Estamos seguros –porque así lo aseguran ellos mismos– que el día que surja un candidato que diga la verdad no lo elegirán los costeños. Esto, porque –en la costa– político que diga la verdad, no es político.
Estimados lectores, nuestros políticos son de jaula de circo. Se ponen bravos por lo que todos conocen, pero no averiguan lo que quisiéramos conocer. En la semana que terminó fue chistosa la embejucada que se pegó Íngrid Betancourt (@IBetancourtCol) con sus compañeros de experimento por el hecho de que uno de ellos –el uniandino– recibió el abrazo y apoyo de Germán Varón Cotrino, quien ha sido el báculo de Germán Vargas Lleras. Ojo, cuando decimos báculo no nos referimos a que se vaya de espaldas, por báculo nos referimos a que da soporte y sostén –y no es brasier–. Varón hizo lo que los políticos acostumbran a hacer cada cuatro años: siguió montado en el tren, pero se cambió de vagón. Eso no le gustó a Íngrid, quien se considera de mejor familia que el resto de los políticos, y amenazó con que, si seguían llamando a Varones y a Pintos, ella abandonaría la coalición y se llevaría la personería jurídica del partido que lidera y del cual es la única militante.
A esta Chilindrina recién llegada de París se le salió la “chiripiorca”. El viernes mandó para el carajo a sus compañeros de aventura y se declaró independiente, aunque no descartó adherirse con quien resulte ser el candidato de la coalición Centro Esperanza tras la consulta. ¿Recuerdan lo cómico que fue cuando, a principios de los años 90, Íngrid organizó con Carlos Alonso Lucio y el Pollo Martínez-Guerra un grupo de mosqueteros y se encadenaron e hicieron huelga de hambre “hasta que las cosas cambiarán”? Pues las cosas no cambiaron; y el Pollo, Lucio y ella, terminaron comiendo mondongo en un restaurante de la décima. Los tres mosqueteros se desencadenaron e hicieron mutis por el foro.
Íngrid: entienda que usted está reunida con los mismos políticos de siempre haciendo lo que ellos acostumbran a hacer. Si quiere conocer algo de la realidad, le sugerimos que vea una producción de Gonzalo Guillén (@HELIODOPTERO) donde cuenta con lujo de detalles lo que ocurrió en la Operación Jaque. Usted que estuvo ahí nos dirá si ciertos pasajes no producen hasta risa, pues el engaño estuvo muy bien joteado. Dicen por ahí que dos de los actores están fuera del territorio colombiano gastándose en el exterior unos buenos dólares provenientes del erario y la recompensa, también en US$.
Esa operación es tan cómica como la ‘captura’ de alias Otoniel –que todo parece indicar se trató de una entrega y, por tanto, eso que nos mostraron como detención sorpresa, fue más bien una cita–. Pero para algunos hay que seguir creyendo en las versiones oficiales, sin importar cuántas mentiras se hayan dicho en el pasado. Recuerden que los evangelios más leídos y más rezados son los de San Pablo, quien curiosamente nunca conoció a Jesucristo ni tuvo contacto con la Magdalena y fue el que se inventó la epístola que lleva su nombre, con la que se amarra de por vida a aquellos que caen en brazos de Cupido y terminan entrecruzando argollas al son de un vallenato nupcial y promesas de amor eterno. Insistimos en nuestra recomendación: véanse “Operación Jaque, una jugada no tan maestra”, disponible acá.
Ya que de políticos hablamos, les recomendamos la entrevista que hace Cecilia Orozco Tascón (@CeciliaOrozcoT) a Cecilia López Montaño (@CeciliaLopezM) en El Espectador, del domingo 30 de enero, disponible en la versión digital dando clic acá. Del contenido llama la atención algo que viene como título en la parte superior: “En la región Caribe no se cuestionan los clanes políticos”. Quiere lo anterior decir que allá creen a pie juntillas lo que dicen personajes tan simpáticos como Alex Char y David Barguil. Char, el mejor patrocinador de partidos de fútbol y béisbol en la costa, y Barguil, el ingenioso de las excusas médicas. En esas categorías ambos ostentan el récord. No sabemos cómo estará de salud el amigo Char, pero de su coterráneo sí está plenamente acreditada la multiplicidad de afecciones que presuntamente le aquejan y con las cuales ha justificado ausentarse de las tareas propias de su investidura. Si no les gusta trabajar… ¿para qué se hacen elegir?
