culpable para mitigar el monto de su condena y dejarle en libertad.
Mario Ariel Rocha no aceptó, al emisario del Fiscal le respondió ”Prefiero seguir detenido, a perder mi dignidad por un crimen que no he cometido”. El caso fue mediáticamente muy conocido, porque en una trama de corrupción que involucró a agentes del ministerio de Gobierno y de la propia rama judicial, quince personas fueron arrestadas y la mayoría condenadas luego de haber aceptado la comisión de delitos, por haber privado de la libertad arbitrariamente al ciudadano de origen estadounidense Jacob Ostreicher, amigo del actor Sean Penn quien fue a visitarlo en la cárcel del Palmasola. Ostreicher había invertido junto con un empresario suizo, US 25 millones en un cultivo de arroz.
Los involucrados en la trama de corrupción se apropiaron de los cultivos, no todos los responsables han sido procesados y a otros inocentes se les sacrificó, como al entonces Presidente del Tribunal Penal de Santa Cruz, Mario Ariel Rocha, para esconder otras responsabilidades. El caso Ostreicher y la persecución contra un inocente me hizo recordar la frase de Laura Bonaparte “La justicia es civilización”. Allí donde se concentra el poder de los órganos de control y de justicia, bajo la influencia del gobierno, cualquiera que este sea de izquierda o derecha, termina faciilitando la corrupción, anulando las libertades y debilitando la democracia. Mario Ariel Rocha fue liberado, sin que nunca haya sido vencido en juicio, luego de más de setenta audiencias fallidas. Mientras estuvo detenido en la Cárcel de Palmasola se dedicó a la defensa de los derechos humanos, de centenares de personas inocentes encarceladas sin garantías judiciales o pequeños delincuentes que purgan años de prisión sin haber sido enjuiciados ni condenados. Hoy se dedica a la academia a formar a muchas personas en derechos humanos y derecho penal.
Había estado en la ciudad de Sucre en 2017, invitado por algunos conocidos míos dentro del Estado boliviano, junto con otros expertos internacionales, para que diéramos nuestra opinión sobre si se debía respetar el referendo del 21 de febrero del 2016, mediante el cual se pretendía reformar el artículo 168 de la Constitución Política del Estado, el cual permite solo una reelección de un presidente y vicepresidente, cuyas opciones eran «Sí» y «No»: Los resultados fueron a favor del «No», lo cual no permitiría una reelección más de Evo Morales.
Sucre, la hermosa ciudad colonial blanca es la capital histórica y sede del poder judicial, allí está la sede de la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Constitucional, el Consejo de la Judicatura, la Fiscalía General de la República. Y sede también del Tribunal Agrario Nacional. Ha sido la sede de las Asambleas Constituyentes de Bolivia. Aunque Sucre es más alta que la ciudad de Bogotá, su clima es templado y sólo bajan las temperaturas en el invierno. Tuvimos la suerte de congregarnos en unos hermosos día de sol. Nuestros anfitriones, a los que no menciono por su seguridad, nos explicaron que aunque el referendo lo habían perdido por poco margen, consideraban su resultado ilegítimo porque había sido precedido de una campaña mediática de calumnias e injurias en contra del Presidente Evo Morales y ello habría viciado la voluntad popular.
Llamaron el «21F día de la mentira”. Algunos argumentaban que el art. 23 de la Convención Americana, garantizaba los derechos políticos de los electores y de los elegidos, por tanto concluían que en control de convencionalidad era posible no tener en cuenta el resultado del referendo del 21 F. Mi opinión no gozó de consenso en el encuentro, porque manifesté mi oposición para que se cambiaran las reglas de juego electorales en medio de un mandato en curso y para beneficiar al propio mandatario, reconociendo los logros extraordinarios del gobierno de Evo en materia económica y de inclusión social reconocidos por el mundo entero. Les recomendé respetar el resultado del referendo y buscar entre los dirigentes del MAS, quien podría reemplazar la candidatura de Evo Morales. Me mencionaron que no había nadie con el carisma de Evo y dentro del partido y del gobierno no había ninguna persona que generara consenso.
Concluyendo este texto, me llamó Hugo Moldiz, ex ministro de Gobierno de Evo Morales. Hugo es abogado, académico y periodista, lo conocí en varios encuentro internacionales, donde departimos sobre la política internacional, el devenir de Latinoamérica y de nuestras naciones. Está recluido hace más de 10 meses en la embajada de México en la Paz, junto con Juan Ramón Quintana ex ministro de la presidencia de Evo en sus tres mandatos y otros exministros. Pese a que el Gobierno mexicano les ha reconocido el asilo político, el gobierno interino se ha negado a entregarles el salvoconducto para que puedan salir del país. Utilizando la Fiscalía al servicio de los intereses políticos del gobierno se les ha levantado todo tipo de cargos penales, violándoles la presunción de inocencia y el debido proceso, con las mismas irregularidades denunciadas en el informe de HRW arriba citado.
