Desde la narcofinca del ex embajador uribista Fernando Sanclemente, hasta la complicidad de la policía en el aeropuerto Guaymaral sobre la narcoavioneta que cayó en San Andrés con 446 kilos de cocaína, nos da un pequeño indicio de lo que se convirtió el Estado Colombiano en los últimos 3 años, un narcoestado elegido por narcos, gobernado por narcos, gobernando a un pueblo inocente que retrocedió 20 años en el tiempo.
Iniciaba el Gobierno Duque con el escándalo de la ñeñepolítica, gracias a una rigurosa investigación de los periodistas Gonzalo Guillén y Julian Martínez al publicar una serie de audios donde se puede escuchar al narcotraficante José Guillermo Hernández, alias el Ñeñe Hernández hablando de compra de votos para la campaña presidencial de Iván Duque. El material probatorio se puso a disposición de la Fiscalía General de la Nación, Consejo Nacional Electoral y Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes y hasta el momento no hay ninguna consecuencia normativa para los participantes de esta red delincuencial conformada por el ya fallecido Ñeñe, María Claudia Daza, alias Caya Daza, (asesora del expresidente Álvaro Uribe) y la directora nacional del Partido de Gobierno Centro Democrático Nubia Stella Martínez.
Los mismos periodistas que sacaron a la luz el escándalo de la ñeñepolítica, también dieron a conocer la “tragedia familiar” por la que pasó el hermano de la actual Vicepresidenta Martha Lucía Ramírez, Bernardo Ramírez un ex narcotraficante que fue condenado en una cárcel norteamericana por traficar heroína, en ese entonces, la misma Martha Lucía tuvo que pagar una fianza de 150.000 dólares para que su hermano quedara en libertad. Sin embargo, este hecho no es el único relacionado con narcotráfico, pues su esposo Álvaro Rincón tuvo vínculos con otro narcotraficante conocido como Memo Fantasma. Estos acontecimientos simplemente quedan en anécdotas curiosas de los dirigentes del país, pues hasta el momento no existe un precedente judicial que toque a la mujer con más trayectoria política de nuestro país.
Otra de las perlas del Gobierno uribista presidido por Duque fue la narcofinca del ex embajador en Uruguay Fernando Sanclemente, cuando le fueron descubiertos tres laboratorios de cocaína en una de sus propiedades, las investigaciones indican que posiblemente Sanclemente sea víctima de sus mayordomos y la única consecuencia judicial sea la extinción de dominio pues el ex embajador asegura que todo fue a sus espaldas, (frase célebre en nuestro país cuando son descubiertos cometiendo ilícitos) y que no se dio por enterado de los delitos que se cometían en su finca.
La complicidad del Estado ha sido notoria cuando se habla de traficar, pues el 23 de mayo de este año fue descubierta una avioneta con 446 kilos de cocaína en la isla de San Andrés. La avioneta fue cargada en el aeropuerto del Guaymaral en complot con agentes de la policía, luego de que fuera revelado un video donde se observa a integrantes de la fuerza pública cargar la avioneta con los bloques de cocaína. El caso fue revuelo nacional por la participación del esposo de la famosa comediante Alejandra Azcarate. La investigación se encuentra en curso y hasta el momento se encuentran capturados el piloto y copiloto de la aeronave, a la espera de concluir la presunta participación del esposo de la comediante.
Los mencionados casos son la pequeña punta del iceberg que enmarcan un entrañado criminal encabezado por las grandes cabezas que gobiernan el país, Ministros corruptos, que se desvían recursos para la educación de la primera infancia y no pasa nada (caso Karen Abudinen), Ministros que bombardean niños en el Caquetá y no pasa nada (caso Guillermo Botero), Ministros que por incompetentes los trasladan de cargos y terminan de embajadores en la ONU y no pasa nada (caso Alicia Arango) Ministros que causan una crisis social y los reubican en altos cargos de poder y no pasa nada (caso Alberto Carrasquilla) Embajadores con laboratorios de coca y no pasa nada (caso Fernando Sanclemente) presidentes puestos por dineros calientes del narcotráfico y no pasa nada (caso Iván Duque), y ni hablar de los Gobernadores y Alcaldes que son elegidos polémicamente y no pasa nada.
Los ilícitos y las actuaciones indebidas siempre han sido protagonista a la hora de elegir gobernantes en nuestro país, desde el recordado robo en las elecciones de 1970 con Misael Pastrana, hasta el proceso 8.000 con Ernesto Samper, pasando por la parapolítica en el Gobierno de Álvaro Uribe, Odebrecht con Juan Manuel Santos y Oscar Iván Zuluaga y el ya conocido caso de la Ñeñepolítica con Iván Duque, son muestras de que el Estado Colombiano se encuentra secuestrado por delincuentes de cuello blanco que buscan el poder para satisfacer vanidades políticas y seguir dominando a su antojo las altas esferas del país.
Los colombianos tenemos una tarea grande de cara a las elecciones del 2022, hay que mirar bien que partidos políticos patrocinan este tipo de personajes que se transfieren el poder de mano en mano cada cuatro años, la verdadera justicia y la infalible consecuencia política será darle una bofetada en la cara al tradicionalismo que tiene estancado al país en pro de su desarrollo social.
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