El chisme que nos cuentan es que el aval de David Barguil lo consiguió con su parienta, la matrimoniada con uno de los duros del grupo aval. ¿Cierto, Vivi?
Sobre la entrevista de Cecilia Orozco y las atinadas respuestas de López Montaño, nos vamos a hurtar un pedacito, del cual solo podemos decir: ¡Goooool de Cecilia López!
- “(Pregunta Orozco:) Hoy, años después de su aspiración frustrada, hay unas pocas mujeres aspirantes a la Presidencia entre una veintena de hombres. ¿Se siente representada por ellas y cree que alguna tiene opción real de llegar a la Casa de Nariño?
- (Responde López:) No creo. Pero me preocupa más que algunas de ellas figuran no para cambiar la política tradicional, sino para continuarla.”
Para terminar, estamos ansiosos los autores de esta columna de obtener, sin méritos, que quede claro, sin méritos, un consulado o una embajada, ya que si tuviéramos los méritos no habría vacante para nosotros. Vamos a acreditar que no tenemos experiencia en relaciones exteriores, demostraremos hasta la saciedad que en materia de cónsules sólo sabemos de Incitatus, el caballo de Calígula que fue designado cónsul por sus grandes servicios al Imperio. Vemos entonces que Iván Duque llenó la carrera diplomática de Incitatus, no solo como cónsules sino también como embajadores, llegando al extremo de designar como director de protocolo a un señor que sabe mucho de otras cosas, pero jamás ha hecho estudios en diplomacia ni nada que se le asemeje. Sobra decir que este funcionario no es de carrera. Ese cargo de dirección debería ocuparlo un diplomático capacitado y no alguien que por ese cargo se enteró de la existencia de la carrera diplomática. No perderemos las esperanzas, tenemos hasta el 7 de agosto para que el tal Iván nos encuentre y nos envíe a un descansadero con viáticos y protección consular.
Adenda: ya tenemos un candidato para el ministerio de Educación cuando Petro sea investido como Presidente. Se trata del señor Rodolfo Hernández, de Bucaramanga (Santander), quien dice ocho malas palabras por cada diez que pronuncia. No baja a sus contradictores de HPs (honorables parlamentarios), MALP… (que bien podría ser mal pelo), y a las mujeres las ha colocado en árboles como “rameras”. Es el individuo propio para ese cargo. Ahora, como está de íntimo de Uribe, podrá enseñarse cómo materializar su “le voy a dar en la cara, marica”.
Adenda dos: nos parecen unos irresponsables los señores que fueron a hacerle barra a la Selección en Barranquilla. Hicieron parte de tan distinguido grupo los candidatos David Barguil, el infaltable Peñalosa, el empresario Char, entre otros. Iban –según ellos– a alentar a la selección. ¡Miren lo que causaron! Muy parecido a lo que hicieron con los territorios que ellos han gobernado. Pero más risible nos parece que Peñalosa pose de candidato ‘de la experiencia’. ¿Experiencia en qué? ¿En estudiar posgrados? ¿En hacer metros? ¡Mentira!, puede que sí tenga experiencia, si vender buses y arreglar negocios para sus amigos cuenta como tal.
El chisme de nuestro periodista Francisco Cristancho (@FACristancho) para esta semana tiene que ver con el acompañamiento incondicional del cacique Fuad Char en las correrías políticas del censurador César Lorduy. Cuentan que hasta en los rincones más inhóspitos se ha visto al patriarca acompañando al polémico aspirante al Senado.
Si para algunos Gustavo Petro vendió el alma al diablo… ¿Qué le habrá tenido que ofrecer Lorduy para que no lo desampare?
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