Salvo a Moldiz, al que no le han levantado cargos penales, los demás podrían ser arrestados. El Gobierno mexicano ha anunciado la posibilidad de interponer una acción formal contra el Estado de Bolivia, ante la Corte Internacional de Justicia, por no respetar los convenios internacionales sobre la materia. Unas semanas después de mi regreso a Colombia, El 28 de noviembre de 2017 el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), por decisión unánime, habilitó la postulación de Evo Morales y Álvaro García Linera para los siguientes comicios electorales nacionales de 2019, basándose en la prevalencia de convenios internacionales sobre la Constitución Política del Estado. Al recibir la noticia sentí una gran pena, porque aunque Evo, tenía el respaldo popular para hacerse reelegir, se podía anticipar una presión enorme de algunos sectores de la comunidad internacional interesados en recuperar el control de los recursos estratégicos del país y de la oposición interna que no reconocería los resultados.
Sucedió lo esperado con el concurso de la Misión Electoral de la OEA en Bolivia, quien azuzada por su Secretario General, Luis Almagro, presentó anticipadamente unas conclusiones de eventuales fraudes en los escrutinios, en una actuación sin precedentes en la tradición de observación de la organización interestatal. La Misión de Observación Electoral de la OE expresó su preocupación por un cambio de tendencia que calificó como «drástico» y «difícil de explicar» para concluir que había habido un fraude. Sin embargo un informe del diario The New York Times de junio de 2020 y un estudio de la Universidad de Pennsylvania y de Tulane señalan que la tendencia
registrada en Bolivia puede explicarse sin fraude, porque según los investigadores de las universidades, la ruralidad y las regiones explican la mayor parte de la tendencia y lo que se presentó como evidencia de irregularidades en realidad fue un «error en el análisis».
Finalmente deploro que frente a la pretensión de Evo Morales de ser candidato para el senado por Cochabamba el nuevo Tribunal Supremo Electoral, el 7 de septiembre de 2020, por empate entre sus miembros titulares, haya decidido por mayoría de un voto proferido por un conjuez, en medio de la presión mediática y la interferencia descarada del gobierno de facto de Jeanine Áñez, anular la inscripción. La razón: Cochabamba no es su domicilio, a pesar de que la ley boliviana define como domicilio el lugar donde la persona quiere realizar su proyecto de vida. Se desconocen dos hechos potísimos: Evo ha estado vinculado a ese departamento desde el comienzo de su vida y durante gran parte de ella, pero además justamente quería hacerse elegir senador por ese territorio, con el respaldo de su pueblo.
Esto sin contar conque está temporalmente fuera del país para salvar su vida y su integridad, amenazadas seriamente por un gobierno que no solamente lo desalojó del poder, sino que lo difama, lo persigue y acorrala. La negación de espacios de participación política, tiene consecuencias graves para la democracia, para la estabilidad institucional y para la paz pública. Esperamos en todo caso que las elecciones del 18 de octubre próximo se desarrollen en paz y que efectivamente se respete la voluntad popular que se exprese en las urnas. Concluyo, recordando que en mi vuelo de regreso de Bolivia en septiembre de 2017, pensaba en Simón Bolívar, quien en reconocimiento a su lucha por derrotar y expulsar al imperio español de Sudamérica, en vida lo honraron usando su nombre para la nueva nación y en Antonio José de Sucre, en cuyo honor se bautizó la capital histórica de Bolivia.
Me obsequiaron mis anfitriones una preciosa edición de la Constitución de Bolivia, para quienes tenemos inclinación por el derecho público, una joya de inclusión democrática para promover una institucionalidad y una economía al favor de la vida y del bienestar social de toda la población, en particular de la población secularmente excluida. Sueño y lucho por que se pueda hacer realidad el mandato establecido en el artículo 8º parágrafo primero de la Constitución Política del Estado de Bolivia , como propósito del ejercicio de cualquier función pública: “El Estado asume y promueve como principios ético-morales de la sociedad plural: ama qhilla, ama llulla, ama suwa (no seas flojo, no seas mentiroso ni seas ladrón), suma qamaña (vivir bien), ñandereko (vida armoniosa), teko kavi (vida buena), ivi maraei (tierra sin mal) y qhapaj ñan (camino o vida noble)”.
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